Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaLa polémica medida del ministro de educación francés, Jean-Michel Blanquer, quien en un “mensaje de salud pública para las familias”, establece prohibir el uso de los celulares a los alumnos menores de 15 años, nos permite aprovechar esta oportunidad histórica que nos plantea el avance de la tecnología para tomar como desafío el educar a nuestros hijos en el uso ético, seguro y responsable de las tecnologías.
Muchos padres chilenos aplauden esta medida, ya que les parece del todo sensato que los hijos vayan al colegio a estudiar y aprovechen ese valioso tiempo en actividades que les aporten algo más que dar likes o ver una y otra vez el mismo video en YouTube. Los franceses deben haber investigado su realidad y seguramente, tomaron la medida que mejor se ajustó a sus problemáticas, sin perjucio, que no necesariamente sea la más indicada.
Pero seamos sinceros: prohibir nunca ha sido la solución más óptima para abordar los problemas entre personas, sino va de la mano de actividades formativas que logren prevenir o disuadir las conductas indeseadas educando en el buen uso de los medios digitales.
Las medidas como la escogida en Francia, evidencian que no siempre es posible educar a nuestros hijos en la libertad, permitiéndoles aprender a tomar sus propias decisiones haciéndose cargo de sus actos en la medida que crecen.
Esta noticia, debería promover el diálogo nacional para incorporar en el currículum un programa formativo orientado a educar en la ciudadanía digital que demanda la sociedad del Siglo XXI. Niños y jóvenes reciben celulares y acceden a tecnologías desde muy temprana edad y careciendo de instancias formativas para aprender a desenvolverse en el mundo digital sin riesgos.
En muchos colegios chilenos, existen reglamentos de convivencia escolar que contemplan la misma prohibición francesa. Estas normas regulan las conductas pero no resuelven el problema de fondo. Educar en la era digital requiere reformar el currículum escolar e incorporar estos nuevos temas asumiendo también la educación de las familias. Si bien, puede verse la prohibición entonces, como una alternativa válida que podría recuperarnos esos espacios de intimidad que nos arrebataron las tecnologías. Pero prohibir no resuelve la falta de formación digital que los niños y jóvenes requieren. Existen medidas mucho más efectivas para desconectar a nuestros hijos de sus celulares que la polémica normativa francesa y pueden incluso ser complementarias. Me gustaría ver en las escuelas una agenda de actividades recreacionales que se desarrollen en los recreos escolares; orientadas a potenciar el arte, la música, los deportes, la labor social y tantas otras actividades más.
Aprovechemos esta discusión para sincerar la necesidad urgente que tenemos como padres de recibir la adecuada formación para educarlos como ciudadanos digitales. Necesitamos promover criterios frente al uso responsable, ético y seguro de todas las tecnologías que nuestros hijos tienen al alcance. Se nos presenta entonces una oportunidad que no podemos dejar pasar.
Siendo la libertad un derecho fundamental de las personas que debe garantizar el Estado; aprender a respetar esta libertad y actuar libre es algo que se educa desde muy temprana edad y se refuerza a diario. Junto con esto, formar ciudadanos digitales debería ser parte del currículum escolar desde la educación preescolar incluyendo a los padres, para que puedan liderar la educación de sus hijos en una alianza fundada entre familia y escuela.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.