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Regístrate y accede a la revistaDormir no solo es un placer, es una necesidad fundamental del ser humano. Satisfacer esta necesidad puede tratarse de supervivencia. A lo largo de la vida, las necesidades de sueño en cuanto a horas van cambiando y es en la infancia donde un mal dormir puede tener nefastas consecuencias.
Niños hiperactivos, que no se concentran en clases, y niños violentos, es la tónica hoy en día en la sala de clases. Los factores siempre son múltiples, desde las condiciones sociofamiliares del niño, hasta la calidad de vida que tiene, pasando por las horas de sueño efectivo de los alumnos.
Las horas de sueño que una persona necesita para estar activo cien por ciento al día siguiente, va a depender de cada organismo, de la actividad que realice y de la alimentación. En los niños las horas de sueño efectivo es fundamental para su óptimo desarrollo cognitivo y el crecimiento.
Durante la primera infancia los niños dedican la mayor parte del día a dormir, hasta los dos años (24 meses) al menos 13 meses duermen, y desde los dos años a los cinco años, la mitad del tiempo es dedicada a dormir. Durante el resto de la infancia y hasta la adolescencia, el sueño ocupa el 40% del tiempo. Esto es que los niños en etapa escolar deben dormir al menos 10 horas cada noche. Un estudio Canadiense, relaciona el tiempo de sueño de los niños con su capacidad de aprendizaje, comportamientos hiperactivos y el desarrollo del lenguaje. Un pobre desarrollo del lenguaje, desemboca en una pobre comprensión de lo que el niño escucha y/o lee.
Los niños que duermen poco sistemáticamente, tienen menor rendimiento escolar y su desarrollo del lenguaje es más lento. Esto es porque se pierde horas de sueño de la fase REM, que es la fase en la que el pequeño graba en la memoria lo aprendido durante el día y permite que su cerebro se recupere para aprender nuevas cosas.
Especialistas señalan además que lo óptimo es que el niño tenga hábitos de sueño, ir a la cama todos los días a la misma hora, seguir una rutina previa que cree el ambiente para el sueño. Esto les permitirá conciliar pronto el sueño y que el proceso sea reparador. Tomar conciencia de la necesidad de las horas de sueño de los niños, y la calidad de este, puede ser determinante en sus logros escolares, y con esto en su nivel de frustración. Aprender a dormir es un proceso que se enseña con la práctica y la perseverancia.
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