Tal vez una de las tareas más complejas en los primeros años escolares es aprender a escribir. Se inicia en el jardín infantil desarrollando grafomotricidad que termina con la correcta toma de lápiz, pasa por una correcta ejecución de la caligrafía, comprende el desarrollo y comprensión de la ortografía, y termina en la posibilidad que alumnos plasmen en el papel sus ideas y reflexiones.

No es un proceso natural, como es el habla, supone no solo la adquisición del código escrito, sino también un cierto grado de desarrollo intelectual y afectivo. Escribir permite dar permanencia a los contenidos mentales, estructurar el razonamiento, jugar con la lengua, guardar en la memoria de la humanidad el tesoro cultural.

En la actualidad, muchos jóvenes usan la lengua escrita para sus comunicaciones personales, a través de mensajes cortos en redes sociales, pero la expresión es, en realidad, calco de la oral, con  escasa reflexión. Por eso encontramos en estos textos incoherencias de tipo lógico y sintáctico, pobreza en el uso del vocabulario e, inclusive, faltas de ortografía.

La corrección ortográfica es un componente más dentro del dominio del lenguaje escrito. Nuestra ortografía es clara, sencilla, adaptada a la lengua oral. Para quien respeta el sistema de escritura, cualquier falta ortográfica no solo le molesta visualmente sino que, incluso puede, momentáneamente, llegar a impedirle el reconocimiento de la palabra.

Para hacer frente a esta realidad, el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE) en alianza con Fundación Educacional Arauco y la Agencia de la Calidad, desarrolló la primera plataforma online para la escritura.

Su principal objetivo es aportar al cambio de prácticas pedagógicas en escritura mediante el uso de tecnología en las escuelas. La plataforma busca fomentar el desarrollo de la escritura en el aula, un tema pendiente en las escuelas chilenas. Así lo destacó la directora del proyecto e investigadora del CIAE, Carmen Sotomayor, quien explicó que “la plataforma busca reducir el tiempo de revisión y retroalimentación; ofrecer una retroalimentación formativa oportuna y de calidad; aumentar la cantidad de actividades de producción de escritura; e incrementar la calidad de la misma en las aulas”.

Los alumnos hoy, en sus colegios escriben poco, sus textos son básicamente de reproducción, como copiar de la pizarra, responder guías y pruebas, pero no escriben ensayos o crean historias. “La escritura ya no es un desafío sólo del profesor de lenguaje, sino que de toda la escuela”, destaca Isidora Recart, gerente de Fundación Educacional Arauco.

La escritura exige un esfuerzo de concentración, revisión y autocorrección. La plataforma fue desarrollada en el marco de un proyecto Fondef y ya comenzó su marcha blanca en las nueve escuelas básicas de la comuna de Teno, donde es aplicada por la Fundación Educacional Arauco. Después de esa etapa, en el segundo semestre del año 2019, será traspasada a la Agencia de la Calidad para quedar disponible para todas las escuelas del país.