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Nov 2024 - Edición 288

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El juego: Un medio para conocer mejor a los hijos

Educar en Familia

Por: Alejandra Fernández

Sabemos que jugar es importante para la estimulación y el desarrollo del intelecto de los niños. Pero además es una poderosa herramienta para conocer a los hijos, para fortalecer vínculos sanos con ellos, e incluso reparar vínculos dañados.

 

Cada vez es más recurrente encontrarse en la consulta con papás con dificultades para relacionarse con sus niños pequeños, que no saben muy bien cómo jugar con ellos. A menudo surgen comentarios del tipo: “No estoy acostumbrado a jugar en el suelo”, “No tengo recuerdos de mis papás sentados jugando conmigo”, “¿Cómo establecer límites con los hijos si estamos los dos jugando?”.

Son muchos los papás que además no se sienten cómodos jugando y piensan que al jugar están perdiendo el tiempo.

Sin embargo, numerosos estudios han recalcado la importancia de relacionarnos con nuestros niños a través del juego para un adecuado desarrollo de su personalidad. El juego es un espacio de encuentro para padres e hijos, para desarrollar y enriquecer vínculos afectivos y habilidades sociales. Además, ayuda a favorecer la comunicación en la familia y la regulación de conflictos.

La mayoría de las veces se piensa en el juego como un medio sólo para estimular a los niños. Si bien mucho sabemos de la importancia que tiene el juego como herramienta para la estimulación y el desarrollo de su intelecto, pocos saben que además es una poderosa herramienta para conocer al hijo y para el desarrollo y fortalecimiento de vínculos sanos, así como también para la reparación de vínculos dañados.

  1. El juego permite que conozcas a tu hijo:
    Sabemos que el amor crece en la medida que se conoce al otro y el juego es una herramienta que permite conocer y descubrir el mundo interior del niño. Violet Oklander, doctora en Psicología Infanto Juvenil, señala que el juego es un poderoso canal de expresión de emociones. A través de éste el niño somete a prueba a su mundo y aprende de él, y por lo tanto es esencial para su desarrollo. El juego es también su manera de “autoterapia”, a través de la cual a menudo se resuelven confusiones, angustias y conflictos, siendo así mucho más que la actividad infantil y de diversión que los adultos piensan.
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  3. El juego le sirve de lenguaje
    En el día a día el niño experimenta muchas cosas que todavía no puede expresar en el lenguaje verbal, y entonces usa el juego para formular y asimilar sus vivencias. El juego le sirve de lenguaje, un simbolismo que sustituye las palabras. Los niños pequeños aún no tienen la capacidad de verbalizar ni de “poner nombre” a lo que sienten, por lo que gracias a la ayuda de sus padres, ellos pueden ir logrando reconocer e identificar las distintas emociones que surgen durante el juego. Preguntas como: ¿Qué fue lo que más te gustó? y ¿Cómo te sentiste?, nos irán ayudando a conocer más a nuestro hijo y al mismo tiempo éste se sentirá reconocido y considerado. Así irá construyendo un sentido de sí mismo como amado, se estimulará el desarrollo de la confianza y la empatía. Con el sólo hecho de poner al descubierto esos sentimientos, vemos además cómo los niños se alivian quedando con una sensación de paz y serenidad. Según Winnicott, el destacado psicoanalista inglés, un bebé aprende de sus propias emociones al verlas reflejadas en el rostro de su padre.
  4. Observa cómo juega y sabras qué siente
    A medida que el niño juega es importante observar el proceso del juego: ¿cómo juega, cómo se acerca a los materiales, qué escoge, qué evita? El modo en que juega nos revela muchas cosas de cómo es en su vida. Se puede observar el contenido del juego mismo: ¿Trata de temas de soledad? ¿Agresión? ¿Alegría?
    Sin duda el juego es diversión y ayuda a promover la relación necesaria entre padres e hijos. Las distintas actividades y juegos nos entregan oportunidades para una interacción placentera y alegre, donde se vive el placer de compartir fomentando el desarrollo de un vínculo afectivo seguro.
  5. Promueve el juego con cosas simples
    Si nos cuesta comenzar a soltarnos en este mundo del juego con nuestros hijos, podemos empezar de a poco. Aprender a disfrutar del juego es un proceso, y como tal, a veces toma tiempo. Aprovechemos esta época de encuentros familiares para regalar objetos que permitan pasar un entretenido momento junto a nuestros niños.

Tipos de materiales de juego que beneficiarían más a tus hijos en la casa:
Generalmente los niños manifiestan gran interés por materiales bastante comunes, como la arcilla o pinturas. En lugar de ir a comprar un juguete, podemos ir a un supermercado o buscar elementos para reciclar dentro de nuestra propia casa, para empezar a jugar y fabricar un juego casero.
Dentro de los materiales que recomiendo para niños pequeños (y no tan pequeños) están: Burbujas, cartulina de colores, rollo de alusa foil, rollo de papel higiénico (grueso), rollos de papel crepe, bolitas de algodón, globos, plumas, papel de diario, lápices o plumones, pelota blanda, sets de construcción, cartas, rompecabezas, cajas de cartón.

 

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