Fue una persona de gran bondad, hombre de fe y padre de familia. Tuvo una trayectoria brillante en el mundo de las leyes, y también realizó una importante contribución al mundo de la educación técnica a través de su destacado rol en la Fundación Irarrázaval, en donde estuvo ligado más de 44 años, como miembro del consejo, gerente general y presidente del consejo desde 2013. 

Siempre veló por cumplir a cabalidad la misión de la Fundación Irarrázaval, apoyando a los colegios técnico profesionales que conforman su RED a lo largo de Chile y que forman integralmente a sus estudiantes, con sólidos principios y valores cristianos y excelencia académica, permitiéndoles convertirse en técnicos y profesionales que agregan valor a lo que hacen. En su intervención en el XXIV Seminario Nacional Claves para la Educación del Futuro, realizado en agosto de año recién pasado, señaló: “Nos parece esencial, para responder las grandes preguntas que la educación nos presenta, poner el foco en la persona”. 

Con mucho afecto destacamos la figura de don Arturo Yrarrázaval Covarrubias por su gran contribución a la educación técnica del país, a través de su valioso aporte en el trabajo desarrollado en Fundación Irarrázaval.

Su trayectoria…

Arturo Yrarrázaval nació el 7 de julio de 1946. Cursó sus estudios de pregrado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde fue presidente del Centro de Alumnos de la Facultad de Derecho y obtuvo el grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en 1970. El mismo año obtuvo el título profesional de abogado. Posteriormente, accedió al máster en Derecho Comparado de la Universidad de Nueva York (1974) y el doctorado en Derecho en la Universidad de Yale (1976).

Inició su actividad académica en la PUC como profesor en la Facultad de Derecho en 1983, donde dictó varios cursos y llegó a convertirse en decano de esa Facultad por dos períodos consecutivos, entre 2003 y 2010. Asimismo, fue el primer decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, entre 1990 y 1996.

Durante su trayectoria académica, fue destacado en la PUC con distintos premios como mejor profesor y el premio a la Excelencia Docente de la Universidad en 2010. Recibió también el grado honorífico de profesor emérito de la Facultad y el premio Monseñor Carlos Casanueva, máximo reconocimiento UC otorgado a aquellos académicos que han dejado su impronta en la comunidad universitaria, y el título de Profesor Emérito en 2022. Fue autor de diversas publicaciones, nacionales e internacionales, destacando el Manual de Derecho Económico y el Diccionario Jurídico-Económico, ambos publicados por Ediciones UC.

En el ámbito público, como abogado y árbitro, participó activamente de distintas instancias de trabajo que han incidido en la política económica del país: fue miembro de la Comisión Preventiva y de la Comisión Resolutiva de la Libre Competencia, de la Comisión de Supervisión Financiera del Ministerio de Hacienda, de la Comisión Asesora Presidencial de Libre Competencia y de la Comisión de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas. Además, fue presidente del Consejo de Autorregulación de las Compañías de Seguros desde su fundación. En el ámbito privado, fue socio fundador del estudio Yrarrázaval, Ruiz Tagle, Ovalle, Salas y Vial.