El idealismo, la creatividad y el coraje que tienen los adolescentes son la materia prima perfecta para emprender proyectos y forjar ideales altos. Padres y profesores podemos ayudarlos a encauzar hacia allá esta energía.

Quien se dé el trabajo de observar a un adolescente, por ejemplo, mientras éste ve las noticias encontrará muchas sorpresas y luces. Expresiones de rabia, descontento y decepción irán pasando por su cara a medida que ve historias de pobreza, injusticias y dolor. Incluso tal vez les lance alguna grosería a los culpables, como si pudieran escucharlo.

Esto se observaría en la mayoría de los jóvenes, pues la incomodidad apasionada con lo establecido y el deseo de corregirlo es una de las características de la adolescencia. Tiene que ver con el marcado egocentrismo de la edad, básico para el moldeo de la propia identidad.

Pero lo que pasa después de que se acaban las noticias y de este descontento difiere mucho de un joven a otro. Unos seguirán sus vidas como si nada, otros quedarán llenos de resentimientos y un grupo, en cambio, decidirá hacer algo al respecto.

¿CÓMO MOTIVAR A LOS ADOLESCENTES?

1. Evitar juzgar. Los adultos cercarnos al joven son vitales, pues ellos pueden ayudarlo a canalizar sus inquietudes y a concretar planes realistas. Para hacerlo bien, lo primero que debemos tener claro, es que no hay proyectos mejores que otros: un joven optará por formar un grupo para ir a armar mediaguas y otro se propondrá ir una vez a la semana a ver a su abuela o no pelear con el hermano chico.

2. Darles libertad y confianza. La adolescencia es una etapa con sus misiones y desafíos. No es una transición que queremos que pase rápido. A veces los adultos quedamos descolocados por sus actitudes o su estética y nos cuesta entenderlos o validarlos. Si sabemos ir más allá de nuestro prejuicio, veremos que -a su estilo- son nobles, llenos de ideales, leales con los amigos, luchadores por sus causas, capaces de desgastarse por lo que creen correcto y con una energía física ideal para el deporte.

3. Entender sus altibajos. Es cierto que lo que un día los entusiasmó, al otro puede no moverles ni una fibra. Ahí los padres y profesores deben actuar como estabilizadores: dejarles un libro motivante en el velador, ofrecerles llevarlos a fútbol o la reunión que tengan. Darles responsabilidades en el colegio o dentro de la casa también funciona, ya que deben cumplirlas independiente de su estado de ánimo. Por otro lado, los adultos a veces creemos que el adolescente está perdiendo el tiempo echado o escuchando música, en realidad él está pensando, reflexionando, contactándose con su interioridad, que es la única manera de saber quién es.

RECUADRO 

VIVIR MOTIVADOS Y EN PROFUNDIDAD

“Estamos corriendo por la vida en lugar de vivirla. Con mucha frecuencia, cuando quedamos atascados en “fast forward”, en avance rápido, se nos hace necesario un “shock”, un llamado de atención, algo que nos haga ser conscientes de que hemos perdido la capacidad de frenarnos, de pisar el freno y que esto nos está haciendo daño”, dice el escritor y periodista Carl Honoré.

Una buena inspiración para reflexionar acerca de la manera en que queremos motivar a nuestros adolescentes. ¿Qué tipo de vida queremos que vivan? ¿Cómo pensamos que es mejor abordar el día a día?

https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/estamos-corriendo-por-la-vida-en-vez-de-vivirla-carl-honore/