Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revista¿Cómo lidian los niños con la muerte de un ser querido? ¿cuándo el duelo se convierte en actitudes que deben encender las alarmas? El contexto actual es desafiante y puede afectar enormemente la salud mental de los estudiantes. Te contamos cómo enfrentar estas situaciones.
“La salud mental del estudiante no es un tema extracurricular”, cuenta Marcela Rodríguez, de la fundación Esperanza Previene. El contexto actual es desafiante y puede afectar enormemente la estabilidad emocional de los estudiantes, algo en lo que tienen que involucrarse tanto profesores como apoderados. Cómo abordar cada caso en particular es clave para un buen desenlace.
Fundación Esperanza Previene recomienda establecer protocolos para orientar a la comunidad educativa y es de suma importancia que sea socializado a todos. En un seminario realizado a docentes, se entregaron las señales esperables y preocupantes que un niño puede manifestar frente a la pérdida de un ser querido, y cómo abordarlo.
Entre los 0 y 6 años
Es normal que un niño tenga oscilaciones en la comprensión, miedo a la muerte propia o de un familiar, enojo o confusión, negación, agresividad o bajar el rendimiento escolar. Es tiempo de preocuparse si aparecen somatizaciones que no cesan, dolores repetidos sin causa médica aparente, problemas para conciliar el sueño o de alimentación, nerviosismos en actividades cotidianas, síntomas depresivos de manera prolongada, apatía, falta de emoción, miedos prolongados, ansiedad de separación, entre otros.
Para ayudar, es importante explicar al niño sin ocultar, mentir o endulzar la realidad, integrarlo en los ritos funerarios, respetar el duelo, proporcionar actividades para facilitar el recuerdo del ser querido, corregir las conductas indeseables y explicarles lo que pensamos que está sucediendo.
En preadolescentes entre 10 y 12 años
Es esperable que un niño sufra negación, no quiera hablar sobre la pérdida, sentirse abrumados u hostigados. Sin embargo, es preocupante que sufra aislamiento social extremo tanto en el colegio como con la familia, Insensibilidad emocional, baje significativamente el rendimiento académico, tristeza extrema, somatizaciones entre otros.
Se puede ayudar evitando las explicaciones adaptadas, facilitando la expresión de las emociones, respetar el silencio, dar la mayor seguridad posible y conocer otras experiencias similares.
En adolescentes, a partir de los 12 años
Es normal tener reacciones parecidas a los adultos, sentir que su vida carece de sentido, ansiedad o incluso mirar su propia muerte y considerarla una solución a los problemas que provoca la pérdida. Hay que preocuparse cuando se presentan actitudes como aislamiento o agresividad extrema, consumo de drogas, pensamiento sobre muerte que no cesa, abandonar actividades de interés, síntomas depresivos, entre otros.
Ayuda mucho evitar las explicaciones complejas, dándole espacio para expresarse y reaccionar y permitir participar en ritos de despedidas.
Apoyar el duelo desde el aula, algunas recomendaciones
Puedes encontrar más información en la presentación del seminario JÓVENES Y CONDUCTAS DE RIESGO EN EL MARCO DE LA PANDEMIA: Protocolos de apoyo y derivación psicoemocional»
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.