Pareciera que atrás quedaron esas clases donde un profesor hablaba, los alumnos tomaban nota para luego evaluar la retención de aquella información. ¿Hay aprendizaje ahí? hay quienes señalan que no, que es solo memorización y que no siempre aquello que se memoriza tiene alguna significancia para el alumno, por lo tanto, con el tiempo se olvida.

Lo contrario es poner al niño en el centro de su aprendizaje, es decir, que sean ellos mismos los que, con ayuda del profesor, vayan construyendo y descubriendo el conocimiento. Es lo que se conoce como Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).

El Aprendizaje Basado en Proyectos es una forma de enseñanza y aprendizaje en el que los estudiantes adquieren conocimientos y habilidades al responder una pregunta, problema o desafío a través de una investigación y posterior desarrollo de un proyecto durante un tiempo prolongado, habitualmente en grupo.

Martín Cáceres de Enseña Chile, y que trabaja esta modalidad, señala que este aprendizaje es más contextualizado, “…lo que se aprende proviene de las inquietudes de los mismos estudiantes”.

Es una metodología de aprendizaje en la que los estudiantes adquieren un rol activo y se favorece la motivación académica, esto porque se da la oportunidad al estudiante de resolver problemas reales, cercanos a ellos.

Además se logra mejores aprendizajes y el desarrollo de habilidades cognitivas. Los estudiantes además de aprender los conceptos centrales y aprendizajes esperados de su nivel, alineados al marco curricular, construyen una comprensión profunda del contenido, porque son ellos quienes necesitan adquirir y aplicar la información, conceptos y principios en diferentes contextos.

Respecto de los tiempos que toma enseñar con esta metodología, Martín Cáceres explica que “…en un nivel no todo el currículo puede cubrirse a través de ABP, porque efectivamente este proceso toma más tiempo. Pero sí se puede hacer una mezcla, en la que exista enseñanza tradicional, donde se aprendan conceptos o a resolver problemas matemáticos mecánicamente, pero que después sea aplicado en un proyecto donde se profundice el conocimiento”.

Para que un colegio trabaje esta metodología Cáceres, de Enseña Chile, explica que “deben haber cambios organizacionales en los establecimientos. Se modifica la manera de evaluar, existirá más ruido en la sala, entonces el profesor, inspectores y directivos, deben cambiar su visión de lo que debería pasar en una clase. Ya no es una sala de alumnos callados, sino de alumnos interactuando y trabajando en equipo”.

Los alumnos con ABP son responsables de su propio aprendizaje. Se promueve el protagonismo del estudiante en el proceso y ya no es el profesor el único que tiene que entregar conocimientos sino que el alumno también es responsable de ello. El profesor se transforma en un guía para canalizar el trabajo, orientarlo y ayudarles a que encuentren soluciones a sus problemas.

Por último se destaca en esta modalidad, que se potencia la relación profesor-alumno. Ya la figura de mando y obediencia no está presente, sino que es una relación de colaboración. El profesor ya no es el que da notas solamente, sino quien les facilita el proceso de aprendizaje, ayudándole a sacar lo mejor de ellos.

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