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Regístrate y accede a la revista¿Sabes de un estudiante que pasa mucho tiempo frente a una consola o el computador? ¿No suelta el celular o el tablet para seguir jugando? ¿Está cada vez más solitario y le cuesta interactuar físicamente con sus amigos y familiares? ¿Se queda jugando hasta tarde? Quizás esté generando una adicción a los videojuegos que hay que saber detener a tiempo.
La pandemia cambió muchas cosas. Entre ellas, la cantidad de horas de exposición de adultos, jóvenes y niños a las pantallas. Una de las actividades que ganó adeptos ante el aislamiento y también como una nueva forma de sociabilización, fueron los videojuegos, tanto offline como en línea con otros usuarios.
No hay que extrañarse, entonces, de que en febrero de 2022 por primera vez la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyera la adicción a los videojuegos en su lista de desórdenes mentales, tras ser aprobada el año anterior a partir de datos recopilados en 90 países.
Algunos casos extremos de adicción se han producido en Asia. Por ejemplo, en agosto de 2021, como una forma de «proteger de forma efectiva la salud mental y física» y el «crecimiento sano de los menores”, el gobierno chino limitó a tres horas semanales los juegos en línea, restringiendo a las compañías proveedoras estos servicios el suministro fuera de ciertos horarios establecidos a nivel de todo el país.
Aunque lejos de esa realidad, los niños y adolescentes chilenos no son una excepción a esta tendencia. “El trastorno por videojuegos es un tipo de conducta disfuncional en relación al videojuego, la cual se caracteriza por ser un patrón de comportamiento continuo o recurrente y que altera la funcionalidad del sujeto en los aspectos familiares, sociales, personales y ocupacionales”, explica el doctor Alejandro Maturana, psiquiatra experto en adicciones de la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente de la Clínica Psiquiátrica del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, en el sitio web de dicho establecimiento.
Síntomas de adicción
¿Cómo saber si un hijo tiene este trastorno? Cuando el niño o adolescente presenta “conductas disfuncionales”. Es decir, que no es capaz de controlar el inicio, la frecuencia, la intensidad, la duración y finalización de su exposición al videojuego. Otros signos de adicción a los videojuegos son distraerse constantemente ante ellos o sentirse feliz solo cuando se juega. “Por otro lado –dice el doctor Maturana– el afectado prioriza el juego frente a otros intereses y actividades diarias como alimentarse, dormir, ir al colegio o trabajo, reunirse con amistades, entre otros”.
El sitio web Addictions.com, destinado a informar sobre este tipo de problemas, profundiza también en otras señales de adicción, tanto sociales como físicas:
La ayuda profesional es clave cuando se presentan estas situaciones por 12 meses o un por tiempo más acotado, pero con rasgos evidentes de adicción. Pero, sobre todo, lo importante es que los padres ayuden en la prevención.
“Ellos tienen que conocer, manejar y comprender los videojuegos y así poder orientar a sus hijos para administrar el tiempo dedicado a ellos. Esto se debe hacer en relación a otras actividades recreativas y familiares de la vida real”, dice el doctor Maturana. Este control debe también extenderse a las temáticas que abordan los videojuegos, ya que en algunos prevalecen conductas agresivas y/o competitivas que transmiten emociones difíciles de manejar para niños y adolescentes.
A estas recomendaciones, la pediatra Claire McCarthy del Hospital Infantil de Boston agrega en el sitio web HealthyChildren.org, otros consejos prácticos como revisar bien qué juegos está usando tu hijo, de qué tratan y si tienen mensajes ocultos. También, aunque es difícil tratándose de teléfonos celulares, recomienda mantener los dispositivos solo en áreas comunes, tratando de que estas actividades se lleven a cabo bajo la mirada de los adultos. Y, además, jugar con ellos para conocer mejor a qué y cómo están jugando tus hijos, sino que también permite limitarles los tiempos de uso.
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