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Regístrate y accede a la revistaEn los próximos días se realizará un seminario Organizado por Fundación Chile, en el que el tema central es el mejoramiento escolar, basado en el modelo del cubo Rubik, en el que para armar el cubo hay que tener en vista las seis caras del mismo. Llevado a la educación, el mejoramiento escolar, consta de seis aspectos, y todos deben ser movidos de manera sistémica para lograr una mejor calidad de educación. En este contexto, hablamos con Andrea Osorio, líder de mejoramiento escolar de Fundación Chile, quien da cuenta de los desafíos que aún están en esta materia en nuestro país.
Cuando se habla de mejoramiento escolar, ¿cuál es el foco que se tiene que tener para lograr una mejora?
La verdad es que son varios focos, dependiendo de las características que quiera darse al apoyo del mejoramiento, puede enfatizarse una u otra área. Hay algunas palancas claves que ha distinguido la literatura. La acción docente en el aula, es vista como un primer factor importante en el mejoramiento, o sea cómo dotamos a los y las docentes de mejores herramientas para el quehacer en el aula. Pero también importan los buenos directores para que puedan dirigir los procesos, y generar las condiciones para que estos profesores puedan adquirir esas herramientas y también se requieren buenos sostenedores. Entonces uno empieza a mirar que son varios aspectos y que el mejoramiento es un proceso complejo y que no incluye solo un actor, o solo una mirada o solo un aspecto de toda la dinámica escolar.
-¿Qué rol juega la familia en estos procesos?
-Sin duda el rol de la familia en un niño o una niña es muy importante. Pero en ese sentido hoy hay un contexto de familias diversas, por lo tanto nuestra apuesta está enfocada en lo que compete a los actores escolares directos. La familia puede ser y no ser un aporte, dependiendo de las condiciones, pero es un área complejo de trabajar y controlar. Cuando acompañamos en el mejoramiento a escuelas en situaciones de mayor vulnerabilidad, lo hacemos para poder otorgar la mayor cantidad de herramientas para ampliar oportunidades de aprendizajes de los estudiantes desde la propia gestión educativa. Siempre es bueno involucrar a la familia como parte de la comunidad, y poder construir un proyecto educativo que la familia comprenda y comparta, pero no siempre es posible.
-¿Cuál es el contexto de un colegio que necesita mejoramiento?
-Hay diferentes niveles, la mejora es posible en todos los contextos, incluso en escuelas que les está yendo bien, siempre hay un potencial de mejora. Nosotros trabajamos bajo el modelo de mejoramiento continuo, que tiene que ver con que tú aplicas cierta estrategia de mejora, miras los resultados y te pones nuevas metas, a partir de los aprendizajes. Entonces son amplias las características de una escuela que requiere mejoramiento.
Ahora es cierto que hay escuelas y liceos que la agencia cataloga de insuficiente, y que se dice ahí hay una necesidad de apoyo directo. En general la característica principal es bajos puntajes SIMCE y PSU, pero además hay factores de gestión interna que pesan respecto de la calidad, como nivel de repitencia, tasa de asistencia; indicadores que hablan de lo que debiera pasar en un establecimiento.
De pronto una alta tasa de repitencia tiene que ver con una mala gestión, y no solo con que justo tocaron niños que no sabían. Y normalmente esas escuelas requieren apoyo en un aspecto que se denomina de normalización, de poder ordenar ciertos procesos. A veces son establecimientos que no están preparados para una propuesta innovadora, porque la innovación implica cambios,
deshacer algo y hacer otra cosa. Pero cuando una escuela no ha logrado, por diferentes motivos, tener una buena organización, incluir un elemento distinto, que implique además un esfuerzo de los profesores, que pueden no estar contentos por algún motivo, al final se puede hacer un mal más que un bien.
Hemos aprendido que hay que ordenar la casa, tener una organización horaria, una organización de entrada de los estudiantes, condiciones que permitan a los alumnos aprender. Desde aspectos estructurales, por ejemplo, si hay docentes a los que la municipalidad o el sostenedor no ha pagado sus cotizaciones, no es un buen ambiente para llegar con una innovación. Los docentes deben tener ciertas condiciones básicas garantizadas para poder desarrollar su trabajo.
-De los aspectos que se nombran como puntos para mejorar, ¿cuál es el punto más crítico?
-Lo más complejo y los más preocupante son los indicadores que dan cuenta que los estudiantes no están aprendiendo. Ya sea por prueba SIMCE, o tasa de repitencia, o por las notas, o porque comparas los resultados con otros y te das cuenta que hay una brecha inmensa. Esa es una situación que a nosotros como fundación nos interesa participar con propuestas concretas que permitan ampliar las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes.
Y eso muchas veces tiene que ver con cuestionar los modelos actuales de trabajo en la sala de clases, en que nuestros alumnos han cambiado, el acceso a la información ha generado otras condiciones. Hoy se requieren otras habilidades, nuestra educación estuvo basada mucho tiempo en la memorización, y saberes concretos, hoy nos damos cuenta que lo que se requiere es otra cosa. La información y datos están, es fácil obtenerla, entonces necesitamos alumnos que sepan analizar y jugar con esos datos. Que los puedan usar para crear otras cosas y para entender y comprender realidades .Desde ahí nuestro interés en promover metodologías el siglo XXI, que respondan a la necesidad que los estudiantes hagan más en su vida escolar, más que escuchar y ver.
-¿Cuál es la importancia de las políticas públicas?
-Los factores del mejoramiento son variados, y la política sin duda que influye respecto de los procesos. Nosotros como fundación lo que buscamos es mostrar caminos para eso. En la medida que nosotros probamos una metodología, y logramos identificar los factores que se involucran, que no es solo, la capacitación de los docentes, sino que además de directores que permitan que pasen las cosas, con cambios administrativos. Es mostrar a la política cuáles podrían ser los futuros
caminos, iluminar próximas decisiones, y para iluminar necesitamos contar con laboratorios, con aplicación, y con evidencias que permitan a las autoridades tomar decisiones informadas.
-¿En qué consiste el modelo Rubik para la educación?
-Básicamente que el mejoramiento tiene que tener una visión sistémica. La propuesta se resume en la metáfora del cubo rubik, donde es necesario mover seis elementos en forma simultánea para lograr el cambio educativo: el currículum, la metodología de aprendizaje, la evaluación, la organización de la escuela, el sistema educativo y el liderazgo pedagógico. Cuando se define un aspecto a apoyar en una escuela, uno no puede no tener en vista las otras. No se puede pensar en el mejoramiento de una escuela por ejemplo, llegando solo a la sala de clases y capacitar profesores, si no estás viendo el clima de la escuela, cuál es el tipo de líder que tienen, y las oportunidades que van a tener para aplicar las metodologías innovadoras.
La innovación es cambio, y el cambio asusta, porque es dejar de hacer lo que sabemos hacer y con lo que sabemos hacer es con lo que nos sentimos más cómodos. El cambio puede ser sujeto de problema para los estudiantes, para los padres que no entienden lo que se está haciendo. Todos tenemos nuestro chip de lo que es una buena educación, y de repente te cambian el paradigma y hoy resulta que una buena educación tiene que ver con las oportunidades de despliegue de los estudiantes, posibilidades de hacer, de investigar y de crear.
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