Con una Reforma que favorece a la Educación Técnico Profesional en Chile, a través de la ampliación de gratuidad para los estudiantes técnicos profesionales del 70% más vulnerable a partir del próximo año y una meta del 90% en los siguientes cuatro años, entrevistamos al Rector del Duoc UC para analizar los otros fenómenos que han contribuido a que este tipo de enseñanza esté viviendo un gran momento.

Ya sea que la “buena racha” pueda reflejarse en el mejoramiento de su calidad y discusión en torno a la continuidad de estudios, la autoridad de esta institución sabe del tema, porque además este año fueron 17 mil los alumnos de Duoc UC que fueron beneficiados con la gratuidad.

Para Ricardo Paredes, el buen momento porque pasa la educación TP se debe a tres situaciones: “Primero, la mayor consciencia y aprendizaje de experiencias internacionales y nacionales que muestran que este tipo de enseñanza es muy positivo para desarrollar competencias y mejorar la empleabilidad; dos, a que progresivamente se ha venido aumentando el financiamiento estudiantil del sector, y tres, a la enorme matrícula de estudiantes en el sector”, explica.

Lo más relevante para Paredes, es esto último, el incremento de matrículas, ya que ha repercutido fuertemente en que el sector se visibilice desde la escena pública.

Nuevos desafíos

“Precisamente, un desafío clave es comprender lo que ocurre. Personas cercanas al área de la educación tienen una visión muy obsoleta, lo que se exacerba en el caso de quienes no tienen cercanía. Entender correctamente significa diseñar bien la política pública, y en particular, diferenciar la formación a nivel escolar de la formación de oficios y la formación superior”, responde Ricardo cuando le preguntamos de los desafíos que conlleva el nuevo panorama.

Para él, enseñar sobre el rol de la educación superior técnica-profesional significa separarla de la formación universitaria, tanto para incrementar su valoración social como también abrir espacios a nuevos instrumentos de política, incluyendo el de financiamiento a nuevos métodos de enseñanza, a la investigación aplicada, y al desarrollo del país a través de un sector que incide enormemente en la productividad.

Como diría Paredes en una entrevista publicada el pasado fin de semana, “la educación TP está en un camino propio, distinto del universitario, que no es un escalón ni un paso previo para seguir en la universidad. Muchas veces los alumnos del mundo técnico-profesional aprenden cosas parecidas a lo que se aprende en la universidad, pero la metodología es distinta”.

Otros de los desafíos que debiera enfrentar la educación técnico-profesional en el corto plazo tienen que ver con la actualización tanto de las carreras como los métodos de enseñanza que las actuales instituciones TP ofrecen, lo que permitiría formar mejor a los alumnos para las nuevas generaciones.

“La obsolescencia de los oficios y carreras es enorme, como también lo están los métodos de enseñanza. El desarrollo de competencias de empleabilidad, llamadas del siglo XXI, son bastante diferentes a las que se proveen en una formación específica disciplinar, y las demandas van hacia allá. Sin instituciones que se adapten, seremos barridos por otras que sí están trabajando en ello y que hoy forman principalmente en idioma inglés”, señala Paredes.

En este sentido, el experto recalca la importancia de poder capacitarse articuladamente, como lo hace la enseñanza de tipo técnico-profesional en Duoc UC. “Es distinto a lo universitario en el sentido de la profundidad y el ámbito de ejercicio, recogiendo la tendencia mundial de formación a través de módulos”, sentencia.