En la era en que el aprendizaje a lo largo de la vida es y será fundamental, los estudiantes parecen mostrar menos entusiasmo cada ciclo escolar.

Una encuesta realizada por Gallup, encontró que el compromiso escolar de los estudiantes de quinto grado es de un 74 % en comparación con un 34 % de los alumnos de doceavo grado, lo que demuestra el declive del 40 % en su motivación escolar.

Una de las razones detrás de este declive puede ser el enfoque de aprendizaje utilizado: si los maestros ofrecen recompensas por el conocimiento de los estudiantes, a la larga, estos se sienten menos motivados, ya que lo hacen no por el conocimiento, sino solamente porque necesitan estas recompensas para ingresar a ciertas actividades extracurriculares o para complacer a sus padres.

Según Gallup, el esfuerzo de docentes e instituciones educativas debe apuntar a inspirar una motivación intrínseca por aprender. Pero, ¿cómo motivar a los estudiantes? Para lograrlo, algunas escuelas apuestan por el aprendizaje personalizado, como lo está haciendo el Centro Regional y Técnico Regional Metropolitano (MET por sus siglas en inglés) en Providence, Rhode Island.

El MET es una escuela secundaria que promueve el aprendizaje independiente y cuenta con el apoyo de asesores y pasantías para los alumnos. Esto les permite a los alumnos acumular créditos en áreas de asignaturas tradicionales, realizando proyectos especiales, estudios autodirigidos e inscripción doble en las universidades locales.

Los estudiantes utilizan la resolución de problemas reales, realizan proyectos que pueden mostrarse en sus portafolios y establecen sus propios objetivos académicos para que puedan enfocar su interés en el proceso de aprendizaje. Se abstienen de recurrir a la recompensa de obtener objetivos tradicionales.

Además, uno de los factores clave que permite a MET mantener a sus estudiantes motivados, es su proceso de evaluación. En lugar de las pruebas y calificaciones tradicionales, la escuela secundaria se centra en hacer que el estudiante reflexione sobre lo que está aprendiendo para que pueda desarrollar su propio estándar interno preguntándose: «¿Es esto lo suficientemente bueno para el mundo real?»

La escuela considera la evaluación como una experiencia de aprendizaje por sí misma, por lo que utilizan diferentes herramientas de evaluación para determinar el progreso de un estudiante, como pueden ser exposiciones, portafolios digitales, narraciones y transcripciones, que se presentan a un panel de exhibición. Este panel de exhibición incluye a todos los involucrados en la vida del estudiante: familia, compañeros, docentes y mentores, lo que motiva a los estudiantes a hacer un buen trabajo.

Desde que son pequeños, a los estudiantes se les dice qué aprender, lo que puede llevar a que los estudiantes no estén seguros de sus intereses, afectando no solamente su motivación sino también su futuro. Un plan de aprendizaje individual que les permita saber qué les gusta y qué quieren hacer en la vida, así como su propio criterio de calidad para su trabajo, puede impactar profundamente en ellos y mantenerlos motivados para ser aprendices de por vida.