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Oct 2024 - Edición 287

Acciones para una sana convivencia escolar

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“Creo que las escuelas deben tener jerarquía, y es importante que exista respeto al profesor”

Mariana Aylwin es una defensora del papel de la Pedagogía y del impacto de los buenos profesores. A ella la marcó una en particular, y es una convencida de la importancia de inculcar en los jóvenes el sentido del deber, del rigor, de la honestidad intelectual y de la exigencia también. “Tú puedes más, era algo que las monjas nos decían con frecuencia”.

Por: Marcela Muñoz
“Creo que las escuelas deben tener jerarquía, y es importante que exista respeto al profesor”

Fue ministra de Educación durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos y desde 1994 hasta 1998 ejerció como diputada en la comuna de La Florida. 

Cuenta Mariana que desde chica le encantó el tema de la pedagogía y ser profesora. “Jugaba con mis hermanos a enseñar, les ayudaba a hacer las tareas y me entretenía enseñándoles. Creo que heredé esa vocación”. Explica que sus abuelos fueron ambos profesores “y mi padre también hizo clases en el Instituto Nacional, en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica. Esas imágenes creo yo que influyeron fuertemente”. 

Mariana Aylwin actualmente es la directora ejecutiva de la Corporación Educacional Aprender, institución sostenedora de dos establecimientos; el colegio Bicentenario Aprender y el Centro Educacional Sagrado Corazón.

Además, preside la junta directiva de la Universidad Gabriela Mistral y es miembro de Amarillos por Chile. 

Tal como nos contó, realizó sus estudios secundarios en el Colegio Santa Úrsula de la capital y estudió Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica en la Universidad Católica de Chile, licenciándose en el año 1976.  

Frente a la pregunta de si se deben bajar los requisitos para estudiar Pedagogía, Mariana responde: “No creo. Pienso que se deben abrir más posibilidades para personas que ya tienen una profesión, y que ellas puedan ingresar a programas más cortos y con posibilidades de ejercer”.

-¿Qué valores crees que te inculcaron durante tu educación escolar que te han acompañado a lo largo de tu vida? ¿Qué papel jugaba la familia en tu educación durante esos años?, ¿tus padres se involucraban mucho en tu vida escolar?

-Mi colegio era muy estricto. Tengo recuerdos de haber ido siempre un poco exigida. Sin embargo, era un muy buen colegio, era de monjas. Todas muy cultas, alemanas… eran filósofas, sabían latín y, además, había algunas profesoras chilenas que fueron las que más me marcaron. 

Una de ellas es Isabel Infante, mi profesora de lenguaje, quien era monja en ese tiempo. Después trabajé con ella en el Ministerio de Educación, y ella estaba encargada de la educación de adultos. Fue una mujer que dejó huellas importantes en mi vida, al ser una persona muy abierta y en ese tiempo con un gran compromiso social. Era más cercana, porque las monjas alemanas eran más distantes, y yo creo que Isabel fue la persona que nos acercó  a los chilenos, a lo que pasaba en Chile, y a los problemas sociales. 

-¿Cómo influyeron tus padres en la persona que eres actualmente?

-Durante mi educación escolar, yo creo que lo que más me inculcaron fue un sentido del deber, del rigor, de la honestidad intelectual, de la exigencia también. Tú puedes más, era algo que las monjas nos decían con frecuencia. 

Respecto de mi familia, ellos jugaban un papel de contención, de valores, de amor. Si bien mis padres no eran tan preocupados de nuestras notas, sí mi papá era un entusiasta por enseñarnos, entonces nos compraba libros. En mi casa siempre había enciclopedias, El Tesoro de la juventud, libros variados, pero también él se motivaba cuando teníamos que hacer, por ejemplo, investigaciones sobre algún tema. Me acuerdo de un trabajo sobre la Ilíada y la Odisea en que me ayudó mi papá. 

-¿Qué hubieses cambiado de tu educación?

-Me habría gustado que fuera más cercana en términos de cariño; creo que era algo muy autoritario finalmente, aunque era una autoridad basada en el saber. No existía una preocupación más personal, diría. Era muy distinta a la educación de ahora. En nuestra época había un sentido de la autoridad mucho más fuerte, teníamos un respeto muy grande por nuestros padres, abuelos y profesores. 

Hoy las relaciones son mucho más horizontales y yo creo que las escuelas deben tener jerarquía; es importante que exista ese respeto por el profesor, que ellos inspiren respeto más que temor. Más que somos todos amigos, ni lo uno ni lo otro. Debe existir algo intermedio.

-¿Qué les dirías a los estudiantes de hoy?

-Hay que estudiar, hay que aprovechar lo que uno tiene como deberes. No todo son derechos, hay responsabilidades, y la responsabilidad de los alumnos es estudiar. Es hacer preguntas, es ser curioso, y la de los profesores es motivar y hacer que sus alumnos también tengan muchas preguntas.

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