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Regístrate y accede a la revistaLa pandemia obligó a un quiebre de rutina y cambios en escenarios que dábamos por obvios. Hoy debemos ser capaces de enseñarles a nuestros hijos y alumnos a entender la incertidumbre como un desafío y no una amenaza.
De un día para otro, el Covid 19 rompió todos nuestros esquemas: clases online, hijos en la casa, profesores con nuevas demandas, familias con nuevos desafíos. La rutina que conocíamos dejó de existir. Y aunque en marzo de 2022 podríamos suponer que la parte más difícil de la pandemia pasó, aún persisten innumerables incógnitas y las preguntas se siguen sumando a la lista. ¿Volverá a haber cierre de colegios? ¿Habrá nuevas cepas más contagiosas? Imposible adivinar.
Por otro lado, muchos intelectuales sostienen que todo este ambiente incierto en que nos sumergimos no se debe solo al virus, sino al modelo de sociedad en que vivimos, a los valores que predominan hoy, la manera en que nos conecta internet, los tipos de gobierno de los países, etc. Todo eso sumado a otros temas globales como, por ejemplo, el cambio climático.
“¿Las personas del 1400 o 1600 habrán sentido también incertidumbre? No lo sabemos, pero, seguramente. Por eso lo importante es cómo nos relacionamos con la incertidumbre, con el no saber qué pasará en unos días o meses”, dice Maggie Jackson, escritora estadounidense y crítica social en entrevista con la BBC y añade que debemos dejar de pensar en la incertidumbre como sinónimo de debilidad.
¿Por qué nos incomoda o repele la incertidumbre?, pregunta esta autora. En su opinión, esto ocurre porque vivimos en una sociedad que constantemente ve las respuestas instantáneas como exitosas. Recurrimos a dispositivos que nos contestan de forma inmediata. Entonces, cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, nos sentimos vulnerables.
“Pero yo creo, y los nuevos hallazgos científicos lo demuestran, que la incertidumbre es absolutamente crítica y necesaria para el pensamiento, para la creatividad, incluso para el bienestar mental y la resiliencia. La incertidumbre es un tipo de pensamiento provocador. Algunas personas la comparan con una manera de buen estrés”, dice Maggie Jackson. Nos saca de la rutina, de los hábitos automáticos y de los patrones, obligándonos a nuevos horizontes.
Al verlo así la incertidumbre deja de ser una amenaza y se convierte en un desafío.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-56808808
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