¿Hay algo más aburrido que aprender un conjunto numeroso de reglas ortográficas en base a la memoria, saber aplicarlas correctamente y, además, aprender las excepciones de éstas las que muchas veces son mayores que la cantidad de palabras donde podemos aplicarlas? ¿Están ayudando los profesores para que los alumnos consigan escribir con buena ortografía? ¿Dónde está el error?
La ortografía es una de las enseñanzas de la lengua más difícil. Adquirir la ortografía supone un adiestramiento especial y delicado de la mente, en el que intervienen la memoria visual, auditiva, lo kinésico, la atención y la inteligencia. ¿Y qué método se puede usar?
Existen muchas maneras de enseñar ortografía, pero la mayoría de las veces los profesores se quedan en el antiguo método de carácter reproductivo: enseñar las reglas ortográficas, ver un par de ejemplos y luego evaluar mediante un dictado de palabras. Y si el alumno llega a escribir alguna palabra incorrectamente en una prueba, sencillamente se le “baja la nota”. Es decir, castigo por no saber aplicar las reglas (y que muchas veces, ni siquiera se puede asociar a una regla, simplemente la palabra se escribe así). Si queremos que realmente sea efectivo este método, se requiere de una abundante ejercitación para que las reglas sean interiorizadas. Pero no a todos los alumnos se les hace fácil este aprendizaje y los resultados están a la vista; aprenden la regla ortográfica de memoria para la prueba, pero con el tiempo, nunca la llegan a aplicar. Aquí algunas claves:
- Se puede usar el método viso-motor, donde los alumnos copian un pequeño texto escogido por el profesor, en base al problema o dificulta ortográfica que se desea tratar. Pero no se debe abusar de él, ya que para los alumnos puede transformarse en algo poco motivante.
- El método audio-motor, mediante el uso del dictado. La aplicación sistemática de éste propicia el desarrollo de la percepción auditiva de las palabras y la diferenciación fonética, incluidos tonos, pausas y acentos. Además, favorece la asociación de imágenes sonoras y gráficas, lo que contribuye a mejorar la memoria auditiva y visual de la palabra. Pero ¡Ojo!, no hay que aprovechar de enseñar vocabulario incorporando palabras que jamás en ese nivel escolar van a utilizar. Y tampoco hacer un dictado con palabras que solamente llevan “b” y luego hacer otro con palabras que solamente llevan “v”. Al final, los alumnos saben que TODAS las palabras del primer dictado se escriben con “b” sin siquiera fijarse en qué significa cada una de ellas y se aprenden de memoria que las del segundo dictado llevan “v”.
- El método de análisis lingüístico, donde se deletrean las palabras para profundizar el estudio de las letras con dificultad ortográfica. También se pueden corregir los errores ortográficos contenidos en un texto creado especialmente con este fin, usando la cacografía. Esta metodología me parece aberrante ya que los alumnos pueden llegar a adquirir más errores, en lugar de disminuirlos.
- Finalmente, quisiera destacar un método que abarca lo visual, auditivo y kinésico: el Método “Mira y Escribe”. Por medio de él, el alumno podrá aprender de manera entretenida algo tan abstracto como es la ortografía, con algo tan concreto como es el dibujo. Se juega con la forma de la letra con dificultad ortográfica, transformándola en un dibujo conceptual. Por ejemplo, a la letra “s” de serpiente, se le dibuja ese animal, siguiendo la forma de la letra. Y los acentos, en vez de hacerle tilde (línea diagonal), se le hace el dibujo correspondiente a la palabra. Por ejemplo, en tiburón, sobre la letra “o” se dibuja ese animal, a modo de tilde.
Artículo elaborado con la colaboración de Virginia Martínez, profesora de Lenguaje.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.