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Regístrate y accede a la revistaUn aumento de un 11% registraron los casos de consumo problemático de alcohol y drogas en la población infanto-adolescente en Chile entre 2015 y 2016, según datos del Senda. El problema además, es que según un reciente estudio del Injuv (septiembre 2017), los jóvenes perciben a la marihuana y el alcohol como las drogas menos dañinas. Conversamos con el destacado psiquiatra juvenil y relator de Grupo Educar Sergio Canals sobre el tema.
Una acentuación mucho mayor registraron los casos de consumo en la población infanto-juvenil donde el número de casos creció en un 11%, registrándose 1.214 atenciones en 2016, según revelaron las cifras. A juicio de Sergio Canals, médico cirujano de la PUC y psiquiatra infanto-juvenil de la Universidad de Chile, ese “aumento sostenido del consumo de marihuana claramente se debe al incremento de la oferta y a la baja sostenida de la percepción de riesgo, sumado al clima cultural permisivo, placentero, recreativo, actual del consumo, asociado al mensaje indiscriminado de sus efectos terapéuticos, que ha minimizado y disuelto el mensaje sobre los daños y riesgos de adicción”.
—¿Qué ocurre con el consumo de alcohol? ¿Cómo prevenir?
—Respecto al consumo de alcohol, está asociado también a una búsqueda placentera recreativa cada vez más precoz de parte de los adolescentes, favorecida por un clima general que reivindica el derecho a pasarlo bien, estado que hoy está ligado directamente al consumo de alcohol y la recreación como un solo todo.
Se les vende a menores y no se respetan las leyes irresponsablemente. Se suma a lo anterior el hecho del inicio cada vez más temprano de su consumo, lo que maximiza el uso, abusos y consumos irresponsables.
A juicio de Sergio Canals, se ha fracasado sistemáticamente en los programas y planes preventivos por no tener claridad en un mensaje clave preventivo. “No se debe consumir antes de los 18 años”.
—En los sectores vulnerables, además, se suman otras realidades que agravan el consumo de estas drogas, y se consume buscando no aburrirse, pasarlo bien de alguna manera, tratando de darle sentido a una vida que se hace cada vez más agobiante en una realidad sociocultural ingrata.
—¿Cómo les va afectando a los jóvenes ese consumo?
—Es necesario recordar que la fragilidad emocional, la impulsividad, la baja autoestima, la desintegración familiar, el desamor, el sinsentido y la soledad son poderosos factores existenciales para la búsqueda de sentido con mayores probabilidades de uso de drogas.
—¿Qué pueden hacer los colegios?
—Los colegios, como comunidades educativas, deben desarrollar planes preventivos colaborativos comunitarios con la participación de los adolescentes, que sean capaces de recoger la realidad de los niños y adolescentes y el sentido del consumo, para focalizar los grupos de riesgo.
Asimismo, identificar también los factores de riesgo y los protectores, diseñando las estrategias y líneas de acción, con una impronta fuertemente humanista, readecuándolas anualmente según los resultados. Lo anterior, traducido en políticas con mensajes claros, consistentes y mantenidos en el tiempo.
Estrategias clave para prevenir
Otro destacado
Desgraciadamente, según el último informe del Injuv (septiembre 2017), “el 81% de los jóvenes entre 15 y 29 años cree que la marihuana es la droga menos dañina, mientras que el 53% considera que el alcohol es la segunda que causa menores efectos nocivos en el cuerpo”.
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