Cada vez que nos enfrentamos a figuras como Frida Kahlo, es inevitable cuestionarse cómo es que alguien, que pasó tanto tiempo postrado en una cama, pudo llegar a pintar de manera tan fabulosa. Algunos se responden que el sufrimiento es clave como inspiración, sin embargo no todos pueden transformar el dolor en creación.

Por esto, hicimos una pequeña entrevista sobre la creatividad y, entre varias cosas que sacamos en limpio, lo que más nos llamó la atención es que todos podemos ser creativos, solamente hay que desarrollarlo, pues a la larga se convierte en una muy buena forma de ver la vida.

La creatividad al alcance de la mano

 No hay que ser artistas para ser creativos, ni jóvenes para sentir que no todo está perdido. Para Ina Groovie, profesora de Lengua Castellana y Literatura, la creatividad es inherente a todos, solo implica “ver más allá de las cosas y su función primordial. Por ejemplo, al pensar en un objeto, tenemos que imaginarle un nuevo uso, pero uno novedoso y nunca antes pensado”.

Ella, que realiza talleres literarios a personas de todas las profesiones (pero que tengan sintonía con la literatura y las letras), ocupa métodos para justamente destrabar la creatividad, por eso observa mucho a sus alumnos para ahondar en aquellos lugares que necesitan más apertura.

Por ejemplo, en vez de hablar de teoría de la escritura, esta profesora ocupa diversos ejercicios para motivar la creatividad en sus alumnos, como poner una canción de música docta en plena clase o leer microcuentos entre todos, generando la atención inmediata de estos y una participación, en la mayoría de los casos, creativa.

“Para mí, la creatividad es ocupar los elementos disponibles, incluidas las herramientas personales, para dar con la solución a algo que puede o no ser un conflicto”, dice Ina. Ante la pregunta de si se puede o no enseñar a ser creativos, la respuesta entonces es que la creatividad no se enseña, más bien se puede ayudar a liberar.