Un alza general en las cifras de asistencia escolar se presenció en abril de este año, que llegó al 87,6%, en comparación con el 84,7% alcanzado en el mismo mes de 2022, lo que significa un incremento de 2.9 puntos porcentuales. «Sin embargo, esta cifra continúa siendo más baja en comparación con los años previos a la crisis por COVID-19», asegura el informe de Fundación Presente que analiza los datos entregados por el Ministerio de Educación. En 2019, abril presentó un 90,6% de asistencia y en 2018 un 90,8%.

Por otra parte, el porcentaje de estudiantes que presentaron ausentismo crónico en abril de este año fue el 40,4%, menor al 48,9% presentado en 2022, pero mucho mayor al 28,5% de 2019 en el mismo mes. «Este porcentaje equivale a 1.250.982 estudiantes que estarían presentando ausentismo crónico en abril de 2023», revela el documento. 

Resultados SIMCE deficientes

La Agencia de Calidad de la Educación presentó los resultados de la prueba SIMCE 2022, la primera después de la pandemia, que reveló falencias especialmente en la prueba de matemáticas. Pese a que las cifras venían bajando desde 2012, la caída fue mayor este año. En esta línea, los segundos medios obtuvieron el peor resultado en matemáticas y lenguaje desde 2012. Por otra parte, un 54% de los estudiantes registró un nivel de aprendizaje insuficiente, versus un 46% que estaba en esa categoría en 2018. Es decir, 8 puntos más. Puedes revisar todos los resultados aquí.

Los factores de este contexto son múltiples (pandemia, déficit de profesores, ausentismo, entre otros). Entre ellos, se encuentra la baja asistencia a clases, asegura Rebeca Molina, directora ejecutiva de Fundación Presente quien dice que «una vez más vemos la estrecha relación que existe entre la valoración por la asistencia y resultados académicos. No solamente necesitamos hacer esfuerzos en lo técnico, para que los estudiantes aprendan más y recuperen los contenidos, sino que necesitamos que estén en clases».

Además, pone énfasis en la importancia de que el estudiante esté en clases, para que valga la pena invertir en materiales e infraestructura, pero no se puede obligar con premios o castigos: «No sirve que invirtamos en materiales, capacitaciones e infraestructura, si los niños, niñas y jóvenes no están en la sala de clases. Cae en un saco roto. Tampoco sirve que los estudiantes vayan a clases a la fuerza, contra amenazas, por premios o castigos. En ese caso, no necesariamente le están dando un valor a la escolaridad o a la escuela para cumplir sus metas». 

Mayor asistencia, mejores aprendizajes

«Un estudiante que considera importante ir a clases todos los días, es un estudiante que tiene un propósito claro, por lo tanto, está predispuesto a una mejor calidad de aprendizajes», asegura Molina y concluye que «por eso mismo es que la asistencia es un indicador clave para la reactivación educativa».