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La profesora española María Acaso propone revolucionar la sala de clases. En su libro “rEDUvolution”, plantea que ante el modelo obsoleto de educación que existe hoy, los niños se aburren y comienzan a “causar problemas”. Ésta sería la causa del sobre diagnóstico del déficit atencional, según la autora.
Por Angélica Cabezas Torres
Para mí, el debate debe centrarse totalmente en el cómo, en las metodologías. Mientras no cambiemos las metodologías, seguiremos anclados en un paradigma obsoleto y no conseguiremos que nuestros alumnos y que la nación chilena avance y que la gente sea más emprendedora y creativa”, asegura María Acaso, profesora de Educación Artística en la Universidad Complutense de Madrid e integrante del colectivo de investigadores Pedagogías Invisibles.
Conversamos con ella durante su visita a nuestro país para participar en el “Seminario de Educación Disruptiva”, organizado por Fundación Telefónica.
¿Qué propone en su libro?
Ya no es importante preguntarse qué le vamos a enseñar a nuestro niños y jóvenes, sino que cómo se lo vamos a enseñar, porque es evidente que el qué ya está en Google. En mi libro lo que yo hago es hacer 5 acercamientos de cómo podría ser ese cómo. Son más bien áreas sobre las que necesitamos reflexionar.
A grandes rasgos, ¿cuáles son esas áreas?
1) Pedagogía e inconsciente. Tiene que ver con la incorporación del inconsciente en el proceso educativo. Los profesores tenemos que aceptar que lo que enseñamos no es lo que los alumnos aprenden. Debido al inconsciente, el contenido de mis clases todos los alumnos no lo reciben de la misma manera. Cada uno tiene un contexto, una creatividad, una historia; por lo tanto, esa información se transmite y se elabora de forma diferente.
2) Pedagogía y poder. Este sistema que hemos creado donde el profesor tiene todo el poder y él maneja los tiempos, ya no sirve. Hay que trabajar con otras fórmulas en las que los alumnos sean los que enseñen. Una práctica que a mí me gusta mucho es dar la clase con la boca cerrada. Que los alumnos estén empoderados y sean también ellos productores de conocimiento.
Una de las cosas que tiene que pasar en el siglo XXI es que los profesores tenemos que aceptar que seremos enseñados por nuestros alumnos. Esto es fundamental y uno de los cambios de dinámica de poder más importante.
3) Pedagogía y cuerpo. Aquí reviso tres cosas que son la arquitectura del inmobiliario, uno de los elementos más anticuados desde mi punto de vista de la educación tradicional y que tenemos que cambiar. Hablo de arquitectos que ya están haciendo aulas diferentes donde se tiene en cuenta un mobiliario diferente a éste, que lo único que hace es dejarnos ver la nuca del que está sentado adelante.
Luego hablo de los tiempos. Tenemos que trabajar con tiempos más lentos, tratemos de dar dos o tres horas a cada actividad. También hablo de la importancia de incorporar todas las funciones, todo lo que tiene que ver con el humor, el amor y el placer en el aula.
4) Pedagogía y simulacro. Planteo pasar del simulacro a la experiencia, ya que tenemos una educación de tipo bulímico donde comemos la información y la vomitamos en el examen y nos olvidamos de ella y eso finalmente no produce ningún tipo de aprendizaje.
Pasar a la experiencia tiene que ver con la incorporación de lo inesperado y la sorpresa, la incorporación de lo audiovisual, del arte contemporáneo y también tiene que ver con trabajar en proyectos que tengan relación con las comunidades, donde las escuelas se inscriben.
5) «Invesluar». Aquí sostengo que tenemos que volver a situar en el centro el proceso de aprendizaje y no la evaluación, porque estamos en un sistema donde prima sólo la calificación y la nota y no se tiene en cuenta qué es lo que está ocurriendo y no se utiliza esa evaluación para que los alumnos crezcan y aprendan más, sino que se utiliza para generar miedo y ansiedad.
¿Es posible hacer un cambio y al mismo tiempo pasar todos los contenidos que hoy les exige el currículum a los profesores?
No es que crea que es posible, pero estoy segura que tal como se está haciendo ahora realmente el currículum no se aprende, se aprueba. Creo realmente que los estudiantes no lo están aprendiendo.
Este sistema convierte a las salas en sitios motivados, a los alumnos en personas más felices y a los profesores también, y finalmente el aprendizaje acaba sucediendo. Con el sistema antiguo el aprendizaje no sucede en absoluto.
¿Por dónde debe venir el cambio?
Yo creo que el cambio tiene que ver con dos vías muy importantes. La primera es la trasformación del profesorado y esto tiene que ser una competencia gubernamental con otras instituciones; por ejemplo, yo he venido a Chile, invitada por Fundación Telefónica que está haciendo un plan de formación de los docentes en este tipo de formación.
Lo ideal sería que los futuros maestros que se están formando en la universidad ya empezaran a ver este tipo de metodologías. Por otro lado, aquel profesor que lee mi libro y tiene ganas de hacer lo que digo, lo puede hacer desde el momento siguiente a que termina el libro en su aula. Ahí pasa algo que a mí me gusta mucho que son las microrevoluciones. No haces un cambio brutal o drástico de la noche a la mañana, pero vas poco a poco haciendo que tu práctica sea diferente. Y si muchos profesores van haciendo lo mismo, al final se convierten en macro revoluciones.
+Info: mariaacaso.blogspot.com/
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