Wifredo Lam fue un artista cubano de renombre internacional, cuya obra fusiona las influencias de sus raíces afrocubanas con las corrientes vanguardistas europeas del siglo XX. Sin embargo, una de las facetas más intrigantes de su trabajo son sus llamadas “máscaras salvajes”.

Estas máscaras, que aparecen prominentemente en su producción artística durante la década de 1940, reflejan la profunda conexión de Lam con las tradiciones culturales y espirituales de África y el Caribe. Inspirado por el folclore, la mitología y los rituales de estos lugares, Lam creó una serie de obras que exploran la identidad, la espiritualidad y la resistencia.

Las máscaras salvajes de Lam son expresiones de lo primitivo y también de lo místico. A menudo, estas representaciones están pobladas por figuras antropomorfas, con rasgos zoomorfos y formas orgánicas que sugieren su conexión con la naturaleza y lo espiritual. De las máscaras parece emanar una energía vital, una fuerza que trasciende lo tangible.

A través de sus máscaras salvajes, Lam evoca la presencia de los dioses y espíritus ancestrales. Estas figuras son más que simples representaciones artísticas; son portales hacia un mundo sagrado, donde lo humano se entrelaza con lo divino. El artista utilizó una variedad de técnicas, como la pintura, el collage y el grabado, para dar vida a estas visiones surrealistas y oníricas.

Además de su poder estético, las máscaras salvajes de Lam también tienen un profundo significado político y social. En un contexto marcado por la opresión y la lucha por la libertad de la esclavitud, estas obras se convierten en símbolos de resistencia y afirmación cultural. Representan la fuerza de los pueblos africanos y afrodescendientes, su capacidad para resistir y trascender las injusticias históricas.

En resumen, las máscaras salvajes de Wifredo Lam son obras de arte que trascienden las fronteras geográficas y temporales, que nos invitan a celebrar la riqueza de nuestra diversidad cultural.

Sugerencia de actividad:

Reunir a los estudiantes para observar algunas imágenes de las obras del artista, motivando el diálogo mediante algunas preguntas tales como: ¿qué es lo que vemos? ¿Qué colores utilizó el artista? ¿Por qué habrá escogido estos colores? ¿Qué gestos tienen estas máscaras? ¿Qué representarán? ¿Por qué el artista habrá escogido retratarlas? 

Posteriormente, invitar a los alumnos a realizar su propia máscara, representando una emoción que les identifique en algún momento específico. El docente puede intencionar la actividad realizando algunas preguntas. 

Para crear la máscara, se pueden utilizar distintos tipos de papel plegado para lograr volúmenes y, de ese modo,  poder lograr expresiones más complejas e interesantes.