En conversación con Educar Conectados, el podcast de Grupo Educar, destaca la necesidad de fomentar el hábito lector tanto en la escuela como en la familia, y plantea que la lectura es un proceso que va mucho más allá del aula.

En enero de 2025 se realizó el encuentro «Qué y cómo leen los jóvenes», que tuvo entre los participantes a Guillermo Soto, también profesor de la Universidad de Chile. A partir de esa experiencia, se abrió un espacio de reflexión sobre el mito de que los jóvenes no leen. “No existen cifras exactas sobre los hábitos de lectura juvenil porque el objetivo del encuentro no fue cuantitativo, sino generar un espacio de reflexión en torno a la experiencia lectora”, aclara Soto. “Si uno entra a una librería en Santiago, incluso de barrio, va a encontrar estantes llenos de libros para el público juvenil. Eso sugiere que sí hay jóvenes leyendo”.

¿Qué leen hoy los jóvenes?

Soto asegura que los jóvenes leen de todo. Desde sagas, como Harry Potter, hasta novelas románticas y literatura japonesa, en particular mangas. “Un joven puede estar leyendo a Dostoyevski o a Camus y, al mismo tiempo, tener una colección de mangas en su pieza”, comenta.

En comparación a generaciones anteriores, hay una variedad de géneros y formatos que enriquecen la experiencia lectora de los jóvenes de hoy.

“El placer de la lectura es difícil de explicar a quien no lo ha vivido”, sostiene Soto. Pero, además de ser un disfrute, la lectura permite “ensanchar nuestra perspectiva del mundo”. Cita a la filósofa Martha Nussbaum para resaltar el valor de la literatura en el desarrollo de la empatía y la comprensión de otras realidades. “La lectura enriquece nuestro manejo del lenguaje y nos hace más humanos”, afirma.

Leer impacta el aprendizaje

Frente a los bajos resultados en lenguaje del SIMCE de cuarto y sexto básico, Soto es claro: “Leer es como nadar. No se mejora leyendo sobre lectura, sino leyendo libros. Y para eso se necesita un hábito”.

En este sentido, propone que los profesores sean los primeros en fomentar el amor por los libros. “Necesitamos profesores lectores. Yo impulsaría políticas que promuevan la lectura entre los docentes, como descuentos en libros o acceso a actividades culturales”, destaca.

Además, subraya la importancia de bibliotecas accesibles y actualizadas. “Una mayor experiencia lectora fortalece la comprensión de lectura, y eso potencia el aprendizaje general”, señala.

La familia como clave para formar lectores

Soto destaca el papel de la familia en el desarrollo de hábitos lectores. “La educación no termina en la escuela. Los países nórdicos lo entienden bien; el papel de la familia es central en el proceso de enseñanza de la lectura”, explica.