“Nosotros ofrecemos ese camino a la educación superior, pero no podemos transformarnos en un mero trampolín. También debemos ser un fin en sí mismo”, dice certero Francisco Rodríguez, director del Liceo Técnico Profesional Víctor Bezanilla Salinas, a pesar que desde siempre el colegio ha fomentado la continuidad de estudios y hoy forma parte del Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE) del Ministerio de Educación.

Por Angélica Cabezas Torres

Su historia data de 1938,  como la primera Escuela Nacional de Artesanos en Recoleta,  y luego en los años 60 se instalan en el centro de la capital, en el edificio que ocupaba la Central de Leche de Santiago. La trayectoria es larga y demuestra que el actual Liceo Víctor Bezanilla Salinas, siempre ha estado ligado a la educación técnico profesional. 

Hoy la escuela, posee una matrícula cercana a los 500 alumnos e imparte cinco especialidades: Edificación, Refrigeración y Climatización (dual), Construcciones metálicas (dual), Instalaciones sanitarias y Productos de la madera. 

Francisco Rodríguez, director del Liceo Técnico-Profesional Víctor Bezanilla Salinas, cree en la educación media técnica profesional (EMTP) y es crítico al momento de considerarla tan solo como un pasillo a la educación superior. Asegura que la EMTP efectivamente entrega herramientas a los alumnos para desarrollarse plenamente, aunque esta posición no implica en ningún caso estar en contra de la prosecución de estudios.  

¿Cree usted que es necesario fortalecer la EMTP?

—Todos los países necesitan investigación y desarrollo, además de profesionales que se gradúan de los IP (Institutos Profesionales) y las universidades, y eso no se puede desconocer. Sin embargo, tenemos que entender que hay una masa crítica de estudiantes vulnerables a quienes, por su proceso formativo desde preescolar en adelante, les va a ser muy complejo su acceso a la educación terciaria. Es por eso que la EMTP requiere ser fortalecida no solo en términos de equipamiento y calidad en los procesos de gestión educativa, sino también requiere ser visibilizada a nivel de políticas públicas. Que nuestros estudiantes sepan que se trata de una posibilidad que podría ser intermedia, pero que también entiendan que teniendo una EMTP de calidad pueden abordar la vida laboral de una muy buena manera.  

Nosotros nos preocupamos no solo de que los muchachos cuenten con los conocimientos, las habilidades y las destrezas propias del técnico, sino también que posean capital moral, espiritual y ético que les permita desenvolverse con un valor agregado en la empresa. En el liceo les ofrecemos ese camino a la educación superior, pero no podemos transformarnos en un pasillo, en un mero trampolín. También debemos ser un fin en sí mismo. 

¿Tienen registro de sus exalumnos?

—Contamos con estudios de seguimiento y, por cuarto año consecutivo, el establecimiento tiene un 100% de ocupación, lo cual nos enorgullece enormemente. Ese resultado significa que todos nuestros egresados están ocupados estudiando o trabajando.  

El liceo fue seleccionado por el Ministerio de Educación para ser parte del PACE, un programa que busca restituir el derecho a la educación superior a estudiantes de sectores vulnerables, garantizándoles un cupo en ella. En este marco, ¿cuál es la institución de educación superior que está colaborando con su establecimiento? 

—Nuestra institución acompañante es Duoc UC. Ellos realizan todo el proceso de acompañamiento de nuestros estudiantes, en dos áreas: orientación vocacional y académica, para que los actuales terceros medios hagan uso de los cupos PACE en 2016 y puedan acceder a la universidad. 

¿Cuáles son los beneficios que trae este programa al colegio?

—Este programa tiene la gracia de que comienza a preparar a los jóvenes desde el liceo y aborda el área académica y de orientación desde primero medio prácticamente. A los jóvenes se les van entregando herramientas para que no solamente puedan elegir bien, sino que aquellos que tienen deseos de continuar sus estudios, lo hagan de manera consciente y sabiendo adónde van.  

Además, contempla el acompañamiento de los docentes y de los estudiantes en aula. Nosotros hemos sido súper específicos en solicitar que el seguimiento no sea solo una visualización de prácticas, sino que por ejemplo,  que instituciones como Duoc UC intervengan en la codocencia de manera que trabaje con nuestros alumnos. Lo que se pretende es impactar el núcleo pedagógico, particularmente la relación entre el profesor, los estudiantes y lo que media entre ellos, que es el aprendizaje. 

El PACE no es solo una promesa de lo que va a suceder cuando el chico postule a la universidad y tenga este fácil ingreso, lo que hace es transformar desde ya las prácticas educativas o los modelos de aula. 

¿Cuáles son las inquietudes que los alumnos que están por egresar manifiestan sobre los cambios que se están desarrollando a raíz de la reforma en la educación superior?

—Nosotros tenemos activadas todas las instancias de participación; el consejo de profesores, comité de convivencia escolar y el consejo escolar. De esa manera, recibimos información de todos los estamentos de la comunidad escolar. Respecto de la gratuidad y del futuro de la educación superior, naturalmente hay una especie de desconcierto común sobre las reglas del juego. Entendemos que todo lo que en un principio se dio como asegurado, hoy día, al parecer, tiene algunos matices. 

No obstante, nos sentimos privilegiados con el PACE porque significa que el 15% de nuestros alumnos con mejor rendimiento tienen asegurado el ingreso a la educación terciaria.