Los apoderados tienen un papel protagónico en este desafío. Son quienes facilitan que sus hijos lleguen puntualmente al colegio y comprendan la importancia de asistir cada día. En ese sentido, Jorquera sugiere que la primera reunión de apoderados sea una instancia para generar un compromiso grupal respecto a la asistencia. “Debemos promover un mensaje pedagógico y formativo, evitando los enfoques punitivos”, indica.

«Los apoderados tienen un rol clave en la promoción y asistencia a clases, ya que son quienes facilitan que los estudiantes asistan a clases todos los días. Por lo que debemos sensibilizar a cada uno de ellos con la importancia que tienen para sus estudiantes el asistir a clases, y cómo esto impacta en el desarrollo de habilidades que son fundamentales para la vida y en el aprendizaje mismo».

En el caso de los estudiantes de enseñanza media, la tarea es aún más desafiante. A esa edad, muchas veces son ellos quienes deciden si asistir o no a clases. Por eso, es clave motivarlos desde el primer día, conectando la asistencia con sus intereses, metas y proyectos futuros. “Mostremos cómo ir a clases impacta positivamente en lo que quieren lograr”, señala Jorquera, quien además recomienda fortalecer una mentalidad de crecimiento, donde los jóvenes crean en sus propias capacidades.

Construir una cultura escolar que valore la asistencia requiere el esfuerzo de toda la comunidad educativa. Para lograrlo, es esencial que el discurso sea coherente, positivo y centrado en el aprendizaje. “No se trata solo de cumplir un requisito administrativo, sino de comprender que asistir a clases es un factor determinante en el desarrollo personal y académico de los estudiantes”, explica.

Como parte de esta labor, Fundación Presente está ofreciendo cursos para los colegios que integran la RED Irarrázaval, con el fin de generar una cultura participativa en torno a la asistencia. La invitación es a involucrar a todos los actores de la comunidad educativa, promoviendo un enfoque motivador que ponga el aprendizaje al centro.