Los padres y las escuelas pueden enseñar a los niños sobre virtudes como la honestidad, la justicia y la responsabilidad a través de la teoría, la discusión y la práctica, pero cuando llega el momento, es la conciencia del niño o el adolescente la que determina si pondrán estas virtudes en acción.

¿Cómo podemos saber si un niño o joven está desarrollando su conciencia moral? Según los investigadores, hay varios aspectos a tener en cuenta: ¿Acatan las reglas incluso cuando nadie está mirando? ¿Se sienten preocupados por alguien que está necesitando ayuda? ¿Y se sienten incómodos cuando han hecho algo mal?

Por ejemplo, si un niño se siente incómodo al ver a su amigo hablarle irrespetuosamente a su madre, eso es su conciencia. El niño sabe que no está bien hablar así con un padre y siente las emociones dentro de sí mismo que le dicen que no está bien.

¿Cómo ayudar a los niños y jóvenes a forjar su conciencia?

• Demostrarles a los hijos o alumnos que los valoramos como personas. Tener trato amable y respetuoso. De esa manera, es más probable que cale en ellos la teoría acerca de virtudes y buen trato, pues nuestro testimonio será la mayor enseñanza.
• Estar dispuestos a discutir y debatir reglas. Llegada una edad los jóvenes comienzan a cuestionar y probar las reglas que consideran que los adultos han instaurado «arbitrariamente» y a diferenciarlas de aquellas que son de naturaleza moral. Por ejemplo, no mascar chicle en la sala (arbitraria) versus no burlarse de otras personas (moral). Esta distinción es una buena señal pues muestra que los jóvenes quieren realmente involucrarse con las reglas que siguen. Debatir y discutir al respecto ayudará a los jóvenes a desarrollar la sabiduría para enfrentarse a dilemas éticos y a identificar los valores que rigen su propia conciencia.

• Demostrarles que nos parecen buenas personas. Esto ayuda a que ellos se vean a sí mismos como buenas personas y sientan la seguridad de que pueden optar bien.

• Ayudarles a identificar qué sensación les produce haber obrado bien. La paz y especie de alegría que queda como consecuencia de haber escogido lo que creemos correcto incluso tiene un nombre: elevación moral. Y a nivel cerebral es una emoción que pone en marcha un circuito de recompensa que nos motiva, desde distintas aristas, a seguir escogiendo el bien.

Fuente:
“Four Ways Teachers Can Help Students Develop a Conscience”
https://greatergood.berkeley.edu/article/item/four_ways_teachers_can_help_students_develop_a_conscience