“El objetivo era hacer una muestra de experiencias pedagógicas que realizamos durante el año, invitando a otros colegios, de manera que pudieran competir entre ellos, compartiendo sus experiencias”, explica Cristián Venegas, coordinador del CIT.

La Feria de Innovación Tecnológica que se realizó el pasado 9 de noviembre y que recibió a más de 300 visitantes contó con cinco jurados de universidades de la zona, que seleccionaron los proyectos más innovadores. “La idea, más que la competencia, era mostrar lo que habíamos hecho durante el año”, dice Venegas.

Cerca de 56 competidores de los colegios Liceo Bicentenario de Excelencia Padre Oscar Moser, donde se encuentra el CIT, del Liceo Bicentenario Padre Nicolás de Vilcún, y del Padre Sigisfredo de Panguipulli, presentaron iniciativas como: riego automatizado, una máquina cortadora de leña, una agencia de turismo, una campaña política, una máquina para tratar el manguito rotador en los adultos mayores entre otros, todo estructurado según el Aprendizaje Basado en Retos.

En el caso del liceo Padre Oscar Moser, la metodología Ethazi ha sido el hilo conductor del ABP. Se trata de una manera de enseñar que impulsa Tknika, en España, que se enfoca en proyectos interdisciplinarios, la autogestión y la adecuación de espacios de aprendizaje. “Lo que más me gusta es que se cambió la estructura. Antes el profesor estaba adelante hablando y era el centro. Con esta metodología el estudiante está al centro y nosotros nos involucramos mu cho más con ellos. Eso permitió que fuera divertido para ellos y para nosotros”, cuenta la Ximena Quemenao, docente de lengua y literatura, que preparó con sus estudiantes la iniciativa ganadora “El Chile que soñamos” donde cada grupo preparó una campaña política de principio a fin.

LOS APORTES DEL ABP

José Cabrera, profesor de la especialidad de electricidad del Liceo Padre Oscar Moser, asegura que los retos en los que han trabajado los estudiantes consisten en buscar una problemática en su entorno y darle solución. “Lo más importante es que ellos son parte de una ciudadanía y son capaces de dar soluciones a los problemas que tenemos. Más del 80% aún ocupa leña y viven con adultos mayores. Se les fue dando direccionamiento de las ideas. Cada grupo trabaja proyectos distintos enfocados a dar una solución. Uno los iba acompañando en todo el proceso, dejando que ellos lideren”, agregó Richard Reyes, profesor de la misma especialidad.

“Ellos son partícipes de sus propios conocimientos. Se empoderan del trabajo que están haciendo y terminan siendo expertos. En el caso del proyecto del manguito rotador, el alumno ya sabía más que nosotros”, cuenta José Cabrera. Además, aseguran los docentes que, el compromiso de los estudiantes es tal, que siguen trabajando en sus proyectos incluso después de egresar de cuarto medio. Algunos, incluso quieren patentar sus ideas.

Contar con el CIT a solo pasos de la sala de clases también es un gran aporte. “Ayudó mucho, porque las salas suelen ser más pequeñas. En el CIT hay más espacio y podían trabajar en equipo. Contribuyó a que todo funcionara mejor”, dijo Cristián Venegas. Por su parte, Daniela Muñoz, docente de educación cívica e historia, agregó que “para los estudiantes, ya el hecho de salir de la sala de clases y venir hasta acá los entusiasma. Es salir de la sala normal y llegar a este espacio”.

2023 A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Los docentes ya tienen muchas ideas para el próximo año. El objetivo es sumar más docentes a la metodología Ethazi, y mejorar los proyectos que ya vienen impulsando. “El espacio está abierto para que nuevas experiencias exitosas se vayan sumando. La idea tiene que nacer de los docentes y los alumnos”, dice Cristián Venegas. Sin embargo, es ir lento pero seguro. “Queremos impulsar proyectos sólidos y bien planificados. No forzar. Sumar a más profesores, pero ir avanzando de forma segura”, concluye.

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