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Regístrate y accede a la revistaEn pleno ajetreo de fin de año conversamos con este profesor de Física del Colegio Master College en San Bernardo, que acaba de recibir el Premio ‘Michael Faraday’ que otorga cada dos años la Pontificia Universidad Católica de Chile para reconocer la dedicación ejemplar a la enseñanza de la Física en Educación Media. Está convencido de que una buena enseñanza puede cambiar el futuro de los alumnos. Para siempre.
‘Unos estudiantes en forma muy tímida, a escondidas, se lanzaban papeles. Me gustó lo que estaban haciendo y los dividí en dos grupos. Fue muy entretenido, armamos una guerra espectacular; arrojando papeles arrugados y comprimidos. Nos avisaron que venía el director a la sala y en tan sólo cinco segundos ordenamos todo. Reanudamos la clase como si no hubiese pasado nada’, cuenta orgulloso Mario Muñoz.
Esa anécdota refleja el carisma de este ‘profe’ de Física y Matemática del Colegio Master College en San Bernardo. Se nota que se preocupa de cada alumno, hasta en los más mínimos detalles. Por ejemplo, en medio de la entrevista manda a uno de ellos a sacarse el piercing que tiene en su oreja: ‘Se ve feo, quítatelo’, le dijo con voz fuerte.
Los quiere de verdad, los atiende a todos, sin rodeos. De hecho, mientras caminábamos por el colegio y nos acercamos a Maximiliano Hormazábal, quien tiene discapacidad física y se desplaza en silla de ruedas, el alumno se puso muy contento. Sonrió y trató de balbucear algunas palabras al profesor, justo cuando el profesor Mario le abrazaba, dándole cariñosamente un golpeteo en la espalda. Se cruzaron ambos las miradas, como si escondieran una relación estrecha y recíproca.
Se nota que hay vocación de verdad. Es que Mario Muñoz no está solo en esto de la pedagogía. El amor por enseñar late en su propia familia: ‘Mi esposa es profesora de Educación Básica’. Además, tiene el privilegio, cuenta con orgullo, ‘de ser el profesor de Física de uno de mis hijos. En la sala de clases no me dice profesor, sino papá. Sin lugar a dudas, primero soy papá y luego profesor’.
Ese cariño por la docencia se refleja. Y fue reconocido por sus pares: recientemente recibió el galardón ‘Michael Faraday a la Docencia Escolar en Física’ de la Universidad Católica, una clara recompensa por el esfuerzo y corazón que deja en cada en cada una de sus clases. Lleva 13 años enseñando, los dos primeros trabajó en el colegio municipal Benjamín Vicuña Mackenna y actualmente se desempeña en los colegios Master College y Montessori, ambos de San Bernardo. ‘Al primer colegio llegué debido a que un profesor de la universidad me invitó a realizar un reemplazo por un mes, el cual se prolongó hasta hoy’.
‘Abandoné la Ingeniería’
Llegó a la docencia desde la ingeniería en ejecución en Química. ‘Cuando estaba en el último año me ofrecieron hacer seis horas de Física y trabajando con los alumnos me di cuenta de que ésa era mi verdadera vocación’.
Nunca pensó en quedarse en la pedagogía, creyó que iba a ser algo pasajero, inclusive se tituló de ingeniero, pero sus alumnos le dieron la justificación y la decisión para optar por la pedagogía definitivamente. Cuenta que sus primeros ocho años de docencia los ejerció sin el título de profesor, mediante una autorización de la provincial de educación respectiva. Pero le fascinó la carrera y obtuvo el título de Profesor de Estado en Física y Matemática en la Universidad de Santiago de Chile (Usach).
De hecho, una de las cosas que resaltan y se traslucen desde la mirada penetrante de este maestro es la estrecha relación que mantiene con cada uno de sus alumnos. Se preocupa de motivar y planificar una a una sus clases, de acuerdo a las características del grupo: ‘al momento de realizarlas se pueden aplicar diversas metodologías, atingentes las características del alumno, medio social, estado de ánimo, entre otros aspectos. Pero no se debe olvidar que el enseñar contenidos es una hermosa excusa para entregar valores a nuestros alumnos’.
Está claro que ése es su sello. De hecho los alumnos lo quieren, cuenta Esteban Vejar que pasa a IV Medio: ‘Me gusta su forma de enseñar, cómo prepara sus clases y la manera que tiene de motivarnos; usa power point, data, utiliza muchas imágenes y ejemplos sencillos que aplica a la enseñanza de la Física’.
Parte de su estrategia es buscar siempre ‘una enseñanza contextualizada en los afectos porque no hay desidia, indiferencia, que se resista al cariño que se puede transmitir en el proceso de aprendizaje’. Por algo sus alumnos con cariño se refieren a su persona como el ‘profe Marito’. Pero no solamente sus alumnos lo aprecian, también lo hacen sus pares.
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