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Regístrate y accede a la revistaSegún un estudio mundial realizado por Unicef y Gallup en 21 países como parte del proyecto “Changing Childhood”, uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años afirmó que a menudo se sentía deprimido o tenía poco interés por hacer planes. El “Estado Mundial de la Infancia 2021” examina la salud mental de los niños, los adolescentes y sus cuidadores, y se centra en los factores de riesgo y protección en momentos decisivos de la vida.
“Miedo. Incertidumbre. Soledad. Tristeza. Cuando la pandemia del Coronavirus llegó al mundo en 2019, estas intensas emociones se apoderaron de la vida de muchos millones de niños, jóvenes y familias”. Así comienza unos de los capítulos del informe “Estado Mundial de la Infancia 2021: En mi mente” de la Unicef.
La investigación, publicada en octubre pasado, revela un cierto aumento del estrés y la ansiedad entre los niños y los adolescentes producto del impacto de la pandemia, con estimaciones que indican que al menos un 13% de los jóvenes entre 10 y 19 años padece algún tipo de trastorno mental diagnosticado.
Y es que si algo nos ha enseñado la crisis sanitaria es que la salud mental de los niños y los adolescentes es muy sensible a su entorno, a su relación con sus padres o cuidadores, a sus amistades y a su forma de jugar, aprender y desarrollarse.
La interrupción de sus rutinas, la educación, el tiempo de ocio saludable, y la incertidumbre en relación con la salud y los ingresos de las familias, hicieron que muchos niños sintieran miedo, rabia y preocupación por su futuro. Al mismo tiempo muchos de sus procesos y experiencias, como pasar más tiempo con los amigos o adquirir cierto sentido de identidad y propósito se vieron afectados, complicando su adecuado desarrollo.
Sin embargo, de acuerdo al informe lo más grave es la enorme cantidad de recursos que no se están destinando para promover, proteger y cuidar la salud mental de los niños, los jóvenes y sus padres y cuidadores.
“En todo el mundo, sólo un 2% del presupuesto de salud se destina al gasto en materia de salud mental; menos de un dólar por persona en algunos de los países más pobres. Estas cifras resultan insuficientes para promover la salud mental positiva y tratar las enfermedades de salud mental, especialmente en el caso de quienes se enfrentan a los problemas más graves”, señala el informe.
De acuerdo a Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef, cuando se deja de lado la salud mental de los niños, estamos socavando su capacidad de aprender, trabajar, establecer relaciones significativas y hacer contribuciones al mundo. Cuando descuidamos la salud mental de los progenitores y los cuidadores, no los estamos apoyamos para que nutran y cuiden a sus hijos de la mejor manera posible. Y cuando obviamos los problemas de salud mental de la sociedad, ponemos freno a la conversación, reforzamos el estigma y no permitimos que los niños y los cuidadores busquen la ayuda que necesitan.
Es por ello que el objetivo central de este estudio es hacer un llamado y entregar consejos a los jóvenes, sus padres y cuidadores para proteger su salud mental y el bienestar psicosocial de los niños y los adolescentes. Asimismo, fortalecer la comunicación y terminar con el silencio que rodea a la salud mental, para así abordar los estigmas, ampliar los conocimientos sobre la salud mental y cuidar a quienes han vivido experiencias relacionadas con este ámbito de la salud.
Según relata el informe, los adolescentes necesitan herramientas para hablar sobre lo que les sucede, especialmente cuando sus padres y amigos se acercan a ellos. Por eso es importante hablar con los adolescentes sobre los desafíos que pueden enfrentar a medida que crecen. Necesitan saber que, a veces, está bien sentirse tristes, enojados, solos y frustrados. Pero los problemas persistentes pueden estar apuntando a otra cosa, y es crucial reconocer las señales de advertencia tempranas para que puedan obtener la ayuda adecuada de manera oportuna.
Con la atención y el tratamiento adecuado, muchos adolescentes con problemas de salud mental pueden recuperarse. El primer paso es buscar ayuda.
A continuación les dejamos las principales cifras que arroja el estudio y algunas recomendaciones para padres y madres sobre cómo hablar de la salud mental con sus hijos adolescentes.
Principales cifras:
– Se calcula que más del 13% de los adolescentes de 10 a 19 años padecen un trastorno mental diagnosticado según la definición de la Organización Mundial de la Salud. Esto representa 86 millones de adolescentes de 15 a 19 años y 80 millones de adolescentes de 10 a 14 años.
– La ansiedad y la depresión representan alrededor del 40% de estos trastornos de salud mental diagnosticados; los demás incluyen el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, el trastorno de la conducta, la discapacidad intelectual, el trastorno bipolar, los trastornos alimentarios, el autismo, la esquizofrenia y un grupo de trastornos de la personalidad.
– Según una investigación llevada a cabo por Gallup para el próximo informe “Changing Childhood” de Unicef, un promedio del 19% de los jóvenes de 15 a 24 años de 21 países declararon en el primer semestre de 2021 que a menudo se sienten deprimidos o tienen poco interés en realizar alguna actividad.
– Se calcula que cada año mueren 45.800 adolescentes por suicidio, es decir, más de una persona cada 11 minutos.
– El suicidio es la quinta causa de muerte más frecuente entre los adolescentes de 10 a 19 años; en el caso de los adolescentes y las adolescentes de 15 a 19 años, es la cuarta causa de muerte más frecuente, después de las lesiones por accidentes de tráfico, la tuberculosis y la violencia interpersonal. Para las mujeres de 15 a 19 años, es la tercera causa de muerte más común, y la cuarta para los varones de este grupo de edad.
– El 83% de los jóvenes de entre 15 y 24 años de 21 países cree que es mejor abordar los problemas de salud mental compartiendo experiencias con otras personas y buscando apoyo que hacerlo solo.
Cómo hablar con tus hijos sobre la salud mental
Consejos para padres y madres con hijos entre 11 y 13 años:
– Encuentra el momento y el espacio para iniciar la conversación e intenta evitar las presiones y las expectativas.
– Aprovecha para conversar mientras realizan tareas del hogar, cocinan o viajan juntos.
– Permite que la conversación fluya de manera natural: opta por el diálogo y evita los “interrogatorios”.
– Ten en cuenta su estado de ánimo: si tu hijo tiene un mal día o está ocupado, elige otro momento.
– Si percibes cambios de humor o comportamiento en tu hijo, díselo con delicadeza y pregúntale si quiere hablar del tema.
– Esfuérzate por escuchar lo que dice sin dejar que tus pensamientos o tus opiniones dirijan la conversación. Respeta y alienta la opinión de tu hijo.
– Recuerda: lo más importante es ser paciente y coherente.
Consejos para padres y madres con hijos entre 14 y 18 años:
– Pregúntale cómo le ha ido el día y trata de propiciar ocasiones para conversar; por ejemplo, mientras preparan la comida.
– Haz preguntas claras y abiertas para comprender cómo se sienten. Puedes intentar con «¿Podrías explicar lo que quieres decir con…?» o «¿Cómo crees que te habrías sentido si…?»
– Pregunta por sus opiniones e incluso comparte las tuyas para que puedan entenderse mejor.
– Reconocer los comportamientos buenos y malos y elogiar sus logros, incluso los más pequeños.
– El mundo es impredecible para tu hijo y es posible que le cueste tomar el control. Dile que lo entiendes.
– Muestra abiertamente tus propios sentimientos. Enseñarle la forma en que afrontas el estrés puede servirle de ejemplo, al igual que explicarle cómo te enfrentabas a los problemas cuando tenías su edad.
Para leer el informe completo pincha aquí
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