«Qué es lo que pasó en el cerebro de los niños durante la pandemia, eso todavía no lo sabemos», explica Carolina Pérez. Nos encontramos frente a un retorno a clases sin precedentes, y no solo por los protocolos sanitarios y recursos tecnológicos que han implementado los establecimientos a lo largo de todo el mundo, sino porque existe una gran interrogante que aún está sin responder. ¿Cómo dimensionamos y enfrentamos el impacto de la pandemia en los niños? 

Y es que este año se recibirá a estudiantes que pasaron todo el año viendo televisión y otros que hicieron un homeschool apropiado, realidades que

La Educadora de Párvulos y Máster en Educación de la Universidad de Harvard, Carolina Pérez

dependieron del trabajo (o falta de este) de los padres, la situación económica, el acceso a internet, la pérdida de seres queridos, entre otros. «El profesor tiene que saber de entrada que vamos a tener a niños de la A a la Z», asegura la experta quien además dirige tres jardines infantiles .

Otro factor a considerar es el nivel de estrés tóxico al que se expusieron por un año completo. Carolina hace la distinción entre el estrés normal, como el que se tiene antes de una prueba y el tóxico, que no es normal y que, según la edad del niño, influye en la amígdala, área del cerebro que regula las emociones, y el oído, que se expande frente al estrés disminuyendo la concentración dado que se escuchan todo. «Cómo si te tiraran desde un avión a una selva desconocida, estás alerta a todos los sonidos y puedes reaccionar al más mínimo estímulo», ejemplifica la docente. 

El principal consejo: mindfulness, mindfulness, mindfulness

Una manera de traer a los niños de vuelta a su estado normal, relajar la amigdala, contraer el oído y preparar el cuerpo, es a través del mindfulness. «No estamos hablando de cinco minutos los días jueves, sino 45 minutos diarios de mindfulness e idealmente agregar yoga», asegura Pérez y enfatiza que esta práctica es fundamental para enfrentar la educación post Covid. «En un curso en el que participé del MIT sobre el efecto de la pandemia en la salud mental de los niños, se explicaba que esta práctica es la única capaz de reestablecer los cerebros», agrega.

Minfulness es, según la ONG Neyün, una práctica meditativa, respaldada por la Neurociencia, que busca mejorar la calidad de vida de las personas a través del autoconocimiento y la autoregulación. Además, disminuye los efectos negativos del estrés y la ansiedad en nuestro cerebro, permitiendo que ocurra el aprendizaje. Esta herramienta nos enseña a crear un espacio en nuestra mente para estar disponible en el presente, aceptando nuestras emociones y pensamientos, pero aprendiendo a dejarlos ir para que no secuestren nuestra calma.

La buena noticia es que el Mindfulness se está convirtiendo una tendencia y es cada vez más fácil encontrar recursos para implementarlo. Si no lo están promoviendo en el mismo colegio, cada profesor puede buscar capacitarse e implementarlo con sus propios alumnos», invita Carolina y hace sus recomendaciones:

• Libros para niños pequeños presentes en la librería Antártica Chilena como: Buenos Días Yoga de Miriam Gates, Respira como un Oso de Kira Willey y Tu Respiración Mágica de Nick Ortner y Alison Taylor.
• Fundación Educa Crecer ofrece cursos de yoga y mindfulness para niños, además de vender material didáctico relacionado con estas prácticas. 
• Educaswitch.com. es una plataforma que ofrece cursos para mejorar la convivencia y la salud mental en toda tu comunidad.

Otros recursos:

• Neyün, Educación en Armonía es una ONG que promueve el desarrollo socioemocional en colegios de Chile, a través de herramientas concretas y validadas basadas en la técnica de Mindfulness o atención plena y ofrece charlas y capacitaciones. 
• Educacion Mindfulness de Daniel J. Rechtschaffen
• Mindfulness Y Neuroplasticidad de Dra. Melanie Greenberg