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Regístrate y accede a la revistaSon pocos los profesores que llegan hasta Salluit a hacer clases. Ubicada en el ártico canadiense, la villa -donde solo viven mil 300 personas- tiene temperaturas de hasta -25° Celsius, no se puede llegar por tierra y sufre las consecuencias de la aislación.
En 2015, seis jóvenes de entre 18 y 25 se quitaron la vida por falta de oportunidades, no es raro que los adolescentes tengan la tendencia de hacerse daño, se vuelvan alcohólicos o recurran al consumo de drogas. «Por eso, mi tarea es la de entregarles las herramientas que les permitan ser dueños de sus destinos», explica Maggie MacDonnell , profesora del Ikusik School de Salluit y uno de los 10 docentes nominados al Global Teacher Prize, el premio de un millón de dólares con el que anualmente se reconoce la excelencia pedagógica alrededor del mundo.
Por haber creado un programa de habilidades blandas y una academia de deportes que ayuda a alejar a sus estudiantes de los vicios, MacDonnell actualmente compite con profesores como la paquistaní Salima Begum -quien ha creado conciencia en torno a la importancia de educar a las mujeres de la zona-, la china Boya Yang -que ha elevado la confianza de 50 mil niños y apoderados a través de sus talleres de psicología-, o la jamaicana Tracy-Ann Hall -quien recorre empresas pidiendo becas para los alumnos que capacita como técnicos automotrices-.
Otros profesores, como Raymond Chambers (Gran Bretaña), destacan por haber desarrollado un software para aprender computación de manera más fácil, mientras que Ken Silburn (Australia) lo hace por haber creado iStem, un programa abierto a todos los jóvenes de la región y enfocado en encontrar y recomendar campamentos científicos.
«El premio busca que este tipo de historias inspire a quienes tienen ganas de entrar a la profesión docente, además de poner el foco en la increíble labor que los profesores realizan diariamente alrededor del mundo», explica Sunny Varkey, miembro de la Fundación Varkey, que auspicia este reconocimiento.
Sin rendirse
A nivel latinoamericano, el único representante en competencia es el brasileño Wemerson da Silva , quien enseña sobre Ciencias en la escuela Antonio dos Santos Neves de Boa Esperança, en el estado de Minas Gerais. El sector donde se desempeña es uno altamente vulnerable, y por eso su decisión de fomentar las clases prácticas de ciencia fue tan bien recibida: en vez de dictar materia mientras los niños copian, la propuesta de Wemerson es aprender sobre química, física y biología explorando los alrededores del colegio. Así, la motivación es mayor.
«Ha incorporado a sus clases el estudio del río (a unos pocos pasos del establecimiento) y de sus aguas y costas contaminadas. Son los propios estudiantes quienes van descubriendo los problemas y generando soluciones», comenta Eligio Salamanca, profesor chileno y ganador de la versión local del Global Teacher Prize (ver recuadro). A mediados de marzo, Eligio también será parte de quienes participen en la premiación del mejor docente, ceremonia que se realizará en Dubai como cierre de una conferencia dedicada a la innovación pedagógica.
En competencia también está la alemana Marie-Christine Ghanbari , quien propuso crear una academia deportiva para integrar a los niños refugiados que llegan hasta su escuela, en el distrito de Borken. En la misma línea de ayudar a los más desprotegidos, Michael Wamaya creó una escuela de ballet en Kibera, un asentamiento en Nairobi. Ha sido tan exitosa, que muchos de los alumnos que participan en las clases han ganado becas para seguir perfeccionándose, lo que les ha abierto cada vez más oportunidades.
«Los profesores no cambiaremos el mundo, pero podemos ayudar a nuestros alumnos para que sean ellos quienes lo hagan. Y estoy seguro de que lo harán, sin duda», comenta desde España David Calle , quien ganó un cupo entre los 10 mejores docentes gracias a la dedicación que ha puesto a Unicoos, el canal de YouTube donde desde hace 10 años sube videos explicando sobre matemáticas y ciencias.
Frustrado ante la idea de que los alumnos de sectores menos acomodados no tengan la oportunidad de acceder a reforzamientos fuera de clases, David empezó a grabarse explicando conceptos en una pequeña pieza en su casa. Hoy en día, sus videos han sido vistos por más de 30 millones de personas en el mundo.
Lo que más le gusta de ayudar a sus estudiantes, reales y virtuales -dice-, «es tener la oportunidad de insistirles en que trabajen duro, que persigan sus sueños y que no se rindan, aunque se encuentren obstáculos que parecen insalvables».
Preselección
Antes de dar a conocer a sus 10 finalistas, el Global Teacher Prize hizo una preselección en la que incluyó a los mejores 50 docentes del mundo. Dentro de esta lista hubo dos profesores chilenos: Eligio Salamanca, director de la Escuela de Quelhue, establecimiento multigrado ubicado en una reserva mapuche en la IX Región, y Mario Santibáñez, quien con clases prácticas logró dar nueva vida a los laboratorios de ciencias del Instituto Tecnológico y Comercial de Recoleta, donde enseña.
20 mil
profesores fueron nominados al Global Teacher Prize 2017. Las postulaciones llegaron desde 179 países.
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