Estudió Ingeniería Comercial en la Universidad Católica de Chile. Era una más de las alumnas de esa especialidad, pero sus energías y su corazón estaban en otra parte. Tenía un fuerte sello de espíritu y de ayuda social, estaba ‘impactada y descontenta por los problemas de desigualdad social que existen en el país.’

Es por eso que se contactó con personas del equipo de Enseña Chile, entidad que selecciona a profesionales de excelencia, de distintas carreras, para que trabajen por dos años a tiempo completo como profesores, contratados por colegios vulnerables. ‘Por eso es que una vez que egresé me fui directamente al colegio Cardenal José María Caro en La Pintana. Y ahora que estoy cerca de cumplir los dos años, no sé qué va a pasar, porque estoy súper contenta. Me cuesta mucho imaginarme en otro lugar.’

Actualmente es la profesora de los cursos ‘Servicio de Atención al Cliente’, ‘Gestión de Recursos Humanos’, ‘Comunicación Organizacional’, ‘Gestión de Comercio Exterior’, ‘Gestión de Pequeña Empresa’ a los alumnos de la especialidad técnica.

Sobre su experiencia como profesora cuenta: ‘Es muy impactante. Uno de mis alumnos, que salió y estaba haciendo la práctica en una importante empresa me escribió un mail: ‘gracias profe porque nos enseñó a trabajar en el área de servicio al cliente. Me preguntaron si me sentía capacitado y les dije que sí porque usted nos había enseñado todo lo relacionado con esas materias.’

Competencias Blandas
Es una convencida que puede y debe ayudar a sus alumnos. Por ejemplo el módulo de Recursos Humanos se encarga de preparar a sus alumnos para el mundo laboral: ‘Enseñarles cómo vestirse, cómo hablar, cómo elaborar su currículo, cómo alistar su entrevista personal y hasta, consejos y advertencias importantes de cómo comportarse ese mismo día. Son detalles, puede ser, pero llegan a marcar la diferencia, a la hora de buscar un trabajo’, asegura Bernardita.

Cuando se trata de enseñar competencias blandas, significa instruirles en un conjunto de habilidades no-cognitivas esenciales para aprender y desempeñarse exitosamente en el trabajo. Esas habilidades, cuenta la profesora se entrenan, y algunas de ellas corresponden a: Comunicación Asertiva, Adaptabilidad y Flexibilidad, Proactividad e Iniciativa, y Trabajo en equipo.

Bernardita cree que uno de los problemas que existen actualmente en la Educación Técnica es justamente sobre este punto. ‘Faltan técnicos en nuestro país, eso no cabe duda, pero se necesita instruirles en temas de competencias blandas, porque por lo general los alumnos que estudian en carreras técnicas -como sucede en nuestro establecimiento- provienen de sectores vulnerables, de escasos recursos. Por lo general, requieren apoyo fuerte en esas áreas’.

Nos contó que durante las primeras clases, los estudiantes eran desordenados. No sabían cómo comportarse, por ejemplo, cuando les iba a entregar una prueba, ella les decía que lo haría al final de la sesión para no perder tiempo y avanzar con las materias. Uno de ellos se levantó y le gritó que él la quería de inmediato. Ella le explicó el por qué y el alumno pudo entender y aprendió la lección. Ahora, el comportamiento de ese curso ha cambiado, ‘han mejorado bastante. Entienden que no pueden perder el tiempo y que cuentan con posibilidades, que otros estudiantes de su mismo nivel no tienen acceso.’

Esta profesora está convencida que la clave es confiar en sus alumnos. En buscar la manera de acercarse a ellos. ¿Cómo?, le preguntamos. ‘Hay que dedicarles tiempo, saber lo que les pasas, conocer sus necesidades y muchas veces, descubrir qué problemas tienen’.

Parte de esa estrategia, cuenta Bernardita, es ‘marcar presencia en el patio, en las actividades diarias o alguno de los juegos y competencias que se les ocurre realizar. Me gusta que sientan que estoy cerca de ellos, para lo que necesiten.’

Los desmotivados
Sin embargo, como sucede en cualquier asignatura, no todos los alumnos sienten ganas y deseos de aprender. Como se dice literalmente: ‘algunos que no estaba ni ahí.’ Para esos estudiantes, Bernardita también tiene recetas.

Lo importante es ir directo al grano. Averiguar qué es lo que les pasa, muchas veces, se trata de personas que arrastran algún tipo de problema familiar y por ello, no tienen ganas de atender una clase o realizar alguna actividad académica. No importa, ella sigue adelante, pase lo que pase, debe intentar sacar lo mejor de cada uno y luchar para ayudarles a solucionar sus problemas.

‘Uno de mis estudiantes no prestaba mucha atención a mis clases. Yo pensaba que era distraído o que simplemente no le interesaba lo que yo le estaba enseñando. Pero yo trataba de prestarle de todas maneras atención, aunque parecía que las cosas parecían no cambiar tanto. De repente, un día, se acercó y me dijo: sabe yo quiero ser profesor. Quiero esforzarme más y más para obtener 600 puntos en la PSU y conseguir la beca que entrega el Gobierno para estudiar Pedagogía.’

Desde ese día, Bernardita comprendió la razón de su trabajo. El hecho de que ‘con estos niños y jóvenes uno siembra una semilla, trabaja la tierra y algún día germina y nos regala un lindo fruto.’

Trabajar en sectores vulnerables y con jóvenes que provienen de contextos con grandes carencias económicas no siempre resulta una tarea fácil. Por el contrario, se necesita más ganas y más fuerzas. Lo que Bernardita encarna: ‘Me gusta ver a mis alumnos cuando hacen sus prácticas en empresas exitosas importantes, gracias a los contactos y la experiencia de Belén Educa, y ponen a prueba todos los conocimientos que les hemos inculcado aquí en el establecimiento.’