Tres días después de haber recibido el galardón, la destacada Ph.D. en Educación, mención Filosofía e Historia de la Universidad de Saint Louis (Estados Unidos) y académica del Centro de Investigación Avanzada de la Universidad de Chile (CIE) conversó con grupoEducar acerca de la formación inicial docente, los desafíos futuros y los resultados de la Prueba Inicia.

A diferencia de otros galardonados, dijo, haberse sorprendido: “Nunca fui postulada, solo me preguntaron si quería participar.”

Por Marcela Paz Muñoz Illanes

“Los resultados de la prueba Inicia no son válidos”, señala Beatrice Ávalos, académica que acaba de recibir el Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2013. Se trata, explicó la experta, de una medición que no incluye a todos los egresados de pedagogía- hasta ahora voluntaria- y cuyas materias, “no alcanzaron a ser abordadas por las instituciones de Educación Superior”.

Solo el 14 % de quienes egresan este 2011 se sometió a esta prueba, y el máximo de sobresaliente en conocimientos –pedagógicos o disciplinarios- fue de un 11%.

El problema, señaló, es que recién a comienzos de año se entregaron las orientaciones que se medirían en la prueba de este año. Por ello difícilmente esos contenidos podrían haberse abordado. “Esa es una de las razones de por qué se obtuvieron esos resultados”.

Asegura conocer el trabajo que realizan las universidades chilenas respecto de la formación de profesores. “Es posible que haya que mejorar, pero ciertamente no hay que juzgar la formación docente a raíz de la Prueba Inicia. No podemos decir nada respecto de esa medición, si tenemos un mínimo de rigurosidad científica”.

Entonces, ¿qué se puede esperar de los resultados obtenidos?

En primer lugar, al ser tan bajo el número de participantes, no los hubiese publicado. Habría conversado con las instituciones y reflexionado sobre las aristas del problema. Ciertamente hay que hacer algo, pero no lo habría abordado de manera pública.

La publicación en la prensa solamente consigue alamar y denigrar a los futuros profesores que terminaron sus estudios y que se encuentran en plena etapa de búsqueda de trabajo. Las cosas no se pueden, ni deben hacerse a medias.

¿Cuáles son los desafíos más urgentes en materia educativa?

Para mejorar la educación hay que mirar todos los componentes. Aunque es clave mejorar la cobertura, pero sobre todo la calidad de la educación inicial. Asegurarnos que contamos con buenos profesores y educadores que trabajan con los niños.

¿Qué evaluación haces del sistema en estos momentos?

Yo no soy de los que piensan que está todo malo. Pero hay que progresar en asegurar que los nuevos profesores cuenten con todas las capacidades que requieren, pero también asegurar que podemos apoyarles cuando empiezan a trabajar. Esa es otra de las áreas que no se ha implementado, como una forma de apoyo. Por bien que hayan sido preparados, las complejidades del aula, pueden, muchas veces, sobrepasarlos.

Más sobre la galardonada

Se graduó en 1957 en la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Recibió una beca Fullbright que le permitió realizar estudios de doctorado en ST. Louis University, Estados Unidos, donde recibió el grado de Ph.D. (1961).

Ejerció como profesora de Historia en el Colegio Mariano entre 1962 y 1968. Se desempeñó como profesora de Pedagogía General y de Filosofía de la Educación en la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) entre 1962 y 1974 y como subdirectora de la Escuela entre 1968 y 1970.

Fue miembro representante de los académicos en el Consejo Superior de la Pontificia Universidad Católica de Chile entre 1968 y 1971, y coordinadora de las sedes de provincia de la universidad. En su trayectoria destaca su contribución a la creación del Programa Interdisciplinario de Educación PIIE (1971) con apoyo de la fundación Ford, como parte de la Vicerrectoría Académica de la PUC, donde se desempeñó como subdirectora entre los años 1971 y 1974.