Más allá de la realidad profesional que existe en Chile respecto de la escasez de programadores, o el hecho que en países como Estados Unidos la carrera de programación sea cuatro veces más demandada que cualquier otra ocupación, los beneficios de aprender a programar a corta edad tienen que ver con cómo los niños y adolescentes logran desenvolverse en el mundo hiperconectado y digital de hoy.

Esto fue lo que hace un par de años detectó Alonso Mujica, co-fundador de Silabuz.com, una startup peruana que realiza cursos de programación para escolares y que, a la fecha, cuenta con más de dos mil alumnos en toda Latinoamérica, quienes en un 2,5% han decidido continuar estos estudios en la universidad.

“Los jóvenes de hoy tienen gran facilidad para entender cómo funciona la tecnología. Aprenden rápidamente y no tienen miedo a equivocarse, por el contrario lo que quieren es aprender porque lo ven como algo divertido, como un medio para poder desplegar su creatividad”, afirma Alonso.

En este sentido, el experto marca la diferencia entre el hecho que los niños y adolescentes de hoy interactúen a través de las redes sociales como un complemento a su accionar social o una forma más de conectarse con el medio; y la posibilidad que tengan estos de resolver problemas complejos mediante el pensamiento computacional.

“La forma de conectarse con el mundo es completamente diferente a la que se tenía hace diez años. El adolescente de hoy es un chiquillo mucho más enterado de lo que pasa en su ciudad, país y el resto del mundo. Además, interactúa mucho más con personas que no solo son de su círculo inmediato. Está más conectado”, dice.

Competencias del siglo XXI

Cuando en el ambiente educativo se habla de las actuales habilidades de los estudiantes, con regularidad se menciona la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo en equipo, entre otras. No obstante, los defensores de la programación apelan a una competencia más importante que todas las mencionadas.

Para Alonso Mujica, “lo más importante de aprender a programar es el desarrollo de la capacidad de resolución de problemas complejos que utilizan mucha información, así como la capacidad de abstraerse para plantear una solución que se pueda automatizar a través de una computadora. Y esa habilidad ya no es exclusiva de los programadores ni de los ingenieros, es una competencia que todos los chicos van a necesitar para desenvolverse en el mundo hiperconectado y digital del siglo XXI”.

El creador de Silabuz.com, que trabaja junto a profesionales capacitados para desarrollar el pensamiento computacional y competencias digitales a través de la creación de proyectos en tecnología y programación; además cree que aprender a programar hoy es tan elemental como saber matemática, física o cualquier otra ciencia.

En esa línea, postula que el reto de la educación actual para hacer que los alumnos se interesen por la enseñanza que reciben en la escuela -la que muchas veces no les genera gran interés y no tiene la inmediatez que ellos experimentan en el mundo digital-, es enfocar todo en la resolución de los problemas reales de la sociedad.

“A los niños y adolescentes de hoy sí les parece retador y entretenido solucionar problemas de la sociedad, del mercado u otros, y el enseñarles a programar les ayuda a plantear soluciones a grandes problemas que los conecten con un propósito más allá de la escuela. Esa es la mayor diferencia con el paradigma educativo actual”, asegura Alonso.