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Regístrate y accede a la revistaCada vez más estudiantes TP continúan a estudios superiores. Así lo respaldan las últimas cifras, que indican un aumento de las matrículas de cinco mil a siete mil en los últimos cinco años. Como resultado ideal de la formación EMTP, se espera que los alumnos continúen trayectorias en educación superior en la misma área de formación de su especialidad como una manera de capitalizar estos aprendizajes. Sin embargo, la información disponible indica que solo un 29% entraría a carreras dentro de la misma área.
Desde 2010 que las matrículas de primer año en CFT e IP han superado sostenidamente a las universitarias, según cifras del Servicio de Información de Educación Superior del Mineduc (SIES), alcanzando en 2022 la mayor cantidad de matriculados en los últimos diez años, con 185.905 estudiantes.
Sin embargo, no hay certeza de que estos estudiantes provengan específicamente de liceos técnicos, pensando que este hecho es resultado de iniciativas de articulación y continuidad de estudios. De hecho, Magdalena Fernández, jefa de línea de Formación del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) y directora del Magíster en Dirección y Gestión Escolar, explica que “si bien es cierto que la matrícula de los CFT e IP ha aumentado, la tendencia a matricularse en carreras técnicas ha venido a la baja. Este dato esconde una realidad y es que muchos IP ofrecen carreras no técnicas y el incremento de matrículas en estos establecimientos incluye también a quienes eligen este tipo de carreras dentro de los IP”.
Respecto a los egresados de EMTP el año 2015, el 38,8% ingresó a educación superior en el primer año de egreso, el 57,3% en el segundo y el 64,1% en el tercero. “Este aumento en la matrícula de educación superior puede ser explicado tanto por cambios en las aspiraciones familiares y propias, como por las políticas que han aumentado el financiamiento público que entrega el Estado a estudiantes de bajos recursos para que puedan financiar sus estudios”, señalan desde el CILED.
Por otra parte, Fernández revela que el año 2022, cerca de 75 mil alumnos egresaron de la Enseñanza Media Técnico Profesional (EMTP), de los cuales un 65% indica que quiere estudiar en la universidad. Frente a esto, expone que, si bien entre 2017 y 2022 los postulantes EMTP a educación superior universitaria disminuyeron de cerca de 50 mil a 35 mil, los matriculados aumentaron de 5 mil a 7 mil en el mismo período. “Son buenas noticias para el sistema educativo que los jóvenes tengan posibilidades de elegir sus trayectorias educativas y contar con posibilidades de estudios superiores, Cualquiera sea su opción”, dice.
Para la académica del CILED, las trayectorias del mundo técnico profesional son diferentes a las científicas humanistas. “Primero que todo, los egresados de EMTP no solo ingresan a la educación superior al primer año, sino que lo siguen haciendo al segundo y al tercero, mayoritariamente a un IP o CFT, mientras que sus pares de la educación HC se inscriben prioritariamente en la universidad”, explica Magdalena Fernández.
Sobre si los colegios cuentan con información acerca de las trayectorias de sus alumnos, “esto depende más bien de las propias instituciones y de quienes han establecido procesos para recolectar y sistematizar la información. De hecho, en el CILED estamos trabajando en un estudio de impacto que recolecta información sobre las trayectorias de los estudiantes EMTP. En este momento contamos con resultados preliminares, pero el estudio longitudinal estará disponible hacia fines del 2024 e inicios del 2025”, indica Fernández.
Algunas de las causas que Magdalena Fernández otorga al aumento de matriculados EMTP en la educación superior son los “cambios en las aspiraciones familiares y propias, además de las políticas que han aumentado el financiamiento público que entrega el Estado a estudiantes de bajos recursos”. En esta línea, dice que “es evidente que la gratuidad ha permitido la entrada de estudiantes al sistema de educación superior. Los datos reflejan que, desde la entrada en vigor de la gratuidad, alumnos de los quintiles más bajos ingresan a estudiar, y que hasta el 2015 aumentaron las matrículas en carreras técnicas”, explica Fernández.
Para la profesional, es clave para tomar decisiones de políticas públicas, por ejemplo “contar con un seguimiento de las trayectorias de forma continua y de manera sostenida en el tiempo” y entrega algunos datos sobre el comportamiento de los alumnos EMTP en el mundo de los estudios superiores. “Hoy en día, las tasas de abandono en la educación superior son más altas en egresados de la EMTP comparado con sus pares de la HC. Por otra parte, entre quienes continúan estudios superiores, solo un 29% los realiza dentro de la misma rama de especialización en la que participó en la EMTP”, además agrega que “no contamos con datos para cuantificar los estudiantes que siguen trabajando en la empresa donde realizan su práctica”.
En esa línea, Alejandro Weinstein, gerente de la Corporación Educacional Asimet, entrega algunas razones de por qué exalumnos TP se emplean lejos de su especialidad: “En primer lugar, hay un muy débil proceso de orientación en las escuelas básicas. En segundo lugar, existe un muy pobre proceso de orientación en la educación media, tanto en segundo medio, antes de elegir una especialidad, como en los últimos años para proyectar una carrera postegreso. En tercer lugar, hay un problema de elección del liceo donde se estudia, lo que limita las opciones de escoger la especialidad deseada. A veces esa elección se da por la calidad de la institución o de su sostenedor, independiente de las especialidades que ofrece, o se opta por el liceo del barrio o al que puedo acceder”.
Sobre si el currículum TP es o no un apoyo para las trayectorias, Alejandro Weinstein es claro. “Es muy difícil que un programa tan rígido, único a nivel nacional y que fue creado hace más de diez años se mantenga plenamente vigente. En todo caso, el plan de estudio tiene ciertas flexibilidades, tanto estructurales, como el agregar o quitar 20% del tiempo de cada módulo de la especialidad, las seis horas de libre disponibilidad, como en los contenidos, pues en muchos módulos hay conceptos abiertos o generales donde se pueden incorporar muchas cosas vigentes”, declara.
En esta línea, Weinstein asegura que “muchos liceos no ocupan estas flexibilidades y se quedan con la mala excusa de que deben cumplir con el plan del ministerio. Los liceos TP tienen la obligación de estar conectados con su sector productivo y con su comunidad, para ir adaptando las especialidades a los requerimientos actuales y proyectar los futuros. Por esta razón, los establecimientos TP deberían cambiarse rápido de especialidades cuando la demanda lo ha hecho, y el ministerio debería ser el principal facilitador de esas actualizaciones, sin embargo, una de las principales razones del statu quo son las limitaciones que ponen a las modificaciones”.
Revisemos un caso puntual. Se trata del Liceo Bicentenario San Nicolás, que cuenta con 2.505 alumnos y entrega formación polivalente con cuatro especialidades técnicas. (ver recuadro)
La matrícula en educación superior de los egresados de este colegio va en la línea con lo que indican las cifras generales. Hoy, los estudiantes del Liceo San Nicolás, de la comuna de San Nicolás, en la Región de Ñuble, van más allá de un título profesional. “Hace algunos años, la aspiración de los estudiantes era obtener un título técnico profesional que les permitiese optar por mejores expectativas laborales y egresar de cuarto medio con una base para la vida”, cuenta Catalina Cortés, coordinadora de Educación Media Técnica Profesional (EMTP) del liceo, sin embargo, hoy continúan estudios superiores.
Según la profesional, “esta visión cambió rotundamente en nuestro colegio, al incorporarse la Beca Nuevo Milenio en 2017. Esta facilitó el ingreso a los alumnos del área TP a institutos profesionales, marcando un hito en las expectativas de los estudiantes”, dice Cortés.
La Beca Nuevo Milenio explica el aumento de matrículas TP en instituciones de educación superior y “ha influido positivamente en la trayectoria de los alumnos EMTP. Además, este incremento sostenido de estudiantes en CFT, IP y universidades se debe a convenios con instituciones educativas, empresas del sector productivo y articulaciones de programas de estudio con dichas instituciones, entre ellas Inacap, Virginio Gómez y AIEP”, indica Catalina.
Asimismo, revela que “en la última década se ha incrementado el número de alumnos que han ingresado a instituciones de educación superior, escuelas de orden y seguridad, y emprendimientos autónomos que han generado los estudiantes; apoyados por el programa de articulación de Gestión de Empresas Universidad del Bío-Bío, Programas de Alternancia, el Programa de acompañamiento PASE y el reconocimiento regional a la formación obtenida por nuestros estudiantes en sus años académicos en nuestra institución”, concluye la coordinadora.
Desde ahora, los alumnos del Liceo Industrial Bicentenario Chileno Alemán (Lichan) tienen la posibilidad de homologar su proceso de formación con el modelo alemán. Esto significa que los jóvenes terminan sus estudios con un título chileno de técnico medio, pero además tienen una certificación con el estándar del sistema alemán, lo que les abre nuevas posibilidades si es que buscan ingresar al mercado laboral en Europa. Esta certificación es nueva en Chile, nos cuenta Alejandro Weinstein, gerente de la Corporación Educacional Asimet: “El convenio incluyó dos elementos: una certificación a nuestro liceo validando el proceso formativo y la posibilidad de certificar a los alumnos que aprueben el examen final (el 90% de la generación 2022 lo logró)”.
Explica Alejandro que la ventaja de todo aquello es que subió “el nivel de calidad de nuestro liceo, actualizando en algunos ámbitos el currículo y capacitando a nuestros docentes. Ahora podemos decir con autoridad que estamos, literalmente, al nivel de los alemanes, donde los técnicos son altamente calificados y valorados en la economía”.
Weinstein aspira a que, ojalá, más liceos en Chile se atrevan y hagan el trabajo para certificarse. “Tuvimos que capacitar a docentes en habilidades blandas, algunas actualizaciones tecnológicas, pero lo más innovador fue crear una prueba escrita que evaluara todo el aprendizaje TP consolidado, un examen final”.
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