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Regístrate y accede a la revistaLas palabras, el tono de las palabras, los gestos, las actitudes, las acciones, todo es parte de la relación que se establece entre pares, que lejos de ser equitativa, muchas veces está marcada por la diferencia de fuerza física, de personalidad, y de género. Estas diferencias aprovechadas por quienes se sienten superiores, en el colegio, dan paso a situaciones de agresiones que los establecimientos tienen el deber de vigilar y corregir.
Un 23% aumentaron las denuncias ante la Superintendencia de Educación por maltrato escolar. La comparación entre los años 2016 y 2017 señala que la mayoría de las denuncias recibidas por la entidad fueron en la categoría «maltrato a estudiantes».
Casi 3 mil son las denuncias de maltrato tanto físico como psicológico: 1.717 ataques físicos y 1.267 ataques psicológicos. El problema es que el 47, 5 de los ataques psicológicos ocurre al interior de la sala de clases, donde se supone que siempre hay un adulto presente.
El maltrato puede ser ocasional, cuando es sostenido en el tiempo, y existe superioridad de quien lo ejerce, pasa a ser bullying. La psicóloga Loreto Eyzaguirre del Colegio San Rafael, señala aunque hay diferenciar, entre una agresión aislada o una agresión sostenida en el tiempo, “…en ambos casos, es importante atacar el tema y llevar a cabo acciones para solucionarlas, pero es distinto la manera de abordarlos”.
Muchas conductas de maltrato se producen porque los alumnos agresores tienen un perfil más agresivo con problemas no resueltos a nivel psicológico. La familia es el primer ambiente social de los niños, es aquí donde se valida o no la violencia, física, verbal o psicológica.
En el segundo ambiente, el colegio, se replican las conductas validadas en la familia y en el hogar. Aquí muchas veces se desencadenan las conductas más agresivas de los alumnos, causando situaciones de maltrato a compañeros.
Es necesario que los colegios tengan manual de convivencia, donde quedan establecidas las conductas consideradas de agresión, y además que exista un protocolo de acción de parte del colegio frente a estas situaciones. La psicóloga señala que “es importante que profesores y directivos activen el protocolo de bullyng del colegio para parar estas situaciones, donde se involucra a alumnos y apoderados. Por otro lado, es necesario trabajar con el curso en el buen trato y compañerismo para que no se vuelvan a repetir estas situaciones y para que aquellos que son testigos, puedan detener y denunciar este tipo de situaciones”.
Mujeres reciben más ataques psicológicos
El informe entregado por la Superintendencia de Educación señala además que las mujeres reciben más ataques de carácter psicológico. El 70% de las agresiones psicológicas son hacia mujeres, mientras que los hombres son quienes más maltrato físico reciben, el 60%, de este tipo está destinado a los hombres.
Esto se debe a las maneras que existen de resolver los conflictos por parte de hombres y mujeres. En ambos casos, Loreto Eyzaguirre recalca que la mediación tiene que ser una fórmula practicada por los colegios.
En muchos casos el hostigamiento hacia compañeros es tanto que los padres deciden cambiar a su hijo agredido de establecimiento. Frente a esta situación, la psicóloga Eyzaguirre explica que no debe ser esa la primera opción, siempre se debe buscar solucionar el conflicto en un trabajo conjunto de toda la comunidad educativa.
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