Las lecciones de la pandemia no son solo para los hijos y alumnos. También los adultos hemos aprendido mucho en este tiempo.

Fernando García, Director de Formación de Fundación Belén Educa, destaca dos conceptos:

La motivación por el aprendizaje: La lección es que ésta no solamente corresponde a los niños, sino que el factor clave está en adultos motivados por el aprendizaje de los niños y adolescentes. Los adultos deben estar presentes y disponibles emocionalmente para mostrarles el gusto por aprender, por leer un buen libro, saber cosas nuevas, averiguar de sí mismos, del planeta que los rodea, de su historia; conocer más de sus sentimientos y emociones, de su conexión espiritual (¡los niños son fantásticos conectándose con Dios, lo hacen con una naturalidad maravillosa, cuánto tenemos que aprender de ellos!); de herramientas como el lenguaje y las matemáticas que les servirán para la vida… Pero para ello nosotros como adultos debemos modelar eso en ellos. Y he aquí probablemente uno de los desafíos más potentes que tenemos como sociedad:  cómo los adultos modelamos a los niños y niñas aquello que queremos, desde el amor, el respeto, la responsabilidad, la dignidad y la justicia.

El desarrollo integral como seres humanos: Si no me he desarrollado integralmente y soy una persona triste, sin sentido de vida, sin capacidad creativa, artística o intelectual, aunque tenga un cuerpo sano, no valdrá de mucho si no he desarrollado a la par esas otras dimensiones que me integran como persona.  En este sentido, tan importante como cuidar nuestra salud física lo es cuidar nuestra salud espiritual, socioemocional, intelectual, artística, etc. En esto también es fundamental el rol de los adultos significativos: si los menores nos ven comiendo mal, tomando en exceso, sedentarios, poco lectores, o sin tener una cultura de cuidado de nuestro cuerpo, difícilmente desarrollarán ese cuidado ellos mismos. El desarrollo de una cultura integral es tarea de todos y necesitamos de manera urgente que el mundo adulto colabore de manera decidida en el desarrollo de una cultura que potencie positivamente las diversas dimensiones que nos componen como personas.

Elisa Izquierdo, Coordinadora de Formación Integral y Andrea Martínez, Coordinadora de Innovación- área Pedagógica, ambas de la Sociedad de Instrucción Primaria SIP Red de colegios, proponen a los adultos reflexionar sobre:

El sentido de las experiencias que vamos viviendo: La cuarentena misma es una gran oportunidad para enseñar de resiliencia. Este período puede ser vivido por un niño como un encierro sin sentido, o como una oportunidad de crecimiento personal y familiar. Esto dependerá en gran medida de los adultos, de la manera en que ellos puedan dar sentido a las experiencias vividas, consideren el cuidado del resto al “quedarse en casa” y sean capaces de mostrar a sus hijos las tremendas posibilidades que tienen a la mano. Es un buen momento para “ensayar” con ellos, para explicarles que esta es una de muchas dificultades que se presentarán en la vida y que depende de nosotros cómo vivirla.

La tecnología no es todo y el apoyo de los adultos es clave en el aprendizaje: Por muy buenos hábitos que tenga un niño o adolescente, necesita que haya un adulto o una institución como lo puede ser el colegio, que vaya seleccionando qué recursos tecnológicos utilizar. Existen numerosos recursos disponibles en todas las asignaturas, por lo que es importante dejar tiempo para que puedan ir seleccionando aquellas áreas del conocimiento que son de su interés y facilitarles la búsqueda de esos recursos. Si un niño está interesado en los planetas, será mucho más interesante aprender sobre historia o física si ligamos los contenidos a dicha área de interés.