Al interior de la Quinta Normal, rodeado de árboles y de otros museos, se encuentra el Museo de Ciencia y Tecnología de Santiago. Está dividido en salas temáticas y en todas ellas se da información teórica junto a la posibilidad de experimentar la ciencia a través de los sentidos, tocando, interactuando y siendo parte de la exposición.

Por Luz Edwards 

La sala Vegetalista, por ejemplo, es un proyecto del “Núcleo Milenio en Genómica Funcional de Plantas” que se desarrolla en la Pontificia Universidad Católica de Chile. A través de una muestra de bonsáis (árboles en miniatura), se explica cómo evolucionaron las plantas desde que aparecieron en la Tierra hasta hoy en día, y las adaptaciones que han ido desarrollando para lograr sobrevivir. 

La sala de Astronomía es la más atractiva como espacio, porque es oscura y tiene maquetas de planetas y de un astronauta a escala. En paneles, se cuenta la visión de la astronomía de distintas épocas, como la griega y la del Renacimiento. Llama la atención una esfera de acrílico que cuelga con pelotitas de colores adentro: la gran esfera equivale al sol y las de adentro, a la Tierra. ¿Cuántas veces cabe la Tierra dentro del sol?

En la sección de Mecánica se puede apreciar cómo funciona un engranaje, haciendo girar una manivela. Lo mismo con unas poleas y un motor de combustión. Otro montaje explica cómo se convierte la energía en electricidad: se monta una bicicleta estática y pedalea, hasta que de pronto comienza a sonar la radio. En la sala de Ondas se muestra por qué un microondas calienta la comida; hay un dispositivo que marca el número de decibeles de los sonidos de la sala y otro muestra cómo funcionan los rayos UV, pudiendo el visitante poner su carné de identidad bajo una luz y observar las figuras que aparecen bajo esa luz.

Las exhibiciones son sencillas en sus montajes y podrían ser más atractivas con un diseño más moderno y mejor iluminación del lugar. Sin embargo, esta misma sencillez y aire ochentero le dan un sello al museo. Transmite al visitante que el contenido es lo que importa y se nota el cariño y rigor científico con que se armó cada sala. 

Por esto mismo, para que los alumnos puedan valorar las muestras, es importante seguir la recomendación del museo de hacer la visita con un profesor-guía. Él asume la figura de mediador entre las actividades y el público que no es del mundo científico, y puede responder a las dudas de los estudiantes. Las reservas deben hacerse a los teléfonos  22681 60 22 – 22689 80 26.

Ubicación: interior Parque Quinta Normal, Matucana 520, Santiago. / Metro Quinta Normal / HORARIO: martes a viernes de 10:00 a 17:15  horas. Sábado, domingo y feriados de 11 a 17:15 horas. / VALOR: Niños y estudiantes $650, adultos $800. /

MÁS INFORMACIÓN: www.mucytec.cl

El primer museo interactivo del país

El Museo de Ciencia y Tecnología fue fundado en 1985 con el fin de fortalecer la enseñanza de la ciencia en Chile. Es una institución sin fines de lucro dependiente de la Corporación Privada para la Divulgación de la Ciencia y Tecnología (Corpdicyt), financiado en parte por la Municipalidad de Santiago. Desde sus inicios se pensó como un gran laboratorio donde los visitantes pudieran experimentar en carne propia la ciencia y no quedarse solo en la teoría. 

El edificio que lo alberga es conocido como el “Partenón”, pues su fachada es una copia —no muy exacta— de ese edificio de Grecia. Antes del Museo de Ciencia y Tecnología estuvieron ahí el Museo de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC).