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Nov 2024 - Edición 288

La necesidad de un estrecho vínculo entre los liceos TP y la empresa

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Tomás Recart, director ejecutivo de Enseña Chile: “No podemos meter a la sala de clases gente que no tiene las competencias pedagógicas”

“Otra cosa es con pizarra” dicen en Enseña Chile; para ellos, primero que todo están los niños y su futuro, y en aula lo que pesa son las competencias pedagógicas del profesor, que no necesariamente se las otorga el título, debe ser capaz de entender el contexto de sus alumnos y desde ahí planificar su enseñanza.

Por: Angélica Cabezas Torres
Tomás Recart, director ejecutivo de Enseña Chile: “No podemos meter a la sala de clases gente que no tiene las competencias pedagógicas”

Sobre cómo forman a sus profesores y cuál es la base de la formación que entregan, conversamos con Tomás Recart, director ejecutivo de Enseña Chile, una institución que ya lleva 10 años formando agentes de cambio. “Nuestro propósito siempre ha sido formar una red de agentes de cambio, gente que tenga sentido de urgencia, de posibilidad y responsabilidad colectiva”, asegura. Asimismo, reconoce que Enseña Chile no es perfecto, tienen muchos problemas, pero están comprometidos con los estudiantes. “Si hay un profesor que puede darles una mejor clase, nosotros felices de dejar de existir, pero lo que nos mueve es que los estudiantes puedan elegir su futuro y no sean condenados por su pasado”, argumenta.

—¿Cuáles son las bases del sistema de formación de Enseña Chile? 

—La primera apuesta es que uno aprende en la práctica. Nosotros creemos que se requiere mucho oficio y por eso en dos años nuestros profesores tienen 2.900 horas de práctica en promedio. Segundo, nos formamos con otros, es muy importante formarse en comunidad, hablamos de comunidades de aprendizaje. Y la tercera, que a mi juicio es la más importante, es que el centro de todo lo que hacemos son los estudiantes; si yo no sé dónde están, desde el punto de vista cognitivo y no cognitivo, desde sus aspiraciones, de lo que quieren hacer en el futuro, es muy difícil enseñar, porque no conectamos con el propósito. 

—¿Y cómo se estructura este plan de formación?

—Nuestro plan tiene cuatro pilares. Uno lo llamamos el desarrollo de la cultura de aprendizaje, es la parte técnica, cómo planificar, cómo evaluar. Después, está el autoconocimiento, cuáles son tus valores, fortalezas, entender básicamente cuáles son tus creencias y dentro de eso entra también el autocuidado. Es fundamental mantenerse lúcido, despierto, con discernimiento, espiritualmente fuerte. El tercer pilar, lo llamamos el pensamiento sistémico, entender la historia de las comunidades, del sistema educacional, entender cómo nacen los colegios municipales, subvencionados, TP… Necesitamos que los profesores salgan de la sala de clases y entiendan el sistema, las fuerzas que influyen finalmente en el aula. Y el cuarto pilar es lo que llamamos trabajo colectivo, es fundamental porque no solo tenemos comunidades de aprendizaje de los profesores de matemáticas, por ejemplo, sino también cómo aprendemos de los profesores que están hoy en la sala de clases, del director, del jefe de UTP. Hay mucha gente que está dentro de las comunidades donde trabajamos que es fundamental al momento de aprender. 

—¿Cómo es el proceso de selección que ustedes realizan?

—Es importante mencionar que Enseña Chile tiene un proceso de selección muy exhaustivo, porque no es que formemos todas las competencias, hay competencias que ya vienen formadas. El proceso de selección consiste en una postulación inicial, después tiene un día de entrevistas, son como seis horas, porque hay como tres o cuatro experiencias grupales y luego una entrevista personal. Después una serie de actividades que los aspirantes tienen que hacer; por ejemplo, tienen que ir a una sala de clases. Nosotros queremos asegurarnos de que estas personas entiendan bien el compromiso que esto significa por los próximos dos años. 

Tomás Recart: “El centro de todo lo que hacemos son los estudiantes; si yo no sé dónde están, desde el punto de vista cognitivo y no cognitivo, desde sus aspiraciones, de lo que quieren hacer en el futuro, es muy difícil enseñar, porque no conectamos con el propósito”.

—¿Cuál es el porcentaje de aspirantes que finalmente queda?

—Este proceso lo pasa el 8% de los postulantes. El año pasado tuvimos 2.557 postulantes y 256 quedaron, y de ellos no todos van a la sala de clases. Solo 120 pasaron todo el proceso de selección y formación inicial, porque muchos eligen otros trabajos, creen que el riesgo es muy alto y finalmente no están dispuestos a correrlo. Generalmente queda el 5%. Desde ahí nosotros formamos. 

—¿En la práctica, cómo se desarrolla esta formación de profesores?

—Primero tenemos lo que se llama la Escuela de Verano, que parte con un mes de internado en Picarquín, donde se dan las primeras instrucciones, y luego son tres semanas de experiencia práctica. Este año tuvimos una escuela en Puente Alto y otra en Renca, donde durante el verano asisten como 17 niños por sala y ahí realizan la práctica. 

—¿Cómo se da la retroalimentación?

—La retroalimentación dentro de nuestro presupuesto es fundamental, tenemos mentores en la Escuela de Verano que están a cargo de 10 profesores de Enseña Chile, y durante el año están a cargo de 15 profesores. Desde la segunda semana de enero, el profesor de Enseña Chile es parte de una comunidad de aprendizaje y tienen un mentor que le da retroalimentación, en el verano, día por medio y durante el año, en promedio, cada tres semanas. 

Desde el punto de vista presupuestario, este es el ítem más importante de Enseña Chile. Nosotros, gracias a la Fundación Irarrázaval, hoy día tenemos muy buenas métricas, instrumentos de medición para saber dónde están los estudiantes, si están reaccionando positivamente al estilo de enseñanza del profesor y si esa clase es la que soñamos, esas son las tres preguntas que respondemos constantemente. 

—¿A través de qué mecanismos responden esas preguntas?

—Uno con instrumento y dos con la retroalimentación de un mentor. Tenemos 16 mentores a lo largo de todo Chile, desde Alto Hospicio hasta Puerto Aysén.

Nosotros monitorizamos tres preguntas: ¿Dónde están los estudiantes? ¿Cuánto han avanzado? Eso lo hacemos con una prueba estandarizada. ¿Están o no respondiendo al estilo de enseñanza del profesor los estudiantes? Eso lo monitorizamos con una encuesta a los estudiantes, a los profesores, al director y la retroalimentación del mentor. Y ¿es esta la sala de clases que soñamos? Lo respondemos con el mentor. Cada persona que va a ver un profesor de Enseña Chile tiene que retroalimentar.

Es una batería de instrumentos, es una combinación de información que hace que la retroalimentación sea robusta. 

—¿Cuáles son las dificulatades que enfrentan para que los profesores que no tienen la pedagogía puedan ejercer?

—La barrera mental de decir que solo hay una formación pedagógica, sí tienen pedagogía, pero una formación distinta. A nosotros nos cuesta $6.400.000 en dos años, la formación de cada profesor de Enseña Chile. Ellos tienen una formación pedagógica y tienen una selección que es rigurosísima, donde primero están los estudiantes y, si no hay resultados, no pueden seguir. 

La barrera más grande que hoy día tenemos es una barrera mental que cree que solo hay una formación pedagógica, nuestros profesores están formados, tienen competencias pedagógicas. Nosotros salimos segundos en la Prueba Inicia en competencias pedagógicas en todo Chile. Entonces, ¿los profesores de Enseña Chile son profesores o no? Bueno, definamos lo que es ser profesor, aquel que tiene el título o quien tiene las competencias. Lamentablemente, en Chile no todos tienen las competencias.

Hoy, el 30% de nuestros profesores termina con el título y obviamente queremos institucionalizar esto, que todos tengan el título y valorar como se debe la profesión docente. Yo estoy casado con una profesora y te puedo decir que la valoramos más que nadie, pero primero están los niños y eso quiere decir que primero están las competencias y no podemos meter a la sala de clases gente que no tiene las competencias pedagógicas. 

Creemos que los niños finalmente tienen que ir primero, pero no es culpa de los profesores, aquí hay un sistema que ha dado un título docente sin tener las competencias pertinentes y profesores que con mucho esfuerzo y buena voluntad han creído que ese título les otorgaba las competencias. 

—Desde ese punto de vista, ¿la pedagogía se podría obtener con un posgrado?

—Programas como Enseña Chile hoy día hay en más de 46 países en el mundo y, por ejemplo, en Inglaterra, el Teach First, que es el símil, te permite sacar la pedagogía. 

Me encantaría el día de mañana certificarnos para que la gente pueda sacar el título de pedagogía con nosotros, porque la formación que nosotros tenemos es una formación que genera las competencias.

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