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Regístrate y accede a la revista“La vinculación con las empresas es para nosotros la razón de ser de la educación técnico profesional”, así lo afirma Pablo Kusnir, gerente de Educación de la Corporación Sofofa, la cual administra cinco liceos TP.
“Se nos ha olvidado que la educación TP forma para la vida al igual que el área científico humanista, pero la primera tiene un foco mucho más profundo en relacionarse con el mundo del trabajo o el mundo real”, comienza diciendo Pablo Kusnir, gerente de Educación de la Corporación Sofofa. El profesional explica que esto se ha olvidado, a su parecer, porque las políticas públicas se han orientado hacia la continuidad de los estudios, lo que “está muy bien”, pero “la verdad es que las universidades, los CFT y los IP tienen menos relación con las empresas que los mismos liceos técnicos”, añade.
Entonces, el problema es que hay una discontinuidad con la vinculación con las empresas; cuando un joven hace su práctica, tiene formación dual, pero luego continúa sus estudios y deja de ver a la empresa durante dos años.
“Lo que nosotros propiciamos desde Sofofa es que ojalá los jóvenes, y no solo los técnicos sino también los humanistas científicos, tengan componentes de relacionamiento con las industrias, con las organizaciones de la sociedad civil, con los municipios, ojalá lo más temprano posible, y preferentemente a través de aprendizaje basado en servicio o aprendizaje basado en proyecto”, afirma Kusnir y añade: “La vinculación con las empresas es para nosotros la razón de ser de la técnica profesional, independiente de que esta se realice después de la práctica o de la continuidad de estudios”.
Antes de enumerar algunas prácticas exitosas desarrolladas por la Corporación Sofofa, Kusnir explica que, en los últimos años, relación de la Educación Media Técnico Profesional con las empresas ha mutado. Hace algún tiempo, cuando visitaban los liceos, era común ver que la metodología de relacionamiento dependía del jefe de especialidad, quien tocaba puertas en distintas compañías. “Es decir, los colegios empujaban para que funcionara a través de las prácticas profesionales”.
Sin embargo, en los últimos años esto se ha invertido, “y es lo que, a nuestro juicio, debiera pasar en una sociedad desarrollada. Esa inversión significa que las empresas son las que van y buscan a los liceos a través de una alianza permanente y estable, no de apoyo, no de apadrinar, sino más bien de formar una sociedad, una alianza de trabajo donde ambos se nutren de lo que se requiere”, afirma.
Y los colegios “ven a la empresa como un apoyo de un centro de aprendizaje”.
Desde la Sofofa han impulsado una conciencia dentro de las empresas de que hay múltiples formas de vinculación: “Algunas muy simples, y otras mucho más complicadas, pero que retribuyen infinitamente más a la empresa”.
En primer lugar, que alumnos vayan a la compañía y vean el proceso, “es la mínimo”, afirma Kusnir y añade: “Yo creo que todas las empresas debieran tener un sistema de visitas”.
Una segunda práctica: pasantías a los profesores, “que los docentes puedan, en las dos primeras semanas de enero, visitar cuatro o seis empresas, ver las maquinarias, hacia dónde van las organizaciones productivas, qué softwares están utilizando, qué metodologías”, detalla.
Tercero, las prácticas profesionales. “Pero la práctica profesional en Chile es muy precaria, son pocos los colegios que tienen una rúbrica, una medición, son muchos menos los establecimientos que cuentan con maestros guías formados para ello. Asimismo, son pocos los colegios que les hacen seguimiento real a las prácticas y tienen un sistema de evaluación final sobre si el centro de práctica cumplió con la norma, si se cumplieron los planes de rotación y el plan formativo, etc.”, comenta Kusnir.
Una cuarta instancia de vinculación es la alternancia. “Las hemos fomentado fuertemente con nuestros socios”, señala el gerente de Educación y explica que impulsan todo tipo de alternancias, desde las pequeñas de 20 horas, hasta aquellas con un modelo llamado AMI, Alternancia Múltiple Integradas, donde los jóvenes rotan entre instituciones de educación superior, empresas y el colegio, “una tríada de alternancias para ver distintos objetivos de aprendizaje”.
Y, por último, el ideal: “Que las compañías tengan instaurado un sistema de formación dual, alternancia total”, comenta. “Aun cuando no a todas las empresas ni liceos les sirva este sistema, ojalá existiera una estructura desde el Mineduc, para propiciar una mayor vinculación tipo dual”, explica Kusnir.
Para Pablo, el primer sueño para una mejor vinculación del mundo TP con el mundo laboral es un currículo más flexible. Que este pueda incluir temáticas de empresa y que eso esté estipulado. “Muchos colegios tienen temor de innovar, de sacar cosas que a su juicio están obsoletas e incorporar nuevas tecnologías, porque están en el currículo y porque existe todavía este miedo a saltarse esa regla, y con justa razón”, comenta el profesional.
Segundo, un tema práctico, que a su juicio limita muchas veces la vinculación: el transporte. “Los colegios a veces no hacen alternancia porque tienen demasiadas trabas para contratar un bus. El transporte obstaculiza enormemente la calidad de los aprendizajes de los jóvenes porque se pierde infinitamente esta posibilidad”, explica y añade: “Me encantaría que esto estuviera a disposición”.
Su tercer sueño: los aprendizajes colaborativos, que el ABP, ABS, se desarrollen de la mejor manera. Para el gerente, el ABP es una forma de vincular las asignaturas troncales con las aquellas técnico profesionales, potenciando así la educación científico humanista y TP. Y, por otro lado, está el ABS, aprendizaje basado en servicio, “creo que los liceos tienen un potencial enorme de poder acercarse a sus comunidades, a los centros de padres y madres, y poder otorgar sus servicios de distinta índole”.
“Sueño con liceos TP que sean abiertos a la comunidad. Que los mismos jóvenes impartan cursos a sus papás, a los vecinos, al Cesfam, que ayuden a alguna pyme a la contabilidad, etc.”, concluye.
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