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Regístrate y accede a la revistaEste lunes, miles de estudiantes regresan a sus rutinas escolares y universitarias. Todo un desafío, considerando que cientos de ellos se verán enfrentados al estrés que produce el término de las vacaciones.
A niños y adultos nos pasa que, después de las vacaciones y sabiendo que debemos volver a nuestras rutinas de estudio y trabajo, se nos “aprieta el estómago” de tan solo pensar que tenemos que reestructurar el sueño y vigilia en nuestra actividad diaria, sobre todo considerando que durante el período estival tendemos a flexibilizar todo esto.
Si vamos más allá, también resulta complejo tener que regresar a la rutina de moverse en una ciudad cada vez más congestionada, en una tensa relación con el reloj. En este sentido, como adultos debemos no solo preocuparnos de lo que pasa en nuestro interior, sino que ayudar a manejar el estrés de los niños, quienes no siempre tienen todas las herramientas para hacerlo.
La importancia de la paciencia y perseverancia
Para evitar transmitirles la ansiedad a los niños y además parar a tiempo nuestro propio estrés de vuelta a clases, consultamos al psicólogo del Centro Terapéutico Origamis, Nicolás Núñez, quien nos entregó una serie de recomendaciones para aprender a regularse a sí mismos y poder ayudar al resto.
“Los niños y jóvenes están en un proceso de aprender a regularse a sí mismos bajo estrés, y por lo tanto, aún no cuentan con herramientas para hacerlo eficientemente. Los niños, en particular, atraviesan una serie de cambios en sus hábitos de alimentación, horarios de actividad y sueño en vacaciones, lo que les dificulta enormemente la tarea de reacomodarse a la estructura que necesitan durante el resto del año”, explica el psicólogo.
Por esto, Nicolás recomienda que los adultos deben ser pacientes y persistir gradualmente en el reacomodo de horarios y hábitos de los más pequeños, anticipando en lo posible el ejercicio de volver a las rutinas de la normalidad del año. Asimismo, sugiere organizar actividades que faciliten el regreso a esta estructura, y reducir la ingesta de azúcares y carbohidratos durante la tarde y noche, motivando el cambio en los horarios de sueño.
El experto ahonda en la idea que “los adultos no pierdan la paciencia, ni reaccionen expresando el estrés de una forma violenta o agresiva hacia los niños. Es importante recordar que éstos se descontrolan, porque no saben cómo regularse a sí mismos todavía. Están aprendiendo a manejar la frustración y controlar su rabia”.
Para evitar que la vuelta a clases se transforme en un calvario para toda la familia, la clave, dice el psicólogo, está en que “los adultos deben cuidar su propio estrés, sumando estrategias disponibles como ejercicio físico, actividades recreativas, apoyo familiar y social, apoyo psicoterapéutico, y sobre todo evitando descargar su malestar y enganchar con el descontrol emocional de niños y jóvenes”.
Consejos para una positiva vuelta a clases
1.- Restablecer paulatinamente las rutinas habituales, idealmente unos días antes de comenzar las clases: Horarios para volver a la cama, comer, ver televisión y utilizar el computador.
2.- No transmitir estrés a los niños previamente con las compras de uniformes y útiles, el tener que conocer los cursos nuevos, exigencias de notas, entre otros.
3.- Destacar los aspectos positivos de esta vivencia: Reencuentro con los amigos, la posibilidad de aprender cosas nuevas y enfrentarse con una serie de desafíos entretenidos, pueden ser parte de las conversaciones.
4.- Compartir con los hijos sus temores e inquietudes, sin minimizarlos o restarles importancia; alentarlos a verbalizar sus emociones para que se sientan acompañados y contenidos en este proceso.
5.- Organizar con tiempo la compra de uniformes y útiles, entregándole a ellos un rol activo en la elección.
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