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Regístrate y accede a la revistaEl aprendizaje a lo largo de la vida se refiere a todos los procesos formativos de aprendizaje formal, no formal e informal, que pueden tomar lugar en cualquier etapa del ciclo de vida de un individuo, con el objetivo de adquirir o mejorar conocimientos, habilidades o competencias que los lleven a mejorar en ámbitos personales o profesionales, dentro de una sociedad cambiante.
Por esta razón, las competencias se vuelven esenciales para adaptarse a los cambios y al mundo laboral (que cada día es más competitivo), ayudando a su vez al desarrollo personal y profesional de las personas. Asimismo, esto repercute directamente en el desarrollo social y económico de un país.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), existen cinco pilares básicos para desarrollar competencias a lo largo de la vida:
Sin embargo, para comprender mejor la importancia de las competencias para el aprendizaje a lo largo de la vida es necesario entender el concepto de megatendencia y cómo este fenómeno repercute directamente en ellas.
Una megatendencia se define como una fuerza de cambio significativo de carácter social, demográfico o tecnológico que se desarrolla a largo plazo, la cual tiene un fuerte impacto en el mundo y la forma de vivir. Algunos ejemplos de megatendencias son la urbanización, el envejecimiento poblacional, el cambio climático, la digitalización, la inteligencia artificial, entre otros.
Por consiguiente, las competencias son un resultado directo de lo que marcan las megatendencias, así como una respuesta para enfrentarlas. Del mismo modo, estas (megatendencias) impulsan la actualización y el desarrollo de nuevas competencias.
En este sentido, en el reporte de la OCDE se menciona que las megatendencias tienen “un gran impacto en la forma de trabajar, socializar, obtener información, comprar y disfrutar del tiempo de ocio de las personas”. Agregando que las competencias son necesarias para “superar los desafíos que estas megatendencias plantean para el crecimiento económico y el bienestar social”.
Contar con un recurso humano competente no solo es importante para el desarrollo económico de un país, sino que es fundamental para el bienestar integral de cada individuo.
De acuerdo con la OCDE, las personas con altos niveles de competencia tienen mejores empleos y salarios. Además, hace hincapié en que “las competencias también son fundamentales en la capacidad de las personas de participar plenamente en la sociedad, así como en su cohesión […] Las personas con más competencias cuentan con un mayor nivel de confianza, participan de forma más activa en los procesos democráticos y en la vida en comunidad y gozan de una mejor salud”. Como resultado, a mayor nivel de competencia, mejores oportunidades de crecimiento y desarrollo, tanto en el área profesional como personal.
Existen muchos marcos de referencia que instituyen competencias claves para el siglo XXI (con diversos enfoques), pero en esta ocasión se analizará el establecido por la Comisión Europea (2019). Esta instancia identifica ocho competencias clave esenciales para la realización personal, la empleabilidad, la ciudadanía activa, la inclusión social, así como un estilo de vida saludable y sostenible.
La Comisión Europea establece que estas competencias se conforman por dimensiones de habilidad, conocimiento y actitud, las cuales se desarrollan en diversos entornos como la familia, la escuela, el lugar de trabajo, la comunidad, entre otros. Dichas competencias se desenvuelven en procesos de aprendizaje formales, no formales e informales. A grandes rasgos, se describen de la siguiente manera:
Por su parte, las competencias en tecnología e ingeniería implican las aplicaciones de ese conocimiento y metodología como respuesta a los deseos o necesidades humanas percibidas.
En conjunto, estas competencias requieren un entendimiento de los cambios causados por la actividad humana y la responsabilidad de cada ciudadano.
La vida es un constante ciclo de cambios, los cuales están sujetos a una escala micro (por ejemplo, como la etapa de la niñez a la pubertad) y macro (economía global, globalización, etc.). En ese sentido, las competencias matemáticas que se adquieren en preescolar no serán las mismas en primaria, al igual que las competencias financieras no serán las mismas en un adulto joven que empieza a trabajar, comparado con las de un profesionista que tiene varios años de experiencia.
Por ende, el aprendizaje a lo largo de la vida no solo se reduce a los años de estudio de una persona, sino a todos los procesos formativos a causa de los cambios sociales, demográficos, económicos, etc., que han tenido lugar, así como los que se atenderán a lo largo de las diferentes etapas de la vida.
Por tanto, a nivel global, las competencias digitales que ya se adquirieron serán obsoletas o transformadas por otras nuevas debido a la inteligencia artificial. En el caso de México, las competencias financieras, las cuales en el pasado no eran un motivo de preocupación, son ahora una necesidad, ya que las nuevas generaciones no tendrán pensiones y tendrán que saber gestionar su economía (o dinero).
En relación con esto, en el reporte de la OCDE se menciona que “el aprendizaje a lo largo de la vida no solo se dirige a las personas con un alto nivel de competencias; es fundamental para todos los ciudadanos con el fin de que puedan participar de forma plena y activa en la economía y la sociedad”.
Por consiguiente, las competencias adquieren una relevancia importante, puesto que son las herramientas que servirán como apoyo para lidiar con los retos presentes y futuros, dentro de un entorno cambiante e influido por diversos ejes rectores.
Según la OCDE, se debe hacer un mejor uso de las nuevas tecnologías, así como tener más apoyo en el aprendizaje, con el objetivo de mejorar la calidad y la eficacia del desarrollo de competencias. Señalando que “la necesidad del aprendizaje a lo largo de la vida significa que los sistemas de competencias tienen que diseñarse de forma que funcionen para los alumnos de cualquier edad o situación socioeconómica”.
En este sentido, los avances en tecnología presentan oportunidades presentes y futuras para desarrollar las competencias “de una forma más inclusiva y menos costosa”. Aunado a esto, la Comisión Europea (2019) hace hincapié en que la educación, la formación y el aprendizaje a lo largo de la vida deben apuntar hacia un enfoque de desarrollo de competencias que incluya contenidos relevantes, así como habilidades y actitudes.
Por tanto, se deben tomar en cuenta los ambientes y los enfoques de enseñanza-aprendizaje, ya que al ser enfocados en competencias (método TBL, reflexivo, etc.), en conjunto con las nuevas tecnologías digitales, el aprendizaje socioemocional y la educación física (con actividades que promuevan la salud), incrementan la participación y la motivación de los estudiantes, lo cual desemboca en un mejor rendimiento académico. Asimismo, el apoyo al personal educativo es crucial, ya que la capacitación y la actualización son aspectos que favorecen la calidad de la educación.
Por último, es necesaria la evaluación y validación de competencias con el fin de saber hasta qué punto un estudiante puede desarrollar cierta competencia. Esto ayudará a refinar instrumentos de evaluación y promoverá ambientes de mejora continua y de autorreflexión.
El aprendizaje es un proceso que nunca termina, siempre se puede aprender algo nuevo de algo o de alguien inesperado. Sería muy soberbio pensar que “ya lo sabemos todo”, cuando en realidad existe un gran mundo que conocer, y que en cierta medida ignoramos.
El aprendizaje a lo largo de la vida es un viaje largo, en el cual tendremos escalas, inconvenientes, retrasos, así como periodos de cansancio o de impaciencia por descubrir nuevas experiencias; donde se experimentarán distintas emociones. Por tanto, en este viaje, las competencias son esas habilidades que nos permitirán disfrutar y aprender en cada escala de este recorrido, mejorando o actualizando el conocimiento, las habilidades o las actitudes para el crecimiento personal, profesional y social.
European Commission. (2019). Key competences for lifelong learning. Publications Office of the European Union. UK.
OCDE. (2019). Estrategia de competencias de la OCDE 2019. Competencias para construir un futuro mejor. Ed21. Fundación Santillana.
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