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Regístrate y accede a la revistaAl referirnos a un paisaje, generalmente en nuestro imaginario surge una escena bucólica y campestre con montañas, nubes y vegetación o una marina junto a sus barcos durante una tormenta. Sin embargo, desde las artes visuales ya no nos limitamos a ese imaginario propio del paisaje tradicional o naturalista, es decir, una representación de un lugar sin intervención humana donde el artista copia la realidad tal como la ve. Las artes visuales y en especial el arte contemporáneo comienza a re-pensar el paisaje desde otras perspectivas, asumiendo que es una construcción de un imaginario cultural y humano, ya que lo intervenimos física y simbólicamente, de manera constante al habitarlo y hacerlo propio.
Además, el artista al representar comienza a utilizar otros medios distintos de la pintura, innovando en paisajes imaginarios, urbanos, industriales e incluso sonoros y con ello se separa de las nociones tradicionales de lo que pensamos, es un paisaje. El arte, que nos invita constantemente a la reflexión en cuanto a todos los temas de la vida cotidiana, también replica aquello con el paisaje, haciéndonos pensar acerca de la significación y apropiación de los lugares. Existe un artista chileno que tiene una especial mirada no tradicional sobre el paisaje: el premio nacional Roberto Matta. Este artista se asienta en Francia durante los años 30, donde, gracias a los artistas surrealistas que observa y que le influencian, incorpora en sus obras varias de las ideas de aquel movimiento artístico, como el trabajo con el inconsciente.
A fin de esa misma década realiza sus primeras pinturas al óleo, medio que será el más característico de su producción, así como será distintiva la utilización de grandes formatos y murales. Expuso en numerosos museos y centros de arte alrededor del mundo, alcanzando desde finales de los años 50 un reconocimiento a nivel internacional. Con frecuencia ha sido señalado como uno de los artistas visuales más importantes del siglo XX.
Matta trabaja los paisajes de una forma peculiar, primero eliminando el punto de fuga y la línea de paisaje, aquellos elementos que dan cuenta de un orden espacial, realizando ésto, sus pinturas se vuelven un “espacio sin fin”. Además, inventa el neologismo “sersaje” que significa “paisaje del ser”, ya que además del estudio del paisaje le interesaba mucho más hacer un estudio del interior del hombre, sus anhelos y convicciones.
En su obra “Hágamosnos la guerrilla interior para parir un hombre nuevo” (1970), se observan estructuras abstractas que nos recuerdan tanto a un microcosmos celular como a un macrocosmos espacial y planetario; un espacio repleto de movimientos y pequeñas explosiones.
Actividad sugerida:
Invitar a los estudiantes a conocer algunas de las obras de Roberto Matta y analizar el término “sersajes” (término inventado por el artista chileno para referirse a los “paisajes interiores”, un nuevo ámbito del paisaje o un nuevo modo de abordarlo).
Si les hace sentido el concepto, ¿cómo sería su propio “sersaje”?, ¿tendría algunas frases como la obra de Matta? Estimular el diálogo para compartir sus ideas.
Posteriormente, invitarles a crear paisajes nuevos mediante elementos sensoriales. Para este ejercicio realizarán un paisaje sonoro con grabadora o celular. Como primer paso registrarán los sonidos de su espacio más cercano: pueden grabar sonidos naturales, de espacios comerciales, de alguna fiesta típica de su zona, los sonidos cotidianos de su hogar, etc. Posteriormente, lo editarán con algún programa de edición de audio o video y finalizarán presentando su paisaje a sus compañeros.
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