El quehacer diario de un profesor no es fácil. A lo que sucede en la sala de clases debe sumar las correcciones de pruebas, planificaciones y también la relación con los padres y apoderados de sus alumnos, la cual no siempre se da en las condiciones más óptimas. Dámaris Álvarez, psicóloga del Centro de Aprendizaje de la Corporación de Educación y Salud de las Condes, entrega algunos consejos prácticos para enfrentar una conversación con padres o apoderados que están alterados por algún conflicto o problema de sus hijos.
- Lo primero que se debe hacer, es llevarle a un lugar o espacio más privado dentro del establecimiento, para poder entablar una conversación civilizada.
- Establezca límites claros: El docente no debe acceder a hablar o responder al apoderado si éste no se ajusta a las normativas, de por ejemplo; ir a un lugar más privado y establecer una conversación adecuada.
- El docente debe hablar calmada y suavemente, sin perder el control, y menos colocarse a la altura de la discusión del apoderado.
- Puede decir de manera firme y clara “mi deseo es escucharle con mucha atención y que podamos resolver el problema, pero vamos hablar civilizadamente para que yo pueda entenderle, sino yo no podré escucharle y estoy muy interesada en hacerlo…”
- Es relevante empatizar, entender lo que siente o piensa el otro aunque yo esté en desacuerdo. Utilizar frases como: “Entiendo que esté molesto por tal cosa, en su lugar quizás también lo estaría, sin embargo permítame explicarle para que pueda mirar el otro lado de la situación”, etc.
- La clave es ser más sabio y calmado que el otro, si uno habla con cariño y con suavidad independientemente si la otra persona está alterada.
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