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Jul 2024 - Edición 284

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La lectura más allá del ámbito escolar

Incentivar la lectura es clave, pues es una de las habilidades más necesarias no solo porque está íntimamente ligada al proceso de aprendizaje, sino a la vida en general. De aquello conversamos con expertos, quienes señalaron la importancia de la lectura, la escritura y la comunicación; al ser habilidades valiosas y habilitantes para la adquisición de otros aprendizajes.

Por: Marcela Paz Muñoz
La lectura más allá del ámbito escolar

“Necesitamos comprender textos en cualquier actividad que realicemos: firmar un contrato, seguir instrucciones, realizar una tarea tan sencilla como cocinar o dar un remedio a un hijo”, así de importante es la lectura, asegura Pelusa Orellana, directora de Investigación de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes. 

De hecho, incentivar y mejorar los niveles de lectura es una de las claves para reactivar la educación, cuenta desde el Mineduc el secretario ejecutivo del Plan de Reactivación Educativa, Joaquín Walker, quien explica que desde la cartera están potenciando el aprendizaje de lectura, escritura y comunicación porque son herramientas clave para el desarrollo personal y desenvolvimiento social de las personas. “Son habilidades valiosas de por sí, pero además son habilitantes para la adquisición de otros aprendizajes. Asimismo, la lectura, en particular, no es solo una herramienta útil, sino también un ejercicio que nos conecta con el goce y con otros mundos”.

Por ello, el Mineduc, en el marco del Plan de Reactivación Educativa, ha implementado una estrategia para la reactivación de la lectura y escritura, mediante la aplicación de un diagnóstico que permite identificar las necesidades de apoyo en lectura de estudiantes de 2°, 3° y 4° básico que no hayan alcanzado el nivel de desarrollo adecuado a su edad, sobre todo aquellos que presentan un mayor rezago.

“Con esa información, los equipos docentes pueden conocer cuál es el nivel de rezago en tres elementos fundamentales para la lectura: conciencia fonológica, decodificación y fluidez. En base a esta información, los docentes pueden aplicar estrategias de enseñanza, para lo cual el Mineduc ha dispuesto de Recursos para la Reactivación de la Lectura, con herramientas pedagógicas específicas para abordar dificultades identificadas con el diagnóstico mencionado”, señala Walker. 

En esta misma línea, Paz Ramírez, profesora de enseñanza media de Lenguaje, magíster en Literatura y coordinadora de innovación del área de Lenguaje de la SIP RED de Colegios, explica que asegurar el aprendizaje explícito y sistemático de la lectura en primero básico permite consolidar el proceso en 2° básico, y fortalecer la autonomía y estrategias de comprensión desde 3° básico. “Es fundamental entender aquí que, a partir de fines del primer ciclo básico, el aprendizaje de todas las áreas del conocimiento tiene gran parte de su base en la lectura. De hecho, si un estudiante de primero medio no tuvo, entre otras cosas, un modelo de lectura en voz alta durante los últimos años, y no recibió retroalimentación en la pandemia para mejorar su fluidez lectora, ni fue apoyado con estrategias de monitoreo de la comprensión, tendrá consecuencias en el desarrollo de la comprensión lectora y, por tanto, verá afectada su motivación por acceder al conocimiento a través de la lectura y se alejará de la lectura por placer”. 

Además, explica Paz, “la situación antes descrita le terminará afectando más allá de lo académico: imaginemos que se trata de un adolescente, a quien se le pide la lectura en voz alta de un fragmento del texto escolar en la clase de Ciencias. Si él sabe que lo hace mal, se resta de participar, de ser parte de la clase. Es evidente también que esto afecta su autoestima académica”. 

Durante estos últimos años, hemos visto enormes diferencias en la sala de clases que se generan por la falta de escolaridad o por ausentismo. “Por ejemplo, existen desafíos que se han profundizado en enseñanza media: déficit de vocabulario, problemas de concentración al enfrentarse con lecturas extensas, lectura sin uso de estrategias de monitoreo de la comprensión, como subrayar lo clave e identificar qué me está costando entender al leer y por qué”, señala Ramírez.

De hecho, según la académica de la Uandes, la comprensión lectora es necesaria para funcionar en la vida en general. “Una persona que aprende a leer bien tempranamente está mejor preparada para aprender y para realizar todas esas tareas en la vida. Y, por cierto, un alumno que en primero básico tiene dificultades en lectura no resueltas tiene un 88% de probabilidad de seguir teniendo dificultades lectoras en cuarto básico, con el consiguiente retraso en el aprendizaje”.

Entre otras cosas, un estudiante que lee, ya sea en los primeros años o en educación media, tiene muchas ventajas en su vida, en general. “Además de permitirnos aprender, nos permite conocer otras culturas, disfrutar del arte, empatizar con las personas y simplemente gozar al escuchar un texto bien escrito. En este sentido, nutre el espíritu, es profundamente humanizadora y nos hace más integrales”, explica Pelusa Orellana.

“Los problemas más comunes de comprensión lectora en estudiantes de educación media se atribuyen a un vocabulario pobre, pero también a una falta de conocimiento de cuáles son las estrategias que me permiten comprender mejor”, señala Pelusa Orellana. 

 

Medidas concretas 

Es clave generar acciones efectivas, pero antes de aquello, advierte Pelusa Orellana, es preciso contar con diagnósticos claros sobre cómo está cada estudiante en cuanto a su comprensión lectora y, de esa forma, poder detectar cuál es su nivel de habilidad para, así, encontrar dónde están los nudos críticos. “Un alumno que no comprende un texto puede tener dificultad en la fluidez o decodificación, mientras que otro puede estar fallando en el vocabulario o en las estrategias para construir significado. Por esto es importante un buen diagnóstico”. 

En general, señala Pelusa Orellana, los problemas más comunes de baja comprensión lectora en estudiantes de educación media “se atribuyen a un vocabulario pobre, pero también a una falta de conocimiento de cuáles son las estrategias que me permiten comprender mejor: resumir, formularse preguntas, inferir, predecir, monitorear la comprensión”. 

Asimismo, sucede que muchas veces, los jóvenes de esa edad que poseen menor cantidad de conocimientos previos (por ejemplo, conocimiento conceptual) “estarán en mayor desventaja, pues no podrán inferir aquello que en el texto no está explícito. Por eso, luego del diagnóstico es importante trabajar explícita, sistemática y secuenciadamente todas estas habilidades”.

Finalmente, otra de las medidas acordadas por el Mineduc, cuenta Joaquín Walker, es el hecho de que “extendimos la priorización curricular que se realizó en la pandemia hasta 2025, la que permite generar conexiones entre las asignaturas y favorecer la innovación pedagógica”. 

De esta forma, por ejemplo, “los docentes pueden incentivar la lectura y la comprensión lectora abarcando distintas asignaturas que sean de interés de los estudiantes. Todo esto se suma a las estrategias y programas que realiza el Ministerio de forma habitual”, señala Walker.

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