Llega el verano y muchos padres optan por inscribir a sus hijos en “jardines infantiles de verano”. Estos locales que se encuentran abiertos por doce horas y que cumplen la misma función de cuidar y a la vez educar a los niños son “la mejor opción para los padres ocupados, que trabajan y que quieren entretener a sus hijos durante las vacaciones”, declara María José García, educadora de párvulo.

Talleres lúdicos como de arte, música o expresión corporal, y en diferentes horarios son algunas de las actividades que generalmente se realizan en estos jardines de verano  que “tienen menos rigidez que una sala convencional del año escolar”, explica la docente.

Seguir desarrollando las habilidades sociales es uno de los principales enfoques de este tipo de jardines que buscan la formación de vínculos entre los niños desde los tres meses hasta los cinco años, ayudándolos de esta manera “a compartir, jugar y aprender todos juntos de una manera más didáctica y entretenida”, afirma María José García.

Dar la “tranquilidad” a los padres de que sus hijos estarán bien es “crucial” para el tema de los jardines, es por esto que muchas de las educadoras de estos establecimientos son “profesoras de otros colegios o expertas en diferentes disciplinas que enseñan en el jardín”, cuenta la educadora de párvulo, quien además destaca estos jardines de verano “como una oportunidad que hay que aprovechar”.

Los padres “no se deben sentir mal” por inscribir a sus hijos en jardines durante las vacaciones, sino que lo “tienen que tomar como una instancia en la que su hijo aprenderá y explorará su imaginación a mil”, concluye la docente.

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