Solo faltan seis años para que llegue la fecha. En ese plazo Chile tiene que buscar y poner en práctica una solución para el gran problema que, según el estudio realizado por Elige Educar, enfrentará a los institutos a la falta de 32 mil profesores idóneos para cada clase.

El estudio detectó que en nuestro país hay cerca de 7.000 profesores que no cuentan con un título de profesor para el nivel de clases que imparten, aunque tengan autorización legal para realizarlas. Actualmente, esto significa que un 3% del profesorado no cuenta con una preparación suficiente. El problema está en que para el 2025 este número se podría cuadruplicar.

Ignacio Maldonado es el Director de Impulso de Políticas Públicas en Elige Educar, y cuenta que el estudio se realizó porque “desde 2010 hemos visto cómo se ha reducido la matrícula de las pedagogías. Este hecho, junto con los múltiples cambios que ha experimentado el sistema educativo, hacía necesario saber si tendremos la cantidad de docentes idóneos que el país requerirá”.

Maldonado afirma que al iniciar el estudio sabían que en la última década ha mejorado el tipo de estudiantes de pedagogía, pero que a la vez ha caído la matrícula total de esta carrera. Lorena Medina, decana de la Facultad de Educación de la PUC, cuenta que en la universidad llegan cada vez estudiantes con mejores puntajes, incluso algunos nacionales, para pedagogía básica y medias. “Pero lo que hemos hecho es bajar el puntaje de corte en pedagogía en educación parvularia y pedagogía en educación básica, llegando a 600 puntos mínimos, que es lo exigido para postular a la Universidad Católica, con la finalidad de aumentar vacantes. Además, este último año la matrícula en educación básica ha bajado en todo el país y eso sí es un tema muy preocupante”.

En paralelo ha aumentado la proporción de horas que los profesores tienen para preparar sus clases. “Es decir necesitaremos contratar más profesores para hacer clases, pero cada vez egresan menos. En este contexto era esperable que existan asignaturas y zonas específicas donde faltarán profesores, sin embargo, no esperábamos que esto sucediera en todas las regiones”.

La Decana explica que el problema más que en la malla está en el currículum nacional excesivamente contenidista para cada una de las asignaturas, lo que hace que las mallas se construyan en sintonía para los docentes requeridos por el sistema escolar chileno, de acuerdo al mismo curriculum. “Con ello, se ha descuidado una formación más integral, dejando de lado ámbitos como las habilidades socioemocionales, la sensibilidad artística y metodologías inclusivas, entre otras”. Sin embargo, dice, hoy esto es un parámetro relevante para la acreditación de las Pedagogías.

Buscando una solución

En la PUC están trabajando para atraer a los mejores alumnos de cada generación a estudiar esta carrera y, según cuenta Medina, se están realizando acciones, desde las universidades a través de campañas y propedéuticos, ONGs y Elige Educar. “En nuestro caso, en la Universidad Católica hemos realizado una campaña comunicacional denominada Pedagogías UC», dice. Y agrega: “Sin duda, aún no es suficiente, necesitamos avanzar hacia acuerdos transversales en política educativa de país para lograr un cambio real en la valoración social de la profesión docente”.

Desde Elige Educar sostienen que aún estamos a tiempo de evitar el déficit proyectado, “pero la tarea es grande y por lo mismo necesitamos de todos: universidades, gobierno, parlamentarios y la sociedad civil”, dice Maldonado.

Para esto han propuesto tres ejes: atracción, para aumentar la matrícula de las pedagogías; planes de retención, para disminuir la deserción de profesores en ejercicio; y reinserción de los profesores que se han ido. “Por ello la reacción que han tenido los distintos actores, que rápidamente se centraron en hacer propuestas para evitar este escenario, nos hace ser optimistas”, concluye.