Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaSi quieres acercar el cine a los alumnos, descubre cómo algunos profesionales usan esta herramienta para enseñar valores y sentido de pertenencia a los niños y adolescentes.
Con la gran noticia que Una Mujer Fantástica de Sebastián Lelio se convirtió en el primer largometraje chileno en ganar un Oscar y el interés generalizado por el cine como una posibilidad de opción profesional, quisimos ver qué iniciativas se están llevando a cabo para acercar el Séptimo Arte a las salas de clases nacionales.
Desde 2009, profesores de Viña del Mar experimentan con mostrarle a sus alumnos películas chilenas como Machuca o clásicos títulos del cine mundial como Ciudadano Kane, lo que es parte del programa “La Escuela al Cine” de la Cineteca Nacional, que intenta usar el cine como medio de entregar a escolares conocimientos, valores y también temas de discusión que enriquecen su aprendizaje.
En el caso de Santiago, conocimos la experiencia de un joven cineasta, José Jiménez, quien realizó el Taller de Cartas Visuales a alumnos de Quinto, Sexto, Séptimo y Octavo Básico de la Escuela Estado de Michigan de Quilicura, donde existe una alta presencia de población inmigrante.
Para José, usar el formato de cartas visuales o “la adaptación de la correspondencia epistolar al lenguaje audiovisual”, fue clave para generar diálogos en torno a la historia personal de los alumnos, su relación con el territorio y el vínculo con un destinatario que, generalmente, se encuentra a la distancia.
“La respuesta de los niños fue excelente. Estos demostraron compromiso y sensibilidad, dejando ver en cada una de las cartas realizadas la forma que tienen de mirarse a ellos mismos, qué los inquieta y los asusta, y también a quiénes extrañan. Me encantaría volver a realizar el taller con ellos mismos para profundizar en otras etapas como el texto, registro y montaje, y sumar visionados que estimulen su creatividad”, dice José.
El taller constó de cuatro sesiones de dos horas pedagógicas cada una, donde se utilizaron celulares en desuso para que cada alumno llevara a su casa y pudiera registrar imágenes de manera autónoma. En las últimas clases se trabajó el texto y la voz en off para, finalmente, trabajar en el montaje de cada una de las piezas.
De toda la experiencia, José Jiménez destaca la importancia de estimular la experiencia artística en niños y adolescentes para que éstos puedan vincularse con mejores recursos con su entorno, humano y territorial. “En este sentido, el ejercicio práctico de cine permite conceptualizar y crear piezas que den cuenta de las subjetividades, intereses e intenciones de los alumnos y, en definitiva, aportar a un entendimiento más nutritivo entre ellos y los suyos”, agrega.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.