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Regístrate y accede a la revistaQue en Chile se lee poco y que un gran porcentaje no entiende lo que está leyendo, no es una novedad. Pero sí resulta muy alentador el hecho que, mediante la aplicación de programas académicos, es posible revertir esta situación.
Casi la totalidad de los chilenos (84%) demuestra no poseer una comprensión adecuada de textos largos y complejos si el contenido no les resulta familiar, esto según la reciente “Prueba de Comprensión Lectora” aplicada a 1.217 personas a lo largo del país (diciembre 2011). Pero no se trata de la única encuesta, por el contrario, según el informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2006): “Los chilenos aún no logran un nivel adecuado de competencias avanzadas en la lectura”.
Desgraciadamente el panorama no resulta nada auspicioso. En particular porque: “La lectura y la escritura son la puerta de entrada de la escuela, y si no se aprenden temprano se impide gran parte del aprendizaje posterior”. (“Las Escuelas que Tenemos”, Bárbara Eyzaguirre y Loreto Fontaine, 2008). Por ello, todos los esfuerzos debieran estar encaminados a revertir esta situación. Nos contó en exclusiva la Coordinadora del área Básica del Mineduc, Sandra Moscatelli: “El objetivo más importante en materia de lectura y escritura es que todos los niños y niñas alcancen un nivel lector que les permita comprender y disfrutar una variedad de textos y producir diferentes tipos de éstos, según las necesidades e intereses. Todo en un contexto en el que se brinda a los estudiantes buenas bibliotecas de aula y a los docentes, estrategias para avanzar en el desarrollo de estas habilidades”.
Medidas y propósitos del Mineduc
Desde el ministerio cuenta Sandra Moscatelli: “Estamos preocupados de implementar estrategias contenidas en el currículum que potencian la lectura de distintos tipos de textos, promoviendo metodologías antes, durante y después de leer como una manera de lograr una comprensión profunda. De hecho, se han diseñado también distintos tipos de preguntas con objetivos específicos para cada momento”.
Es así como, “el nuevo currículum potencia lo que se ha estado realizando y enfatiza el desarrollo del vocabulario, para lo cual se promueven diversas estrategias con diferentes materiales para que niños y niñas, utilizando el contexto o el diccionario, amplíen su desarrollo lingüístico”.
Dentro de las propuestas que sugiere el ministerio, Moscatelli sostiene que en cuanto a la enseñanza de la lectura “cada escuela determina el modelo o método que utilizará de acuerdo al currículum vigente. Lo importante es que se articulen actividades, tanto de destrezas como de comprensión de lectura y que las primeras estén al servicio de las segundas. Esto implica que los estudiantes desarrollen la conciencia fonológica, aprenden las letras del alfabeto, reconocen la estructura de las palabras y también realizan preguntas o interrogan textos antes, durante y después de leer para apropiarse del contenido profundo de los mismos”.
En esa misma línea, dice Sandra Moscatelli, “existe el plan de fomento lector, que promueve desde los primeros niveles escolares la lectura de diferentes tipos de textos; como así también, la entrega de una antología de lecturas diarias para cada estudiante de Educación Básica que abre múltiples posibilidades de trabajo para fomentar la lectura y es entregado por el Centro de Recursos de Aprendizaje (CRA) del Ministerio de Educación desde el año 2010”.
La columna vertebral del sistema educativo
Por años, la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP), cuenta su presidenta, Patricia Matte, ha trabajado la lectura y comprensión como una prioridad, quizás “como la columna vertebral de todo el sistema educativo”. En los orígenes de la SIP, uno de sus fundadores (1891), Claudio Matte, visitó Alemania, el país más moderno en materia educativa de esa época y buscó la manera de adaptar a Chile esa experiencia. De su trabajo nació el método Matte, actualmente conocido como el “Silabario del Ojo”.
“Hemos enseñado a leer a nuestros niños, pero con elementos que permiten agregar contenidos, modernizando y adaptando el método (fonético-analítico-sintético), cambiando algunas palabras y sumando la comprensión. Incluimos vocabulario para incrementar el número de vocablos que maneja cada alumno, con actividades entretenidas como: talleres literarios, debates, y bibliotecas abiertas y atractivas para los alumnos”.
Se trata de un método “fonético”, porque enseña sólo los sonidos de las letras, sin tomar en cuenta los nombres de ellas, evitando la confusión en los niños y “analítico”, por la descomposición y análisis reiterado de cada palabra en forma oral y escrita.
La estrategia que utilizan es primero enseñar a leer con el método, y luego realizar un exhaustivo seguimiento de los avances o retrocesos del alumno. “Le damos mucha importancia a la evaluación, incluso, desde los cursos más pequeños, por ejemplo con controles periódicos de velocidad lectora”.
Pero dentro de este trabajo y como parte del método, señala Patricia Matte, “los profesores cumplen un rol fundamental. Ellos se capacitan en forma regular, porque es la única manera que puedan enseñar. Si no dominan los contenidos es difícil que consigan éxito en sus objetivos”.
¿Cómo evalúan el método? “El cien por ciento de nuestros alumnos no pasa a Segundo Básico sin saber leer y comprender lo leído. De hecho, tenemos la valentía de dejarles repitiendo si es que no han logrado superar ese objetivo. El aprender a leer es la puerta de entrada a todos los aprendizajes posteriores del estudiante”.
Según las cifras oficiales, se supone que con el método Matte, los niños aprenden a leer y escribir simultáneamente en 20 semanas y además, desarrollan todas las facultades o capacidades del alumno, despertando el interés por la lectura.
Los nuevos predictores
Otra metodología, que implementan desde hace cuatro años en los colegios SEDUC, desde Pre-kínder hasta Cuarto Básico, es el programa “CLLIP” (Collaborative Language and Literacy Instruction Project) y que justamente busca mejorar los índices de lectura y comprensión de los alumnos. Es una metodología importada de Estados Unidos, que incluye capacitaciones periódicas a los docentes y un sistema de “Coaching” o seguimiento semanal.
La experta chilena en el tema, Anne Marie Oliger, asegura que “se trata de un programa que ya cuenta con un estudio internacional (Comunidad Científica de Lectura y Escritura de Estados Unidos) que avala su efectividad”.
El programa incluye estrategias y evaluaciones claves que aseguran el éxito del método. Además de conceptos tan importantes como que hoy se sabe que se produce una sinergia en el aprendizaje de la lectura y escritura o sea, “no van por carriles separados. Antes, a los alumnos se les preparaba por un lado, para leer, y por otro lado, para escribir y llegar a leer recién en Primero Básico. Ahora, se parte mucho antes estimulando las habilidades fundamentales para el aprendizaje de la lectura y escritura de manera simultánea”.
Además, otra de las novedades y que les diferencia, por ejemplo del método Matte, es “enseñarles a los niños el Principio del Alfabeto o sea el nombre de las letras y su respectivo sonido en forma simultánea desde muy pequeños y dejar atrás la instrucción tradicional que sólo incluía el sonido de cada una. Este fue uno de los predictores encontrados en nuestro estudio hecho en el idioma español”. A ese predictor se suma la enseñanza del vocabulario desde los niveles iniciales. Según CLLIP, “si se les entregan las herramientas adecuadas a los docentes para evaluar, diagnosticar y planificar estrategias efectivas para trabajar con los alumnos, la comprensión de lectura mejora notablemente”.
Pero, ¿cómo evalúan la eficacia? “Los profesores se capacitan para ir evaluando de manera formativa los avances de sus alumnos. Y además, tienen la posibilidad de compararles respecto a estudiantes de otros países, usando mediciones estandarizadas en el idioma español como: Batería Woodcock Muñoz y DIBELS de la Universidad de Oregón”.
CLIPP trabaja también la fluidez con actividades que promueven el gusto por la lectura. Pero ¿qué es la fluidez? “se relaciona con la velocidad lectora y la precisión (el ritmo al leer, expresión y volumen, etc.), es decir, con aquello que permite que el niño de verdad entienda lo que está leyendo. Entendiendo de esta manera, se ha demostrado que es un indicador más de la comprensión lectora”.
Tal como aseguran los expertos, una manera de evaluar las destrezas lectoras en la Enseñanza Básica, sería, según la experiencia internacional, midiendo la fluidez (velocidad y calidad de la lectura) y la comprensión de lo leído. De hecho, “a lo largo de los últimos 25 años se ha validado repetidamente la medición de la velocidad lectora como un indicador sólido, además la velocidad y la comprensión lectora están altamente relacionadas”. (“Las Escuelas que Tenemos”).
Supuestamente los niños que leen rápido, tienen menor conciencia del esfuerzo que les significa ese trabajo, entienden mejor lo que leen, y por lo tanto tienden a leer más porque les resulta más fácil y entretenido.
Ventajas del Método Matte
Fuente: Aptus Chile
Lo que usted debe saber…
Sandra Moscatelli:
“La prueba SIMCE se realiza al final de un período escolar. Esto significa que lo evaluado corresponde a un proceso que vive el estudiante, al término del cual puede dar cuenta de los aprendizajes. Por lo tanto, mientras más experiencias de lectura tengan los niños y niñas, aplicando diversas estrategias, mejor será su rendimiento en esta área.
De hecho, según los especialistas, leer sistemáticamente diversos tipos de textos con diferentes propósitos permite que los estudiantes se transformen en lectores competentes. En esa misma línea, no hay que olvidar que el profesor, así como los padres son modelos que los niños y niñas imitan y por ello, un docente que lee tendrá mejores herramientas para estimular a sus estudiantes que el que no es buen lector. En definitiva, los profesores de aula juegan un papel importantísimo como modelos lectores”.
Pero ¿qué rol juegan los textos escolares en la lectoescritura? “Siguen siendo una herramienta fundamental para implementar el currículum ya que sistematizan, de manera coherente, las propuestas curriculares. Por cierto, no basta solamente con el texto escolar para desarrollar el vocabulario, pues la lectura permanente de distintos tipos de textos, unida a un docente mediador permiten que niños y niñas adquieran un vocabulario cada vez más rico y variado. En este sentido, las actividades deben ser intencionadas en tanto promuevan el uso de nuevas palabras por parte de los estudiantes, especialmente en sus producciones escritas”.
Por último, cabe destacar que: “Las evaluaciones censales (SIMCE) serán cada vez mas frecuentes para tener una información sistemática acerca de los avances de los aprendizajes de niños y niñas. A raíz de esto se planifica realizar también evaluaciones SIMCE especialmente para la escritura”.
Anne Marie Oliger
“La implementación del programa CLLIP significa un trabajo importante y un esfuerzo continuo por parte de los profesores. Por un lado, ellos deben asistir a capacitaciones, que duran dos años, en las cuales aprenden a evaluar, diagnosticar y a aplicar diferentes estrategias para la enseñanza de la alfabetización de sus alumnos. Son apoyados por “coaches” y por el Director y creador del Programa CLLIP, Dan Pallante.
Las planificaciones que realiza cada profesor de sus clases deben ser hechas pensando en el progreso o retroceso de cada niño en particular. Ya no son elaboradas al azar, se efectúan considerando el nivel en que se encuentran los alumnos. Tampoco son planificaciones sólo orientadas al contenido, sino que dirigidas a lo que los estudiantes realmente requieren respecto de sus habilidades básicas.
Cada docente está capacitado y cuenta con las herramientas adecuadas y validadas para la lengua castellana (estándar internacional) que le permiten comparar y evaluar el nivel real en que se encuentran sus alumnos. De esa manera se puede ir mejorando los aspectos más débiles y aquellos en los cuales el alumno presenta algún grado de dificultad”.
Patricia Matte:
“El método Matte busca enseñar a leer, pero siempre lo complementamos con un exhaustivo programa de seguimiento. Desde los inicios le hemos dado mucha importancia a la lectoescritura y por tanto, nuestras evaluaciones son periódicas y se inician en Pre-kinder. Hemos implementado una gran revolución en Preescolar y modificamos, incluso, los contenidos que se enseñaban en Primero Básico”.
Un dato a considerar: “Gracias a nuestras evaluaciones, en el mes de julio sabemos qué alumnos están en dificultades en lectoescritura y comprensión. Para ellos existe un plan de trabajo o “propuesta remedial”, que incluye toda una cultura dentro de la institución. Hasta la directora del establecimiento ingresa a la sala de clases en que está el alumno con problemas y participa del proceso de mejora.
El gran éxito de nuestro programa radica también en el trabajo que realizan sus profesores. Ellos se capacitan sí o sí en forma regular. Y si notamos que el aprendizaje no ha sido suficiente, traemos a ese docente a observar la clase del mejor profesor de ese tema, para que pueda aprender de primera fuente”.
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