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La lectura en nuestro país está en crisis. Las librerías han ido desapareciendo y pareciera que también los deseos por “devorarse” un buen libro. Aquí les entregamos una serie de recomendaciones prácticas para revertir ese fenómeno.
Por Angélica Cabezas Torres
Jimena Toledo Garrido, bibliotecaria de la Escuela Darío Salas, San Pedro de la Paz, diplomada en Fomento Lector Infantil y Juvenil e integrante del directorio de especialistas CRA del Ministerio de Educación, entrega algunos consejos prácticos para cautivar a los niños y jóvenes con la lectura y hacer de este hábito un verdadero placer.
¿Cómo se puede enseñar a los estudiantes a disfrutar de la lectura y que no sea una obligación?
Precisamente, no obligándolos a leer. Conociendo los gustos de nuestros alumnos y orientándolos al momento de escoger un libro, para hacer de ese encuentro con la lectura una actividad que les genere enriquecimiento personal. Además, de esa manera será posible que ellos sientan la necesidad e interés de leer nuevamente, entendiendo la actividad de leer como una opción voluntaria y no obligatoria. Con esto, quiero decir que los planes de lectura para evaluar debieran ser elaborados considerando los intereses de los estudiantes sin desvincularnos del currículo o el plan lector que un establecimiento haya decidido implementar.
¿Qué actividades se pueden realizar con niños pequeños para atraerlos a la lectura?
Visitar junto a ellos las bibliotecas públicas o espacios que promuevan la lectura. Ir a presentaciones de títeres, a ferias del libro. En el entorno más íntimo, generar el hábito en casa, leyéndoles a diario, a una misma hora, por ejemplo, porque de esa manera identificarán que hay espacios o momento para la lectura. Leerles en voz alta y de preferencia un libro que les permita involucrarse en la narración del mismo. E incluso sin necesidad de saber leer aún, ellos debieran estar familiarizados con la actividad de hojear y mirar libros, periódicos, revistas, folletos publicitarios, para lograr de esta manera, atraerlos hacia la elección voluntaria de nuevos títulos.
¿Es posible crear el hábito lector en jóvenes? ¿Qué iniciativas propone?
Por supuesto, desde sus intereses, considerando la edad, sexo y personalidad de ellos. La adolescencia, recordemos, está vinculada al desarrollo de su identidad, por tanto, debemos ofrecerle una variedad de posibilidades no sólo literatura clásica sino, además, aquellos libros vinculados a la música, el deporte, la novela de fantasía, los cómics, entre otros, que les permita finalmente, de manera positiva acercarse a la infinita gama de producción literaria disponible hoy.
¿De qué manera se puede hacer de la biblioteca el espacio favorito de niños y jóvenes?
Promoviendo la lectura, los recursos y servicios de la biblioteca escolar, habilitando espacios visualmente atractivos, que ofrezcan comodidad para realizar la lectura; respondiendo a las necesidades de información y estudio, así como atendiendo a sus gustos personales. Estanterías abiertas y espacios para la lectura infantil y juvenil. Realizando periódicamente actividades de extensión vinculadas al fomento lector y la existencia de un equipo a cargo, que convoque y motive a la comunidad escolar a ser usuario permanente del Centro de Recursos para el Aprendizaje (CRA), como se ha denominado a las bibliotecas escolares hoy.
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