No todos están conformes con la medida que busca terminar con el Simce para alumnos de 2º año básico. La semana pasada saltaron a la palestra algunos de sus detractores entre ellos Sylvia Eyzaguirre. La investigadora y académica del CEP, plantea que detectar recién en 4° básico los problemas de comprensión de lectura supone un retraso de años.

Por Marcela Paz Muñoz Illanes

Los expertos indican que para subsanar problemas de lectura y comprensión de textos, mientras antes se remedie mucho mejor, por ello, ¿cree que es demasiado tarde en cuarto básico recién conocer de dificultades de comprensión de textos?

La evidencia internacional indica que mientras antes se identifiquen y aborden las falencias de aprendizaje de los estudiantes, más probabilidades hay de que esos estudiantes puedan superar sus dificultades, terminar con éxito su vida escolar e insertarse de forma adecuada en el mundo laboral. La comprensión de lectura es una habilidad básica, que nos permite desarrollarnos en los diferentes ámbitos del conocimiento. Detectar recién en 4° básico problemas de comprensión de lectura supone un retraso de años, que es más difícil de revertir que cuando recién se manifiestan.

 ¿Qué aspectos revela el Simce de 2° básico?

El hecho de que sólo un 40,6% por ciento de los niños alcanzan un nivel de desarrollo de la habilidad lectora adecuado para esta edad, mientras que cerca de un 60% no lo logra.  Además, observamos que  ya a la edad de 8 años existen enormes diferencias en el nivel de desarrollo de la habilidad lectora entre los niños (casi 60 puntos) y que el factor que más explica esta diferencia es el origen socioeconómico de las familias. Estos resultados son alarmantes y exigen una pronta respuesta.

Los resultados no se entregan a los padres, ni tampoco se conocen los detalles de cada alumno, entonces ¿cómo se obtiene la información para remediar los problemas de cada alumno en cada caso y en 2º año básico?

Actualmente, la información pública sobre el Simce de 2° básico permite reconocer los establecimientos que tienen peores resultados. Sin embargo, cuando observamos cómo son los resultados al interior de los establecimientos, nos damos cuenta que existe una gran dispersión de resultados y que por lo tanto una política mucho más efectiva a esta edad sería identificar a los estudiantes que muestran retraso en vez de las escuelas. Esto no es muy difícil de hacer, pues la prueba de 2° básico a diferencia de las que se aplican en niveles superiores fácilmente puede ser predictiva a nivel de alumno, pues no mide conocimiento, sino el desarrollo de una habilidad específica, lo que es más fácil de medir a nivel individual. Es por ello que creo fundamental contar con instrumentos que permitan reconocer de forma oportuna a los estudiantes que muestran retraso en su desarrollo para prestarles el apoyo necesario. 

Otra de las razones de quienes están en contra de la medida es el hecho, que no se “favorece la reducción de la brecha de inequidad de nuestra educación”, ¿comparte esa opinión?

Sí y no. Es imposible que podamos reducir las brechas de inequidad, si no sabemos quiénes son los estudiantes que debemos apoyar y en qué aspectos. Pero no basta solamente con identificar a los estudiantes rezagados, es fundamental contar también con estrategias efectivas de apoyo, y es precisamente esta parte la más débil hoy. Sin programas de intervención efectivos, no vamos a reducir las brechas, por más que sepamos que existen.