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Regístrate y accede a la revistaProducto del cierre de clases, los niños de 2020 disminuyeron en 3.8 puntos de puntaje en vocabulario en comparación con 2017, según el estudio “Educación Temprana y Pandemia: resultados de una medición durante la emergencia”, realizado por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC. Un escenario con implicancias a largo plazo y que podría traducirse en un punto del PIB, según el economista Sergio Urzúa.
“Tenemos un inmenso problema”, aseguró el economista de la Universidad de Maryland, Sergio Urzúa, al referirse sobre el estudio “Educación Temprana y Pandemia: resultados de una medición durante la emergencia”, realizado por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, por encargo de la Fundación Educacional Choshuenco, Protectora de la Infancia y Fundación Liguria.
El objetivo era comprender el efecto en los aprendizajes y bienestar socioemocional de la pandemia en niños en etapa preescolar. Se llevó a cabo entre el 25 de noviembre y el 23 de diciembre 2020, donde se evaluaron en los jardines 240 niños y niñas de 3 a 4 años, matriculados en siete centros de la RM.
“Este estudio arrojó que el rezago en vocabulario, desarrollo general y socioemocional es importante, los niños evaluados demuestran un desempeño significativamente menor que el logrado por una población equivalente en 2017. Los rezagos no solo son estadísticamente significativos sino que de una magnitud importante”, explicó Alejandra Abufhele, Investigadora Asociada del centro durante la sesión de lanzamiento.
Cuando se comparan los niños de 2020 con los de 2017, se ve una diferencia de 3.8 puntos de puntaje en vocabulario. Considerando el impacto que tiene la educación de la madre en esta área, “los resultados sugieren que el impacto de la pandemia es equivalente a quitarle el título universitario a la madre de ese niño”, aseguró en el encuentro Sergio Urzúa.
“Toda la evidencia apunta a que estos efectos serán a largo plazo. No se evaporarán una vez abiertas las clases. Se verá un retroceso en el proceso formativo educacional. El impacto de largo plazo se puede traducir en un punto del PIB anual, ese es el tamaño del desastre que estamos viendo”, agregó el economista.
Para concluir, Urzúa puso énfasis en que la solución implica que el rol del Estado será fundamental y que los docentes se convertirán en un pilar. “Debemos avanzar en un sistema educativo que pueda compensar estas deficiencias que se han generado. Que haya programas de capacitación y nivelación durante las vacaciones. Vamos a tener que hacer un esfuerzo adicional. Las asociaciones público privadas también serán esenciales. Chile cambió, educar será distinto”, concluyó.
Por su parte, la directora académica de la Fundación EducAraucanía, Rosita Puga, dijo que “los que trabajamos en educación en pobreza sabemos el impacto que tiene la educación temprana en niños de sectores vulnerables y no nos sorprenden estos resultados. La dificultad de hoy se concentra en el desigual desarrollo de habilidades complejas necesarias para la vida moderna como las medidas en este estudio”. Frente a esto, Puga propone algunas medidas para cerrar la brecha y subir la vara en educación temprana, que son:
Por último, presentó la subsecretaria de Educación Parvularia, María Jesús Honorato quien agradeció esta medición, dado que es clave para avanzar. “Nos apremia muchísimo. Esta subsecretaría, que tiene cinco años, plantea que se requieren ciertos instrumentos para formar un sistema que apunte a la calidad y para avanzar se necesita medición y evidencia como esta”.
Revisa la sesión completa aquí.
Presentación Alejandra Abufhele
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